Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 agosto 2024 - 12:10 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-He acudido esta tarde a ver una de las pocas obras teatrales de texto que se van a representar durante esta Aste Nagusia de Bilbao. Se trata de ‘Una semana nada más’. Se está representando en una de las salas del Palacio Euskalduna.

-Con las referencias previas que tenía sobre esta obra y sobre su autor, el francés Michel Clement, autor de teatro y director de cine además de actor, he acudido con un propósito principal: el de comprobar qué resultados se sacan, en esta obra, a las  muchas posibilidades que se atribuyen al ya clásico planteamiento del triangulo sentimental, puesto que este autor francés pasa por ser un experto exitoso.

-La síntesis del este planteamiento es la siguiente: se parte de una pareja, con todas las posibles variedades; que tiene algún tipo de problema, deseo o ambición, también con gran variedad de situaciones, aunque casi siempre se plantea en el plano sentimental; se incorpora un tercero,  por diversos, maneras o formas; y esa incorporación ocasiona una mayor inestabilidad en la pareja inicial, con una también gran variedad de soluciones finales a la nueva situación creada.

-Éste es el esquema en el que se mueve esta obra ‘’Una semana nada más’. No sólo se mueve en ese esquema, sino que todo su desarrollo gira de acuerdo con las técnicas teóricas del ‘triángulo sentimental’ en la narrativa, el teatro o el cine.

-Ciertamente Michel Clement, el autor, demuestra su habilidad en la creación de argumentos teatrales. Evidencia, por lo tanto, su dominio de esta técnica. Quizá en eso, no se le deba poner ningún reproche. Pero seguramente, se puede indicar que una técnica no es más que una herramienta al servicio de una historia, una idea, un objetivo o unos personajes. Y esto, quizá, es más difícil de encontrar en este espectáculo, con algo que sea relativamente original o profundo.

-Este juego del triángulo, para llegar a un resultado de calidad, exige también un tratamiento escénico y una dirección artística sutil, hábil, inteligente, más sugerente que explícita, más insinuante que evidente. Seguramente le va mejor el detalle pequeño que la reiteración de aspavientos, gestos aparatosos y gritos reiterados.  En esta ocasión, la labor directiva la realiza Raquel Pérez. Es posible que no haya dado con el tono exacto de todas esas teclas.

-Los actores, lógicamente, son tres. Y como suele ser más habitual al menos hasta ahora, ese trío lo integran dos hombres y una mujer. La actriz es Marina San José. Hay un actor, Javier Pereira, que participará en todas las representaciones. Ellos dos son los que forman la pareja inicial. El otro personaje del triángulo, el que se incorpora, será encarnado, aquí en Bilbao, la mayoría de los días por Manu Baqueiro. Pero en  ocasiones es sustituido por Pablo Puyol, quien precisamente se ha estrenado en esta tarde con ese trabajo. Los cuatro son profesionales experimentados, jóvenes pero expertos, con talento y preparación. Cumplen satisfactoriamente con el planteamiento indicado por la dirección.

–Un detalle que hay que añadir para proporcionar una idea completa, aunque subjetiva, del espectáculo visto esta tarde en el palacio Euskalduna, es la atención que se presta a los momentos y oportunidades para potenciar la comicidad.

-El numeroso público asistente lo ha agradecido con sus risas en los momentos precisos y con sus aplausos finales.

 

 

 

Esta entrada se escribio el Miércoles, 21 agosto 21 2024 a las 0:10 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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