-Bueno. ¡Qué cara más seria traes hoy!
-¿Estás enfadado?
-Hoy vamos a ser absolutamente claros y contundentes. Con la tortura, hay que tener tolerancia cero. Es un desprestigio absoluto que a un estado o a un gobierno o a unas instituciones públicas, se les pueda acusar de que están torturando.
-Para los pies, amigo. ¡No vas a creer a estas alturas a los terroristas que denuncian las torturas falsamente como herramienta para destruir el orden social establecido!
-Reconoce que eso es así.
-Por supuesto, no me chupo el dedo.
-Si no te chupas el dedo, ya está aclarado.
-No está aclarado nada. Sigo insistiendo en que, con la tortura, tolerancia cero. Hay que establecer los mecanismos de claridad y transparencia para que ninguna de esas falsas torturas pueda tener el menor indicio de credibilidad.
-Ahí están las peticiones de garantías jurídicas, entre las que se incluyen que haya grabaciones de la estancia de los detenidos en dependencias policiales y judiciales, o que estén presentes los abogados o que médicos independientes puedan reconocer a los detenidos y reclusos.
-En otros países ya están establecidas esas normas.
-Si aquí no se han puesto todavía, es porque hay algo que ocultar.
-Pues venga. Prioridad absoluta. Que se pongan cuanto antes aquí. Es cuestión de dignidad colectiva.
Esta entrada se escribio el Martes, 16 diciembre 16 2008 a las 10:17 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.