Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 7 abril 2019 - 11:27 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer estuve viendo en el Teatro Barakaldo de la obra ‘Partículas de luz’. Se trata de un cuento poético, bienintencionado, agradable, breve, con moraleja, sobre personajes entrañables.
-Una imagen poética interesante la proporciona el título al destacar las partículas de luz que colocaba en el aire la proyección de las películas en los cines de antes.
-Citemos los nombres de los responsables. El texto es de Luis Elizetxea. La dirección de Mireia Gabilondo. La producción de la compañía Vaivén se concreta en Ana Pimenta y Mónica Zumeta. El elenco está compuesto por Miren Gojenola, Mikel Laskurain, Ander Iruretagoiena y Ane Salvador. Además de otros muchos implicados en este trabajo
-Es de justicia destacar la labor de Naiel Ibarrola en las ilustraciones y el video. Su trabajo en la realización de las imágenes del comic que sintetiza el contenido de la obra tiene un gran mérito.
-Para dar una idea más completa de este espectáculo hay que aludir a su ritmo pausado, sus movimientos contenidos, su cuidado meticuloso y su construcción minimalista, casi a cámara lenta.
-También es preciso hacer referencia a la manifiesta intención de que el argumento no se quedara en la anécdota de dos ancianos de carácter contrapuesto que se encuentran en una residencia y logran dar la vuelta a sus vidas. Se introducen elementos históricos y alusiones ideológicas con la intención de conseguir una profundidad social e interpretativa de más transcendencia,
-Sin embargo, podría pensarse que existe un desequilibrio y hasta contradicción entre esos elementos. Estas alusiones pueden chirriar con el tratamiento de aparente ingenuidad, lentitud y cercanía que se da a los personajes y a la acción en forma de cuento.
-Especial choque puede producir que se quede como una mera anécdota la confesión de uno de los personajes sobre su venganza violenta hacia otros niños en el acantilado, relacionada con la guerra civil.
-Sobre la puesta en escena, quizá también se haya podido echar de menos un mayor aprovechamiento de las buenas imágenes del comic para no dejarlas casi como mero decorado de fondo. Una interacción dinámica con los personajes hubiera introducido agilidad, dinamismo, modernidad y riqueza visual.
-Por esa razón, los aspectos positivos más destacados en este espectáculo se refieren al propósito poético del mismo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 2 abril 2019 - 5:55 pm
Categoría: General

-Ayer tuve ocasión de asistir a una representación teatral de especial calidad. Fue ‘Comedia Aquitana’ de Torres Naharro, por la compañía Nao d’amores, bajo la dirección de Ana Zamora. La especial calidad se extendió al meticuloso cuidado de todos los detalles.
-Es una obra injustamente infravalorada, del renacimiento español, del siglo XVI. Está llena de frescura, dinamismo, incluso picardía y hasta modernidad. Esa injusta infravaloración es la otra cara de la quizá super estima que se hace de la generalidad del teatro del llamado siglo de oro, inmediatamente posterior.
-La recuperación de esta ‘Comedia aquitana’ ha venido de la mano de la celebración del quinto centenario de la recopilación de las obras de Torres Naharro. Y ha tenido la gran suerte de caer en manos de la extraordinaria directora Ana Zamora y de su compañía Nao d’amores.
-Eso ha permitido la posibilidad de que se presente un texto de gran valor literario y con unas características excepcionales como testimonio de un periodo histórico especialmente interesante.
-La dirección ha logrado descubrir todos los matices, a la vez que ha dado una agilidad muy dinámica a la acción. Ha conseguido eso que se suele dar en llamar un espectáculo total para poder disfrutar de sus variados elementos.
-La interpretación de un elenco tan consolidado como es el de esta compañía ha hecho parecer fácil su comunicación actoral, cuando se percibe un muy cuidado trabajo de preparación y una técnica interpretativa muy dominada.
-Especiales alabanzas es preciso atribuir al vestuario por su contribución a la fidelidad del espectáculo. Tampoco hacia la música y hacia su interpretación, no se pueden escatimar los mayores elogios por su originalidad y su calidad.
-He leído que la compañía completa y la directora han trabajado la preparación de esta obra en la Real Academia de España en Roma para matizar al máximo las influencias italianas en este peculiar texto del siglo XVI. También se han encerrado en un monasterio para redondear su puesta en escena. Es muy de agradecer esta meticulosidad. Se nota en la calidad del resultado final y en la gratificación que recibe el público al contemplarlo.

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