David Barbero
-Cuando alguien va a ver esta versión de ‘Rinconete y Cortadillo’, como yo hice ayer en el Teatro Social de Basauri, se encuentra con que la obra se atribuye a Miguel de Cervantes. Pero el texto se dice que es de Alberto Conejero. No se utiliza la palabra adaptación. Al principio, produce cierta sorpresa. Muy pronto se da uno cuenda de que las dos afirmaciones son compatibles.
-Es un texto escrito por el joven Conejero sobre o a partir de la novela del viejo Cervantes.
-La innovación que aparece en el titulo de esta cometario se refiere al tratamiento de esta versión. Se presenta a los dos personajes clásicos como enfadados con la narración que ha dado Cervantes de sus vidas. La consideran una falsificación y una mentira. Cree que ha dado una idea muy falsa de ellos. Hasta tal punto que se manifiestan ante el rey para exigirle que prohíba la difusión de ese libelo y les permite rehacer su honra.
-Ese novedoso enfoque permite al autor contemporáneo reconsiderar la historia. Así puede llevar a los personajes con libertad por donde él desea y acercarlos hasta los tiempos modernos.
-A lo largo de la reconversión, los dos personajes reflexionan en varias direcciones, saben agradecer a Cervantes por haberles convertido en inmortales y terminan con cara de payasos actuales como símbolo de lo absurda que es la vida, la verdadera y la contada.
-Hay que reconocer que el planteamiento de Conejero es original, curioso y prometedor. Otra cosa es la valoración que cada espectador haya sacado del desarrollo posterior de esa idea.
-Los que hicieron, por lo menos ayer en Basauri, un buen trabajo fueron el director Salva Bolta y los intérpretes Santiago Molero y Rulo Pardo.
Esta entrada se escribio el Domingo, 19 marzo 19 2017 a las 11:10 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.