-¡Te darías cuenta ayer de la grandeza de ser payado, de la visión profunda que los payasos tienen sobre la vida y sobre las personas!
-Aclaremos a estos que ayer estuvimos viendo ‘El espectáculo de la nieve de Slava’.
-Slava es Slava Polunin, uno de los más grandes payasos del momento. Seguramente el más grande. Ruso.
-Es curioso que la acción de los payasos trascurre con movimientos a cámara lenta para distinguirse de la ajetreada vida actual.
-En eso, está la clave de la profundidad del pensamiento y de los sentimientos.
-La velocidad de la vida moderna no deja profundizar. No deja sentir. Hay que pasar de una cosa a otra inmediatamente.
-Se tiene la sensación de pasar de una cosa a otra. Pero en realidad y a pesar de la sensación de tanta velocidad, siempre se está en el mismo sitio. No se avanza nada.
-¿Qué pasa? ¿Tú también eres payaso?
-¡Qué más quisiera!
-A mí, me sorprendió la gran técnica interpretativa que demuestran
-Sólo con su manera de andar, con los gestos y los movimientos demuestran su maestría.
-Además, no son sólo poseedores de unas técnicas gestuales o dinámicas. Han profundizado en el arte de la interpretación.
-Dominan el método de Stanislavski mejor que los grandes actores que interpretan a Shakespeare o a Checov.
-La clave está en convertir al público adulto en niños y lograr que jueguen con los grandes balones en el patio de butacas.
-¿Te parece poco lograr eso?
-Con todas las represiones y complejos que llevamos dentro, eso es casi un milagro.
-Pues, nada. Si hay que hacer el payaso, se hace.