Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 mayo 2024 - 11:48 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Fundamentalmente quiero decir dos cosas sobre la obra ‘Camino al zoo’ de Edward Albee, que acabo de ver en el Teatro Social de Basauri. Comenzaré por la segunda.

-Siempre he confesado mi debilidad por Edward Albee. Hay quienes tienen alguna resistencia a colocarlo en la cumbre del teatro norteamericano de la segunda mitad del siglo XX y principios de este XXI. Yo nunca he tenido esa duda.

-Para mí es el que ha colocado la escena como el espejo más claro y crudo con el fin de reflejar de realidad de la sociedad en su conjunto y de cada individuo. El que mejor y más crudamente refleja las injusticias y explotaciones sociales. Es todavía más contundente en dejar en evidencia las contradicciones y las miserias de los humanos.

-Por esa razón, he colocado en el título esa alusión al espejo en el que la sociedad se puede mirar, aunque tu imagen no aparezca en él ni guapa, ni bien peinada, ni elegante, ni edulcorada, ni maquillada ni feliz. El ‘cuadro’ que aparece normalmente es contradictorio, amargo, seco, infeliz, severo, crudo … Pero real, profundo, analítico y claro.

-En el recuerdo de muchos estará ‘¿Quién teme a Virginia Wolf?’, ‘La cabra’, un delicado equilibrio’, ‘Tres mujeres altas’, y otras tantas más.

-‘Camino al Zoo’, que he visto hoy en el Teatro social de Basauri, es una adaptación que reúne dos obras suyas, breves pero significativas. La primera que escribió y con la que ya triunfó, ‘The Zoo story’, de 1958, y una de las últimas, ya en este siglo, ‘Homelife’. Se coloca primero al última, porque se considera que es una precuela.

-La adaptación ha sido realizada por Bernabé Rico y Juan Carlos Rubio, que también asume la la labor de la dirección escénica.

-El espejo muestra clara y crudamente la imagen de la soledad, a pesar de los intentos de superarla, de la incomunicación, a pesar de los esfuerzos por vencerla, de las contradicciones internas, a pesar de las tentativas por eliminarlas, de la infelicidad, la insatisfacción, el dolor interior …

-A la percepción yde esa imagen contribuyen los tres intérpretes que encarnan a otros tantos personajes bien trazados y caracterizados. Fernando Tejero interpreta a Peter, el personaje que centra las dos historias. En la primera, se ven los vacíos existentes con Ana, su esposa, interpretada por Mabel del Pozo. En la segunda, su interlocutor, pero con la misma soledad e incapacidad para comunicarse, es Jerry, un desconocido al que encuentra en el parque, al que da cuerpo Dani Muriel.

-He tenido especial cuidado en exponer de modo positivo esta primera ‘cosa’ que deseo decir. Porque así lo he sentido. Pero también quiero compensar lo segundo que quiero decir.

-Al ver esta obra, he tenido la sensación de que, en ella, lo que se dice y la manera en que se dice, aún siendo importante, suena al siglo pasado. Sé que es una perugrullada porque, evidentemente, el autor pertenece pertenece  principalmente a esa época. Pero lo que quiero decir es que, en este momento, me ha llegado como una muestra del teatro del pasado. No conectado con la actualidad.

-¡Bueno! Las sensaciones siempre comienzan siendo algo confusas. Así que seguiré prestando atención a las obras de Edward Albee, para tratar de aclararme. Pido disculpas por mostrar de esta manera, quizá irresponsable, mis dudas.

 

 

 

 

 

Esta entrada se escribio el Sábado, 4 mayo 4 2024 a las 23:48 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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