Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 octubre 2020 - 1:00 am
Categoría: General

David Barbero
-Reconozco que me gusta el debate y la reflexión, a la puerta del teatro, sobre las obras que veo. Me parece una muestra de la vitalidad y del interés social que traspasa el escenario y las puertas de los teatros.
-Pero he de decir que el coloquio de esta tarde – noche, al salir del Teatro Arriaga, tras ver la representación de ‘Mariana Pineda’ de Federico García Lorca, no ha sido provocado por mí.
-Una mujer cercana a la mediana edad, espectadora habitual de piezas teatrales, ha abierto la mini tertulia preguntando sobre cuáles deben ser los principales objetivos en las representaciones de textos clásicos, entre los que incluía el que acabábamos de ver.
-Su planteamiento establecía la duda sobre si es obligado ser fieles al texto original y al tiempo en que fue escrito o si hay que atender a la exigencia de que el público de hoy lo capte y se identifique con su contenido.
-No me importa exponer aquí lo que allí he defendido. Creo que no siempre son objeticos incompatibles. Pero en el caso de que lo sean, me inclino por hacer la pieza asequible y cercana al espectador de hoy por encima incluso de la fidelidad a sus orígenes.
-El montaje realizado por Javier Hernández Simón de la ‘Mariana Pineda de García Lorca, presentada este fin de semana en el teatro municipal de Bilbao, puede ser un ejemplo de cómo compaginar los valores actuales manteniendo la esencia del texto y el espíritu del autor.
-Ha destacado la integridad y la firmeza de la protagonista. Ha enfatizado su entrega y su lucha por el amor y la libertad, en contraste con las actitudes de los personajes masculinos interesados en otras ambiciones o aspiraciones. En ese sentido, ha presentado una Mariana impregnada de una actualidad muy grande en sintonía con los planteamientos de este mismo momento.
-Desarrolla, además, la dirección de Hernández Simón un enfoque estético y técnico de especial modernidad en el uso de los elementos escénicos y de sus simbolismos. Es un notable mérito orientar todos esos componentes – escenografía, luces, vestuario, canciones, coreografías – hacia el mismo objetivo de definir y comunicar esa idea y esas emociones.
-En esta labor, ha contado con el buen trabajo interpretativo de la protagonista Laia Marull y del resto de los intérpretes.
-Esto es lo que he defendido y lo que mantengo.
-Pero me gustaría conocer vuestra opinión, además de sobre la obra, sobre la cuestión de si hay que acercar los textos clásicos al espectador actual incluso por encima de la fidelidad a sus orígenes.

Esta entrada se escribio el Viernes, 9 octubre 9 2020 a las 1:00 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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