Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 diciembre 2008 - 12:42 pm
Categoría: Teatro

(Tras leer el comentario dialogado de ayer en este blog)

Vaya David, esto todavía es más duro que lo que llegamos a hablar aquí!

En la Fundición sólo ves cosas interesante de analizar?, nada que te prenda como espectador, sin análisis?

Nada que te lleve a «ese lugar» que no es una función teatral sino una experiencia?

Si que me parece que tu critica está un poco pegado al esquema planteamiento , nudo, desenlace… Yo creo que ya no es eso lo que se le pide a una pieza…Además, te recuerdo que acaban marchándose al desierto, tiene un final según guión…

Entiendo que no te interese la pieza, que la voz en off te parezca un recurso antiguo (yo no estoy de acuerdo) , pero en cuanto al desarrollo, yo lo percibo como una propuesta como tantas que NO se ajustan al esquema que mencionas: que son circulares, repetitivas, hacen elipses, juegan como en el cine, cortando planos, etc. En fin, que está más cerca de una «road movie». Y los personajes se ajustan a ese tipo de trabajo, perdedores, hundidos, inadaptados, pero que sueñan con un futuro.

Además, tacos que me incordian aparte, la pieza tiene un espíritu que conecta con la gente joven, quiero decir, con otra sensibilidad urbana de otra edad, que no es la mía y que me gusta por la creatividad de las historias y es ritmo narrativo de cada cuento, y que me parece que consigue actualizar el texto teatral en «los tiempos».

Evidentemente no es el Artaud del 2008, ni mucho menos, pero creo que renueva estilos. No crea escuela, fijo, pero está próximo a una tendencia urbanita-dura, con una dosis de poesía interesante.

Creo que crece, y no me importa ver su crecimiento. No creo, como espectadora, que me utiliza para ello, sino que me ofrece compartir su trayectoria. Me gusta su evolución. Lo próximo irá en otra línea. Me crea curiosidad. Vamos, que no tengo la misma sensación que viendo cómo Resines en el cine me ha dado unos primeros años actorales bochornosos, hasta que ha aprendido un poco, por poner un ejemplo.

En fin, que la cosa daría para más, pero tengo que cortar.

Muchos saludos,

Laura

Esta ‘cosa’ dialogada.

Entro con ilusión en esta ‘cosa’ dialogada de opiniones entre tú y yo. Estoy seguro de que la sangre no llegará al río, ni a la ría que está más cerca, sino que, al menos yo, puedo aprender y conocer nuevos criterios o maneras de ver el teatro.

-Comencemos por lo que yo creo que es el planteamiento. Cuando alguien critica un montaje de teatro estándar, clásico o no, de esos de texto, por poner un ejemplo, nadie entiende que está en contra del teatro en general ni de ese tipo de teatro. Simplemente, se critica un montaje concreto. Creo que con el teatro experimental (Utilizo esta palabra para entendernos. Si te parece mejor otra, la acepto.) no sucede siempre lo mismo. Cuando se critica un montaje de este tipo de teatro, a veces, se entiende que se está en contra de todo tipo de teatro nuevo o experimental, (otra vez la palabreja) o teatro que abre nuevos caminos. En este caso no es así.

-Yo estoy muy a favor del teatro que busca nuevos caminos. Lo estoy incluso para aprovecharme de él. Voy al teatro buscando nuevos caminos, nuevas maneras, nuevo signos. Cualquier novedad. Yo deseo, aunque no lo parezca, incorporarme a las novedades y también incorporar las novedades a mí. Pero claro, quiero incorporar las novedades que a mí me convenzan, las que juzgue interesantes. Analizo y escucho los criterios ajenos, pero al final la valoración es mía. Supongo que eso es lógico y lo hacemos todos.

-Entonces, el planteamiento no es la valoración del teatro nuevo en general, sino exclusivamente sobre esta pieza.

-Con este enfoque, ya sobre esta pieza, ni siquiera he dicho que me parezca mala. He comentado, y con timidez, que me ha parecido poco trabajada. Que me ha parecido desequilibrada. Algo confusa. Que se ha quedado, a mi juicio, en la acumulación de ocurrencias, en al primera fase, que no ha dado el paso de trabajar, unir, seleccionar, configurar y profundizar en el resultado final. Yo no soy crítico. No tengo elementos de juicio. Pero mi sensación, después de haberla visto una sola vez, es esa. Es una obra, creo, inmadura. Creo que puede tener interés para que el propio autor evolucione y madure. Pero dudo sobre sus aportaciones al desarrollo exterior.

-No tengo un muestreo amplio para sacar conclusiones generales. Pero me inclinaría por pensar que hay determinados personas en el teatro, que se confían demasiado en las ocurrencias o genialidades que se les ocurren y que después no las trabajan suficientemente. No corrigen. No borran. No eliminan lo superfluo. En ello, puede influir que haya quienes les jalean esas novedades sólo por parecer ‘novedades’ sin establecer el criterio de calidad. Hay que tener en cuenta que lo de novedad es muy relativo. Llevamos muchos siglos de teatro. Se han hecho muchas cosas. Es difícil inventar algo.

-Tu aludes al desarrollo de la pieza. Dices que es circular, repetitivo, con elipsis, cortando el plano. No te voy a decir que no. Acepto que tú tienes un criterio mejor y sobre todo más abierto y con menos prejuicios que yo. Lo digo de verdad. Conozco mis limitaciones. Tengo más dudas que certezas. Pero en este caso, teniendo que opinar, me temo que lo circular se quede en que comienza y termina en el mismo punto. En que no avance, en que no progrese. Eso no sería tan positivo.

-Acepto que los personajes son perdedores, hundidos e inadaptados, como tú dices. Pero los personajes perdedores, hundidos e inadaptados, hay que trabajarlos. Deben tener personalidad propia. Tienen que estar definidos. Tienen que tener un objetivo dramático. Tienen que avanzar. A esos jóvenes uno y dos, como se llaman en la obra, no sé si les pasa eso. Tengo mis dudas. Y sobre la chica tengo todavía más dudas.

-Dices que es como una ‘road movie’ con tintes cinematográficos.

Bueno. Me reconocerás que, en todo caso, es una ‘road movie’ estática. ¿Desde dónde parte? ¿Hasta dónde llega? ¿Qué trayecto recorre?

-Dices que tiene un espíritu que conecta con los jóvenes. Desde luego, estoy lejano de mi juventud y tampoco conozco muy bien los gustos de los jóvenes actuales. Pero te pregunto. ¿Estas segura o es tópico? ¿Conecta con los jóvenes o con las ideas que tenían los autores y actores cuando eran jóvenes? Todos son calvos ya. Los años pasan para todos. ¿Tienes datos sobre la aceptación de los jóvenes? ¿Obras como ésta atraen a los jóvenes al teatro? ¿A cuántos? ¿Este tipo de obras trae a gente al teatro, sea joven o vieja? Ahora dicen que el teatro está atrayendo a más gente. No sé si es cierto ¿Es a este teatro al que viene a ver más gente joven? Yo no tengo datos. Pero ….

-Aludes al ritmo narrativo. Son dos puntos distintos: Ritmo y narrativo. El ritmo. ¿De verdad había un ritmo ágil? ¿No se imponía el estatismo y la reiteración? Fíjate si soy positivo que digo reiteración en lugar de repetición. Lo de narrativo. ¿Es que el nuevo camino del teatro va por la narración? Yo parto de que las cosas en el teatro deben suceder en el escenario, no contarlas. Si quieres no utilizo la palabra cuenta cuentos ni aludo a los monólogos enlazados de la televisión. Esto último hasta lo podrían tomar como ofensivo. Pero eso de que nos cuenten tantos cuentos y que no los veamos, no los vivamos, me huele a poca novedad. Y desde luego no me huelle a trabajo serio y profundo.

-Dices que consigue actualizar el texto teatral en ‘los tiempos’. Eso no lo percibí. Y me fastidia. De verdad. Es lo que estoy buscando. Desde luego, para utilizarlo yo también. ¿Me lo puedes explicar? Te lo digo de verdad. Para mí sería de gran utilidad.

-Me preguntas sobre si en La Fundición sólo veo cosas interesantes de analizar. No sé si me he explicado mal. Cosas interesantes de analizar es lo máximo que se puede encontrar en el teatro. Yo estoy encantado con vosotros, con la Fundición y con vuestra programación. No tengo que insistir en eso. Estoy encantado con haber visto esta obra. Fíjate lo que nos está permitiendo reflexionar. Pero desde hace mucho tiempo, yo, desgraciadamente, no voy al teatro a disfrutar. Ni leo una novela para disfrutar. Insisto en lo de desgraciadamente. Voy a analizarlas, las obras de teatro y las novelas. Sé que es una deformación profesional. Pero es así. Eso me pasa en La Fundición, el Barakaldo, el Arriaga, Madrid, Barcelona y Nueva York, las poquísimas veces que he ido. ¿No te pasa a ti? ¿No ves las obras para analizar si son adecuadas o no para programarlas? Si has logrado superar esa tentación, no solo te felicito. Sobre todo, te envidio.

-Una última cosa. (Por ahora). Importante. Aunque diga las cosas con pasión, no responde a una seguridad o firmeza de criterio. Me muevo en la más absoluta de las incertidumbres y las dudas. Debo decirlo más claro. Estoy disperso, perdido, desorientado. Eso a mis años es grave. Pero tampoco hay que lamentarse. Eso es lo que hay.

Si te parece que esto nos puede ayudar a reflexionar, seguimos.

Un saludo.

David Barbero

Esta entrada se escribio el Miércoles, 10 diciembre 10 2008 a las 12:42 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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