Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 diciembre 2020 - 11:58 pm
Categoría: General

David Barbero
-Soy consciente de que corro el riesgo de aburrir repitiendo tanto esta idea. Pero voy a seguir. Para mí, el teatro no es un museo donde se muestran montajes escénicos intemporales para pasar el rato. Ni siquiera para admirar su calidad. A mi juicio, el teatro debe ser un espejo donde se pueda mirar la sociedad contemporánea para verse reflejada, debatir y corregir sus defectos.
-Con ese criterio, la obra ‘Los papeles de Sísifo’, que se está representando en el teatro Arraiga de Bilbao, cumple los objetivos que debe tener el teatro. Y además, lo hace en un lenguaje escénico que pretende llegar y ser asequible a todos.
-La vi la semana pasada en su versión bilingüe y esta tarde he vuelto a presenciarla en su versión integral en castellano. He señalado que ahora están en el teatro municipal de Bilbao. Ya ha estado en el de Vitoria. Lo estará en el de Donostia. Y recorrerá otros lugares de la península, ya que en la coproducción participa el Centro Dramático Nacional.
-Alguien dirá que el tema tratado, el del cierre del periódico en euskera ‘Egunkaria’ y las connotaciones con la censura y la represión, es un asunto polémico y hasta controvertido. Yo lo veo como un aspecto positivo. Aunque haya quien exija rigor para estos planteamientos. Pienso que está bien que el teatro provoque polémicas, discusiones y debates. Cosa que es difícil de conseguir en un museo de obras clásicas muertas.
-Destacaré, además, aspectos parciales que me han parecido de interés. El autor del texto es Harkaitz Cano. Es reconocido ya por sus textos narrativos y sus expresiones en otros géneros literarios. Creo que aporta aire nuevo. Un descaro positivo. Una saludable ausencia de convenciones narrativas teatrales. Aunque también haya alguien que encuentre algún diálogo más literario que teatral.
-Fernando Bernués es, a mi juicio, un valor seguro en la dirección teatral. Se ha ganado esa reputación a fuego lento, con muchas representaciones y ensayos. Tiene, además, la ventaja de no dormirse en los laureles. En cada proyecto, avanza y experimenta. En este caso concreto, es interesante el tratamiento escénico con diversos niveles y perspectivas. Incluso en diferentes distancias. En mantener acciones simultáneas. En complementar espacios, personajes y estímulos. Aunque haya quien encuentre alguna escena innecesaria.
-El elenco es amplio. Incluso asumiendo cada actor o actriz diversos ‘papeles’. Están muy elegidos. Hasta se cuidan, en algunos casos, los parecidos físicos. Con trayectoria prestigiosa. Todas las intervenciones están cuidadoras y medidas. Se presta atención a la totalidad y a los detalles concretos. Hay énfasis en los momentos que se quieren subrayar.
-Merecen ser citados todos. Anjel Alkain, Joseba Apaolaza, Mikel Losada, Iñigo Azpitarte, Kepa Errati, Mireia Gabilondo, Aispea Goenaga, Olaia Gil. Asier Hernández, Asier Hormaza, Iñaki Rekarte, Alexandru Stanciu y Dorleta Urretabizkaia.
-He dejado colgado el nombre de Ikerne Giménez. Ha sido para destacarlo. Lo que consigue en la parte escenográfica confirma su gran trayectoria. Causa especial sorpresa su interpretación musical en directo. Su presencia sobre el escenario dinamiza y enfatiza la acción.
-En definitiva, la satisfacción de que el teatro no se olvide de mirar hacia la sociedad en la que vive. Esta vez la piedra de Sísifo se ha quedado arriba.

Esta entrada se escribio el Sábado, 5 diciembre 5 2020 a las 23:58 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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