Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 marzo 2022 - 12:35 am
Categoría: General

David Barbero
-Voy a comenzar con dos afirmaciones contundentes.
-La primera la he adelantado en el titulo del comentario. La obra de teatro que he visto esta tarde en el teatro Campos Elíseos de Bilbao me ha descolocado. Sorprendido. No ha ido por el camino, quizá tópico, que yo suponía.
-En segundo lugar, yo valoro mucho, en el teatro, que algo me descoloque. Me lleve por otro camino. Me sorprenda. Me contradiga.
-La pieza, que lleva aquí el título de ‘El abrazo’, pone el énfasis en el encuentro casual de dos personas ya mayores, Rosa y Juan. Fueron pareja sentimental en sus tiempos jóvenes. Eran felices entonces. Y también sufrieron algunas desilusiones, como la de no tener hijos, que era uno de sus fuertes anhelos. Tras separarse, cada uno ha seguido la vida por caminos diferentes hasta este nuevo encuentro.
-Tal reconciliación, o abrazo, les permite recuperar recuerdos, anécdotas, viejos sueños y anhelos incumplidos. Incluida la añoranza de aquel deseo de paternidad que tuvieron en su primera relación.
-Son dos personajes entrañables que da ocasión de lucirse a dos grandes actores como son María Galiana y Juan Meseguer. Sus dilatadas trayectorias acreditan su calidad interpretativa. Y les permite, en esta ocasión, realizar hasta una exhibición en dos papales con muchas posibilidades emotivas y gestuales.
-Lo que me ha descolocado y sorprendido ha sido la materialización de esa añoranza de paternidad revivida. Llevada a una encarnación simbólica de un posible, o imposible, hijo (ir)real.
-Este enfoque creo que provoca, además de cierta intriga, un replanteamiento de los anhelos perdidos, u olvidados. También las dudas, los egoísmos, las ilusiones, la posibilidad de rejuvenecer.
-En el aspecto estrictamente teatral posibilita jugar con la realidad y lo que podría haber sido. Los deseos frustrados. La materialización del subconsciente. Los miedos no superados.
-Esa misma intención preside la dirección escénica que ha realizado Magui Mira. Está orientada a poner de manifiesto esas cualidades y esa atmósfera inquietante, también ambigua, que preside toda la función. A mí juicio, habría que destacar la influencia de la iluminación. Las paredes traslúcidas. La sencillez de los elementos del decorado.
-En algún momento, una vez descolocado, he tenido la sensación de que todo se quedaba un poco corto. Posiblemente impreciso. O no definido. Quizá era mi deseo de volver a situarme.
-Hay un tercer elemento personal en la historia. Se personifica en un joven de color, llamado Erling, interpretado por Jimmy Roca. Se presenta de modo misterioso y sorprendente, asegurando que es su hijo e introduciendo tintes de misterio y enigma.
-Es ésta una pieza escrita, hace ya unas décadas, por la autora sueca Christina Herrstrom para la radio. Su título original era ‘Me llamo Erling’. Eso indica que el enfoque original ponía el énfasis en este aspecto más misterioso e incluso surrealista.
-Pero dejémoslo, en esta ocasión, donde lo han colocado. Y rindamos el reconocimiento a dos entrañables actores como son María Galiana y Juan Meseguer. Añadiría el adjetivo de valientes por atreverse a esta aventura poco convencional.
-Por mi parte, agradecer haber sido descolocado.

Esta entrada se escribio el Sábado, 12 marzo 12 2022 a las 0:35 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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