Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 1 abril 2023 - 11:38 pm
Categoría: General

David Barbero

-Deseo expresamente comenzar este comentario manifestando mi admiración por la compañía teatral Titzina, por sus integrantes Diego Lorca y Pako Merino, por su manera de trabajar, por la profundidad de sus análisis, por su constancia en la preparación, por la originalidad de sus puestas en escena.

-Quizá deba matizar la palabra admiración, que he empleado antes. Subrayarla. Decir que es una admiración identificativa, deseosa de seguir su método, su camino, su manera de afrontar los trabajos.

-Se conocieron, creo, en el último año del siglo pasado en París. Concretamente en la famosa escuela de teatro de Jacques Lecoq. Poco después, decidieron formar compañía. Desde entonces, vienen trabajando con el método de la rigurosidad, de la mirada cuidada y de la experimentación de los detalles.

-A la preparación de las formas estrictamente teatrales y escénicas han prestado idéntica atención o más. Han elaborado formulas propias. Han unido el llamado teatro físico con la imaginación, con lo simbólico. No han caído en la tentación de lo evidente. Han fragmentado para lograr diversidad. Han enfrentado elementos contrapuestos.

-Tampoco han olvidado, en sus autorías, sus dramaturgias y sus puestas en escena, la atención hacia el público al que se dirigen. Eso no quiere decir que traten de darles por el gusto. Ni de masticárselo antes de servirlo, para  que lo traguen mejor. Le piden atención y esfuerzo. A cambio le ofrecen todo lo que ellos han experimentado.

-Con esa ya costumbre de trabajo riguroso y constante, durante  lo que va de este siglo XXI, cada cuatro años, más o menos, presentan un nuevo espectáculo, después de haber realizado, para cada uno y con todo rigor, este profundo y extenso proceso de preparación.

-Ahora llevan ya un año, más o menos, con las representaciones del ‘Búho’. Es la obra que esta tarde he tenido la oportunidad de disfrutar en la sala BBK de la Gran vía de Bilbao.

-Dos años antes, eligieron tratar teatralmente el tema de la identidad personal. Era algo que había estado muy próximo en espectáculos anteriores. Investigaron, estudiaron, buscaron todo lo posible sobre eso, en todos los aspectos imaginables. Hicieron prácticas en clínicas que cuidan casos clínicos sobre la memoria y la personalidad.  Incluso decidieron que el protagonista debía ser un antropólogo forense. De esa manera, se obligaban a una profunda investigación en el campo científico.

-Asimismo añadieron que ese protagonista sufriera un ictus, y como consecuencia de ese ataque, perdiera todas sus señas de identidad. Así añadían el desarrollo y la reconstrucción de todo el proceso. Y los aspectos médicos, quirúrgicos y científicos.

-Buscaron simbolismos en la oscuridad y en las cuevas. En los abismos y en las alcantarillas. En las excavaciones y en las investigaciones policiales.

-En lo estrictamente teatral, han cuidado los elementos significativos y los simbólicos. Las metáforas y la expresividad directa. Han establecido una exposición original con una estética muy propia. Tampoco han olvidado las complicidades con el público y las maneras de hacerle participar o contagiarse de todas esas emociones y angustias.

-Eso es lo que hemos podido vivir hoy en la sala BBK de Gran vía de Bilbao. Eso es también lo que os podéis todavía encontrar, si estáis atentos a la cartelera teatral y allí buscáis la compañía Titzina y su actual obra titulada ‘Búho’.

Esta entrada se escribio el Sábado, 1 abril 1 2023 a las 23:38 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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