Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 2 enero 2009 - 6:55 pm
Categoría: General

-Cuando comenzó a sonar la alarma del edificio para que lo desalojáramos, les dije a mis compañeros de mesa de trabajo que se había elegido un mal día para realizar un simulacro rutinario de seguridad.

-Era el último día del año. Muchos estaban pensando en la nochevieja.

-No me di cuenta de que iba en serio hasta que, al llegar a la calle, vi a los policías y a los miembros de seguridad nerviosos.

-Gritaban: ‘Vamos. Alejaos pronto lo más posible’.

-A pesar de todo, yo seguía creyendo que sería un falso aviso de bomba.

-En la otra sede de la Televisión vasca, habíamos tenido muchas amenazas que resultaron ser falsas.

-Y en la universidad, también.

-Cuando trabajaba en la prensa escrita, también sufrí estas amenazas.

-Mis recuerdos me llevan al año que viví en Belfast. Allí había avisos y amenazas todos los días.

-Me acuerdo del cine. No logré ver una película seguida. Había un aviso. Se encendían las luces. Salías a la calle. Entraban los policías. Comprobaban que era una amenaza falsa. Y, a la media hora, volvías a entrar para ver la continuación de la película, cuando ya no te acordabas de lo que habías visto hasta ese momento.

-Hasta que un día los policías se confiaron en su comprobación. Entramos pensando que no había ninguna bomba. Pero, a los cinco minutos, estalló y mató a los que estaban en las primeras filas.

-Ahora, mientras nos echaba la policía hasta casi un kilómetro de distancia de la sede de la televisión, los agentes ya dijeron que había un coche bomba con 100 kilos de explosivos.

-Yo seguí confiando que la bomba no iba a explotar.

-¿Por qué tenias esa confianza?

-No lo sé. Pero la tenia. Así que el bombazo, el ruido quiero decir, me estremeció. Corrí hacia un lugar que, aunque lejano, me permitía ver el edificio. La fachada estaba deshecha.

-Calculé por el número de las ventajas. Pensé que el ordenador que había dejado encendido, pensado que era un simulacro, estaría destrozado, quizá a metros de distancia de la mesa.

-Eso sí que fue un motivo de terror. En ese ordenador, tengo una gran parte de mi vida. ¡Casi toda mi memoria! Mis recuerdos, mis escritos, mis fotos. Mis estudios. Mis obras, mis novelas….. Allí estoy yo.

-La bomba podía haber matado a ese otro tú.

-En cuanto la policía permitió entrar, fui corriendo. Las ventanas cercanas estaban destruidas. El ordenador estaba sobre la mesa. Quité el polvo y los cristales. Parece que tenia vida. Seguía incluso encendido. Di a la tecla con temor, ¡Bien! Apareció la señal. Comprobé la memoria. ¡Estaba allí!

-¡Había resistido!

-Así que inmediatamente me puse a trabajar, a recuperar la normalidad, o lo que sea, con los cristales rotos, los escombros al lado. Había que informar de lo que había pasado.

-En definitiva, aquí seguimos.

Esta entrada se escribio el Viernes, 2 enero 2 2009 a las 18:55 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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