Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 octubre 2020 - 12:49 am
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde, había varias oportunidades teatrales en los locales de Bilbao
y de las localidades cercanas, a las que se puede llegar por el metro. He tenido dudas sobre a cuál ir. Me he decidido por ‘Desmontando a Séneca’, protagonizada por el muy popular presentador de programas del corazón Jorge Javier Vázquez, en el Teatro Campos Elíseos.
-Me ha movido la consideración, quizá no compartida por todos, de que el hecho teatral no está separado de otras circunstancias sociales. Se halla muy relacionado con los medios de comunicación y con actividades de ocio o entretenimiento. Así que me ha vencido la curiosidad de conocer este espectáculo y este intérprete.
-Hay que advertir que no es la primera vez que este presentador actúa en los escenarios. Es la tercera. En los tres casos, los textos han sido preparados para él. Y ha estado acompañado por el reconocido Juan Carlos Rubio en la autoría y en la dirección.
-Para este tercer proyecto, ha tenido, dice, dos motivaciones añadidas a su deseo de hacer carrera como actor teatral. Al menos, eso afirma la información oficial sobre la obra. Por una parte, quiere compensar las opiniones que le califican de frívolo y banal por su dedicación a los programas llamados del corazón. Por otra, al haber sufrido un ictus, ha llegado el momento de plantearse la vida en un tono más serio.
-Con esa perspectiva, ha elegido el personaje de Séneca y su obra filosófico-moral, ‘Sobre la brevedad de la vida’. Trata precisamente sobre eso de tomarse la vida en serio ya que es corta. Pero su propósito es matizado en el título al señalar que intenta desmontar tanto al pensador clásico como a la obra para exponer su filosofía vital.
-El resultado me ha parecido una osadía. Es la palabra que he utilizado al comienzo de este comentario. Ahora dudo sobre si es el término adecuado. Creo que debería ser más exigente. Quizá llegue a una falta de respeto decir que se quiere desmontar a Séneca para sustituirlo por frases tópicas y pensamientos tan poco profundos que parecen vacíos.
-Hay otro aspecto que se utiliza también en el texto anunciador de la pieza. Es el deseo de ser considerado actor. El conjunto de la obra – él lo llama discurso – podría dividirse en dos bloques, aunque sean discontinuos. Una parte son los textos escritos por los autores. Él, como intérprete, se los ha aprendido para representarlos. La otra son improvisaciones suyas en las que se manifiesta como el comunicador que es. La labor interpretativa no creo que a nadie le haya parecido más allá de lineal y monocorde.
-Pero no se puede dejar de destacar su parte positiva. Ha llenado el teatro Campos Elíseos. Tiene un público incondicional. Ese que aplaude incluso antes de que abra la boca. Le han jaleado todas las intervenciones que recordaban a sus apariciones televisivas. Los aplausos finales han sido entusiastas.
-Eso, sin duda, tiene su mérito, aunque no sea teatral.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 octubre 2020 - 1:02 am
Categoría: General

David Barbero
-Confieso que esta tarde he acudido al Teatro Arriaga de Bilbao con el prejuicio de la duda. Hago esta confesión porque creo que no es una buena manera de acudir a una representación teatral.
-No voy a justificarme. Pero sí a explicarme.
-Primero me sitúo. Esta tarde han estrenado, en el teatro municipal bilbaíno, la obra ‘La fiesta del chivo’. Es una adaptación de la novela del premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa. La narración ha sido adaptada por Natalio Grueso. La dirección es del reconocido cineasta Carlos Saura, que también se responsabiliza del escenario y del vestuario. El personaje principal está interpretado por Juan Echanove, rodeado de un equipo actoral potente.
-Hace un tiempo relativamente corto, fue estrenada teatralmente la adaptación de la novela ‘El coronel no tiene quien le escriba’, del asimismo premio nobel Gabriel García Márquez. El adaptador también fue Natalio Grueso. El director, Carlos Saura. En aquella ocasión, el protagonista fue Imanol Arias. Estaban allí el mismo ayudante de dirección, el productor y varios intérpretes.
-En mi subjetiva, y quizá equivocada, opinión, aquel montaje no estaba a la altura requerida por el texto original. Lo expuse en su momento. Así que no lo voy a repetir. Pero ese era el motivo de que, esta tarde, haya acudido al teatro con el prejuicio de la duda.
-De acuerdo con ese mismo criterio, ‘La fiesta del chivo’ vista esta tarde en el Teatro Arriaga tiene más entidad. La obra original de Vargas Llosa, sin restar meritos literarios a ninguna de las dos, posee más cuerpo argumental y proporciona más elementos para su teatralidad.
-En ese sentido, un inconveniente ha tenido que ser el de reducir la novela a una duración teatral estándar. Ha sido obligatorio seleccionar solo algunas escenas, con lo que la obra no queda reflejada en su esencia. Se podría decir, en el aspecto positivo, que se ha tratado de reflejar los contenidos más definitorios de los regímenes de los dictadores militares. Muchos espectadores habrán podido ver las semejanzas con tiempos vividos aquí. En sentido menos positivo, se puede valorar la falta de movimiento en algunas partes seleccionadas de la obra.
-El aspecto más destacable de la representación de esta tarde es preciso ponerlo en la labor actoral. En el trabajo y esfuerzo de todos los intérpretes para la construcción de sus personajes, en la fuerza de las acciones, en la matización de las intenciones, en la búsqueda de los gestos y los tonos precisos. Es, por eso, de justicia dar constancia de sus nombres. Juan Echanove, Lucía Quintana, Eugenio Villota, Eduardo Velasco, Gabriel Garbisu y David Pinilla.
-Otro nombre importante en este proyecto es Carlos Saura. No sólo asume la dirección escénica en los dos espectáculos aludidos. También el diseño del escenario y las proyecciones así como el vestuario. Saura tiene un tan merecido prestigio como director de cine, que al escribir este desacuerdo le tiemblan a uno los dedos. Pero, según mi criterio, en esta encomienda de la dirección teatral no está tan acertado. Lleva las obras al estatismo, no es moderno, ni innovador, ni imaginativo ni ágil.
-Para ser totalmente justo, en la buena labor de los intérpretes, habrá que atribuirle una parte del mérito por haberlos dirigido. Además, es sólo una opinión subjetiva y posiblemente equivocada.
-Y llego hasta este punto con la necesidad de pedir disculpas al señor Saura, por hacer este comentario negativo y con el deseo de reafirmar mi gran reconocimiento como director cinematográfico.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 octubre 2020 - 1:00 am
Categoría: General

David Barbero
-Reconozco que me gusta el debate y la reflexión, a la puerta del teatro, sobre las obras que veo. Me parece una muestra de la vitalidad y del interés social que traspasa el escenario y las puertas de los teatros.
-Pero he de decir que el coloquio de esta tarde – noche, al salir del Teatro Arriaga, tras ver la representación de ‘Mariana Pineda’ de Federico García Lorca, no ha sido provocado por mí.
-Una mujer cercana a la mediana edad, espectadora habitual de piezas teatrales, ha abierto la mini tertulia preguntando sobre cuáles deben ser los principales objetivos en las representaciones de textos clásicos, entre los que incluía el que acabábamos de ver.
-Su planteamiento establecía la duda sobre si es obligado ser fieles al texto original y al tiempo en que fue escrito o si hay que atender a la exigencia de que el público de hoy lo capte y se identifique con su contenido.
-No me importa exponer aquí lo que allí he defendido. Creo que no siempre son objeticos incompatibles. Pero en el caso de que lo sean, me inclino por hacer la pieza asequible y cercana al espectador de hoy por encima incluso de la fidelidad a sus orígenes.
-El montaje realizado por Javier Hernández Simón de la ‘Mariana Pineda de García Lorca, presentada este fin de semana en el teatro municipal de Bilbao, puede ser un ejemplo de cómo compaginar los valores actuales manteniendo la esencia del texto y el espíritu del autor.
-Ha destacado la integridad y la firmeza de la protagonista. Ha enfatizado su entrega y su lucha por el amor y la libertad, en contraste con las actitudes de los personajes masculinos interesados en otras ambiciones o aspiraciones. En ese sentido, ha presentado una Mariana impregnada de una actualidad muy grande en sintonía con los planteamientos de este mismo momento.
-Desarrolla, además, la dirección de Hernández Simón un enfoque estético y técnico de especial modernidad en el uso de los elementos escénicos y de sus simbolismos. Es un notable mérito orientar todos esos componentes – escenografía, luces, vestuario, canciones, coreografías – hacia el mismo objetivo de definir y comunicar esa idea y esas emociones.
-En esta labor, ha contado con el buen trabajo interpretativo de la protagonista Laia Marull y del resto de los intérpretes.
-Esto es lo que he defendido y lo que mantengo.
-Pero me gustaría conocer vuestra opinión, además de sobre la obra, sobre la cuestión de si hay que acercar los textos clásicos al espectador actual incluso por encima de la fidelidad a sus orígenes.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 octubre 2020 - 12:59 am
Categoría: General

David Barbero

-Había muchos indicios para saber lo que uno se iba a encontrar esta tarde, si acudía al Teatro Campos Elíseos de Bilbao a ver la obra titulada ‘Pesadilla en la comedia’.
-Dada la semejanza con el título de un programa de televisión relacionado con la gastronomía, podía suponerse por dónde iban a ir los tiros. Si, además, se miraba el cartel y se veía que de los dos protagonistas uno era presentado como chef y el otro como crítico, esas sospechas se confirmaban.
-Si los nombres de los ‘intérpretes’ son Enrique San Francisco y Miki d’Kai, dos cómicos especializados en monólogos, también era previsible que la situación gastronómica derivara, desde el principio, en intervenciones unipersonales humorísticas.
-Al no aparecer el nombre del autor ni del director del espectáculo, habría que atribuir todas esas labores a los dos intérpretes citados anteriormente como responsables únicos de la obra con el asentimiento del creador del programa gastronómico de la televisión.
-Aprovechando el ambiente de cocina, se podría también suponer que con una receta que une esos ingredientes, el resultado era fácil de imaginar.
-La sala grande del teatro Campos Elíseos de Bilbao estaba prácticamente llena. Los asistentes eran fans incondicionales de los intérpretes. Así que empezaron a aplaudir antes de que comenzara la función. Se rieron sonoramente en numerosas ocasiones. Jalearon a sus cómicos favoritos. Y redoblaron los aplausos al finalizar.
-Sucedió lo que era previsible.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 2 octubre 2020 - 12:04 am
Categoría: General

David Barbero
-He asistido esta tarde, en el teatro Arriaga de Bilbao, a una destacada demostración de lo que ahora se llama teatro documental, que está adquiriendo una gran notoriedad, como género escénico.
-Lleva el título de ‘De Gernika a Nueva York pasando por Berlín’. Refleja el viaje que realizó José Antonio Aguirre, el primer lehendakari vasco, camino del exilio, como consecuencia de la guerra civil española.
-Se toma como texto base el diario que escribió el propio Aguirre. Para hacerlo más íntimo, se narra en primera persona. Ha sido adaptado por Patxo Tellería y Fernando Bernués, que también asume la dirección del espectáculo. El único personaje es encarnado por el actor Iñaki Rikarte. Toda la acción es acompañada por el músico Iñaki Salvador. Además, está ilustrada por imágenes y sonidos de la época, editados en un audiovisual que interactúa en conversaciones con el personaje.
-Para completar la descripción de lo sucedido en el teatro municipal de Bilbao, es preciso hacer referencia a que, en el patio de butacas, había esta tarde una mayor presencia de políticos y personajes públicos relacionados con el Partido Nacionalista Vasco. Resulta lógico dada la importancia del personaje protagonista de la pieza.
-A lo largo de la obra, se expone el dramatismo y las grandes dificultades que José Antonio Aguirre tuvo que superar a causa de las confluencias de la guerra civil española y la segunda guerra mundial. Asimismo, se destaca interpretación política que él realiza en ese momento así como las circunstancias personales y familiares para sortear esos graves peligros.
-En lo estrictamente teatral, es obligado reconocer el gran mérito de los cuatro implicados en este difícil trabajo, que han sido citados anteriormente. Su capacidad y su maestría en los respetivos campos están fuera de toda duda. Se evidencia en la manera de afrontar esas dificultades.
-Las características del texto original, -un diario y un balance político -, están bastante lejanas de las exigencias escénicas y encorsetan la acción teatral. A pesar de haberlo llevado hacia una narración autobiográfica, no existe dinamismo dramático ni escénico. El intérprete tiene que aprovechar, como únicos elementos de distensión, los cambios de tono de voz en algunas anécdotas. La manera tan fidedigna de representar el texto, en una única persona y una sola situación, no le permite más allá de quitarse y ponerse el abrigo en reiteradas ocasiones.
-El teatro documental conlleva esas limitaciones, si se desea ser absolutamente fiel al personaje y el acontecimiento que se quiere reflejar.

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