Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 7 enero 2009 - 10:47 am
Categoría: General

-La manera de comportarse al recibir el premio Nadal de novela demostró que Maruja Torres va por libre y está por encima del bien y del mal.

-Tampoco te pongas exquisita. El nombre de Maruja se conocía por adelantado, lo que quiere decir que, una vez más, el premio estaba otorgado antes de las deliberaciones del jurado.

-Yo estaba hablando de Maruja Torres; no de los premios literarios. Me encantaron el desparpajo con el que habló y su naturalidad.

-Además, va y dice que la novela es un juego que ella viene haciendo en homenaje a sus amigos Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán desde que ambos murieron.

-Lo que se premia es una novela. ¿No?

-Los géneros literarios han evolucionado mucho últimamente. Cuando abres un libro, te puedes encontrar cualquier cosa.

-El juego consiste en que ella se muere y va al cielo con sus amigos y allí se encuentra con los tipos más curiosos tanto de la realidad como de la ficción.

-Pues mira. Interesante. Parece una cosa diferente.

-A mí, las novelas me gustan con un argumento consistente.

-Últimamente con cualquier apaño se escribe un texto arregladito y se vende como una novela.

-Ya te he dicho yo que los géneros literarios….

-Déjate de géneros literarios y de gaitas. Lo que no hay es seriedad a la hora de escribir.

-¿Por qué dices tú que esa novela de Maruja Torres no tiene un argumento consolidado con estructura potente y con sorpresa final?

-A mí, Maruja me parece una tía cojonuda y voy a comprar su novela para leerla.

-Para ortodoxias literarias ya han puesto al finalista ese de Valladolid que ha dejado clara su tendencia hasta en el exquisito título de ‘El libro del amor esquivo’.

-Me parece que hay mucha mala uva por aquí.

Esta entrada se escribio el Miércoles, 7 enero 7 2009 a las 10:47 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

1 comentario

    enero 7, 2009 @ 21:17 pm


    La vulgaridad gana el Nadal.

    La noche de ayer fue triste por varios motivos: el premio Nadal es una farsa y ya estaba dado de antemano pues me aseguraron que no estarían allí los premiados. Las palabras de la «ganadora» – «¿dónde está el papel que tenía entre las tetas?», dijo sin despinarse más- y afirmó que ella «hacía espiritismo laico». ¿Hasta dónde va a llegar la vulgaridad?. Si Miguel Delibes e Ignacio Sánchez Ferlosio vieron la entrega; ¿qué pensarían?.
    Patética esta señora que se caracteriza por lo contrario a lo que debe ser un escritor: domino del léxico y saber decir las cosas.
    Nunca voy a participar en más premios: son todos una farsa y si no fuera por lo que nos jugamos. Patético

    Comentado por Charo Tejada
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