Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 marzo 2017 - 11:27 am
Categoría: General

David Barbero

-Vamos a realizar el ejercicio de poner adjetivos a la sorprendente aventura de vivir, en Pabellón 6 de Bilbao, el espectáculo ‘Aborígenes’ dedicado, como homenaje, a tres grandísimos artistas: Lorca, Dalí y Buñuel.
-Caminé el largo paseo desde casa hasta el pabellón con la expectativa creada por la inquietante iniciativa. Ya había leído informaciones y dosieres sobre lo que me podía esperar. Había tenido conversaciones sobre el proyecto. Todo ello era producto de la curiosidad. Pero ese conocimiento me había despertado más deseos de descubrirlo.
-Sabía que se planteaba como un collage. La idea sonaba muy oportuna. Esos tres artistas innovadores merecen esa actitud ante ellos. Quizá más que la reverencial pleitesía de rendir culto a sus obras. Conocía que había sido montada sobre textos autobiográficos de Lorca entresacados de todas sus publicaciones. Lógicamente estaba enterado de que se trataba de la producción de la segunda generación de la compañía joven, integrada por actores y actrices de pocos años y, en principio, reducida experiencia.
-Al llegar, en el ambiente, se percibía el aroma de la sana inquietud. Quizá sorprendía la ausencia de los clásicos nervios en los días de estreno. Se notaba seguridad y confianza.
-Nada más apagarse las luces, con los primeros pasos, nunca mejor dicho, de los intérpretes se notó el carácter del espectáculo. Su ritmo. Su firmeza. Su novedad.
-Muy pronto se percibió la gran originalidad del proyecto. También su adecuación al carácter de los personajes protagonistas. Se utilizaba un estilo nuevo, descubridor, valiente, atrevido, con su dosis conveniente de osadía.
-El trabajo de selección de los textos autobiográficos enseguida evidenció un conocimiento exhaustivo y completo de Federico gracia Lorca, muy por encima, y por debajo, de sus grandes obras. La combinación e interrelación de los textos demostraron, desde el principio, una habilidad y maestría, acumuladas en la asunción veterana de todos los oficios teatrales.
-En la puesta en escena, había claridad de ideas. Y después, mucho trabajo. El ritmo impuesto y la variedad de los elementos mezclados exigían un gran dominio, en todos, sobre ese mecanismo de relojería. Esa precisión estaba allí. En estos aspectos, hay que reconocer la perfección que ha adquirido el polifacético y muy reconocido ‘profesor’ Felipe Loza.
-Era también la manifestación de un trabajo sincronizado de los diferentes elementos y parcelas del espectáculo. Sin lujos ni excesos, había un esfuerzo de adecuación en los numerosos y rápidos cambios en vestuario. Ahí estaba Sandra Quintanilla. Las coreografías de Rafael Eizaguirre aparecían con fuerza, seguridad y ritmo. La iluminación estaba tan cuidada que pasaba desapercibida. Las proyecciones de Naiel Ibarrola significaban un avance. La asistencia de Mitxel Santamarina había atendido a todo.
-El tratamiento musical de Iñaki Maruri merece también atención detenida en sus muchos aspectos.
-Los intérpretes hicieron olvidar al público que eran jóvenes y teóricamente novatos. Manifestaron una seguridad y una variedad de registros muy superiores a lo esperado. Sin duda, han aprendido en esta experiencia la necesidad del trabajo concienzudo. Seguramente ellos se siguen llamando todavía sólo por el nombre. Ainara, María, Unai, Eneritz, Kepa, Josh, Nahikari, Daniel y Yeray.
Cuando hice el recorrido de paseo al revés, desde el pabellón hasta casa, fui conversando con otros partícipes en la experiencia ‘aborigen’, a quienes también les había conmovido el collage.

Esta entrada se escribio el Sábado, 18 marzo 18 2017 a las 11:27 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

2 Comments

    septiembre 1, 2020 @ 13:03 pm


    […] «Los intérpretes hicieron olvidar al público que eran jóvenes y teóricamente novatos.» […]

    septiembre 5, 2020 @ 1:44 am


    Quizá no me expresé correctamente. Si es así, pido disculpas. Lo que deseaba decir es que los intérpretes, aún siendo jóvenes y nuevos en el oficio, demostraron tener cualidades propias de actores y actrices más veteranos.

    Comentado por David Barbero
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