David Barbero
-El espectáculo titulado ‘Juana’, presentado en el Teatro Arriaga, se convirtió ayer, para muchos, en una apasionante aventura para descubrir sus sugerencias y propuestas a través de los enigmas que ofrece.
-Para situarnos, digamos que es una mezcla de teatro y danza. Su dramaturgia la firman Juan Carlos Rubio y Marina Seresesky. La coreografía ha sido ideada por Chevy Muraday. En la interpretación, hay que citar y alabar el trabajo de Aitana Sánchez Gijón, Alberto Velasco, Carlos Beluga, Maximiliano Sanford y Chevy Muraday.
-Las sugerencias e indicios comienzan desde el principio. Te metes en un ambiente de misterio creado por las luces y las sombras, por los colores de la vestimenta, por los movimientos de la coreografía. Todo unido a las palabras que a la vez desvelan, insinúan y ocultan el sentido completo de lo que estás presenciando.
-Hay alusiones e imágenes referidas a varias Juanas. Se destacan sus perfiles rebeldes, sus decisiones paralelas a lo habitual en lo considerado femenino. Se alude a su singularidad. A su valentía. A los riesgos que conlleva la transgresión de lo establecido.
-Los colores de los vestidos van dando claves. La manera de compartir gestos ofrece pistas. También los juegos con el mobiliario simbólico del escenario. Su reconstrucción. Los efectos sonoros y los visuales a veces ayudan y otras, añaden misterio.
-Quizá sea más fácil descubrir a Juana de Arco. Impresionan las actitudes rebeldes de la Juana llamada la loca. Es más difícil de percibir a Juana Doña. En cambio, la papisa Juana es aludida en más detalles.
-Para encajar todas las piezas, ayuda la conversación y el debate posterior entre amigos. Las aportaciones de cada uno. Las visiones diferentes. Incluso el remate del viaje en metro hasta casa proporciona nuevas visiones y una interpretación complementaria.
-Las piezas van encajando en este homenaje a las mujeres que han adoptado ese papel valiente y distinto a lo largo de la historia. Los motivos para elegir a las que han llevado el nombre de Juana.
-Pero la aventura no termina ahí. Todavía queda campo para nuevas sugerencias, añadidos o encajes en un significado siempre abierto.
-Y también queda la satisfacción de haber ‘participado’ en una propuesta escénica de gran interés,