Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 11 octubre 2024 - 11:46 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Una consideración colateral sobre el título del incalificable, para bien, espectáculo que acabo de ver esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao con el título de ‘Dream’. Seguro que todos sabéis que ese término inglés significa sueño. Pero no en el sentido de dormir. Sino en el de ilusión o ideal. Además, no si os habíais fijado en que con las letras de esa palabra, en castellano, se puede escribir ‘Madre’.

-Os he dicho que es una consideración colateral. Pero puede ser pertinente. Una de las muchas cosas o ideas o sentimientos sobre los que trata esta pieza, son las relaciones materno filiales. Y lo hace de modo inquietante, heterodoxo, atractivo a veces, inquietante en otras.

-Los que me conocéis, ya sabéis que me gusta ir a los espectáculos de teatro habiendo leído o escuchado o visto todo lo posible sobre él para llegar con lo que se suele denominar ‘la lección aprendida’. No estoy recomendando esa costumbre ni mucho menos. Seguramente hasta la desaconsejo, aunque  yo la practique.

-En esta ocasión, he llegado al teatro Arriaga sin tener una  idea de lo que me iba a encontrar. Y no porque no lo hubiera investigado como en otras ocasiones. Todo lo contrario. Había leído, escuchado y visto tantas ‘cosas’ como siempre. Pero no había logrado hacerme eso que también se llama ‘una composición de lugar.

-Sabía que no iba a ver estrictamente teatro. Tampoco propiamente danza. Me habían dicho que tampoco era flamenco. Que podía ser todo eso a la vez. Quizá mezclado o sintetizado. Ya que había elementos e ingredientes de esos géneros artísticos pero libremente tratados. En ese sentido, se insistía mucho en el aspecto interdisciplinar y heterogéneo. Alguien había utilizado esa palabra rara de ‘deconstrucción’.

-Además, me lo habían definido, voy a ser textual, como un ‘artefacto escénico’. Ahora mismo recuerdo otra definición que me dejó un tanto perplejo. Me afirmaron que era una ‘mezcla explosiva de lo ‘jongo’ del flamenco y el compromiso  de la ideología’.

-¡Ah! También me acuerdo de que una mujer joven, entendida en estas cosas, me señaló que el espectáculo trataba de indagar en la siguiente cuestión: ¿Cuánto tenemos de animales y cuánto tienen los animales de nosotros? En cambio, un señor mayor, quizá un tanto melifluo, se inclinaba por la metáfora de la melodía creada por los taconeos jugando con los compases y los ritmos.

-He intentado salir de las dudas , o más bien incógnitas, intentado buscar confluencias y caminos comunes entre los participantes en este experimento de gran calibre. Pero no he logrado llegar a ninguna conclusión unificadora. Más bien el análisis  me ha llevado a la diversidad enriquecedora.

-Por un lado, están las peculiaridades del bailaor, coreógrafo, artista y otras muchas disciplinas de Israel Galván que conducen a la singularidad y la heterodoxia desde que se inició con ‘Mira los zapatos rojos’ y que se consagró con una versión muy personal de ‘Carmen’. A su lado, se halla el rigor de la directora escénica Natalia Menéndez. Difícilmente se pueden fusionar si no es por el contraste.

-Quienes les acompañan en la aventura también tienen aristas peculiares en sus artes. María Martín magnifica el cante y la guitarra. Las percusiones las juega Antonio Moreno. Y los vientos los mueve  Juan Jiménez Alba.

-Así que con toda esa ensalada ilustrada de incertidumbres, expectaciones, sospechas, augurios y promesas, me he sentado en la butaca del Teatro Arriaga. Con actitud abierta, lleno de curiosidad, he estado muy atento al desarrollo escénico.

-Renuncio a tratar de explicar lo que es o significa o integra o expone este espectáculo de ‘Dream/Madre’. Pero puedo decir que efectivamente no se puede definir como teatro. Ni como danza. Ni como flamenco. Pero que  la definición tampoco es importante. Me he sentido atraído en todo momento. No he podido desviar la mirada. Algún sonido de los vientos me ha llegado a irritar. Seguramente es lo que pretendían. El cante y la guitarra me ha emocionado. La maestría en los zapateados ha estado muy presente y me ha impresionado. Quizá más en la ruptura de cristales y sobre el agua, por destacar algunos momentos.

-Podría decir algunas cuantas cosas más sobre ‘Dream-Madre’, pero si  me insistís en que lo defina, debo reconocer que no lo puedo hacer.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 8 octubre 2024 - 11:43 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-He acudido esta tarde al teatro Arriaga de Bilbao con muchas curiosidades, otras tantas expectativas y una suspicacia, para ver el monólogo titulado ‘En mitad de tanto fuego’, escrito por Alberto Conejero, dirigido por Xavier Alberti e interpretado por Rubén de Eguía.
-Se ha presentado en el modo Espacio escenario. Es decir, tanto la representación como los espectadores estábamos situados sobre el escenario. Esa circunstancia, obliga a que todo suceda en una distancia muy corta, y que, por lo tanto, se perciba y se sienta desde muy cerca. Destaco esto, porque en este caso, esa cercanía ha sido importante.
-Lo de las expectativas y curiosidades estaba motivado por las muchas referencias, todas buenas, que ya tenía previamente sobre esta obra, aunque no había tenido ocasión de verla. Ya sabía que trataba, entre otras cosas. sobre el encuentro amoroso después de una batalla entre dos de los héroes guerreros en la Guerra de Troya, que además eran amantes, Patroclo y Aquiles.
-Sabía también que el texto, muy poético y documentado, caminaba como un alegato en contra de la guerra y una defensa absoluta del amor, la amistad, la libertad, a lo que se oponen todos los nefastos acontecimientos bélicos que en el han sido, son y serán.
-Asimismo conocía que se trataba de un monólogo, como he indicado antes. El único personaje que está sobre el escenario es Patroclo. Él nos cuenta y nos da referencia verbal de ese encuentro. Así que todo lo vemos a través de sus palabras. Además de exponernos ideas y reflexiones alrededor de esta situación.
-Quiero insistir en que prácticamente todas las referencias previas sobre la obra eran positivas. Pero debo explicar también la alusión, que he hecho antes, de haber acudido al teatro Arriaga con una suspicacia. No les sorprenderá a quienes conocen mis manías o prejuicios. Se trataba de mi prevención hacia los monólogos que cuentan las cosas en lugar de que éstas tengan lugar sobre el escenario.
-Ahora que acabo de llegar a casa después de ver la función, puedo decir que efectivamente se trata de un monólogo en el que la acción no sucede sobre el escenario sino que se nos narra. El monologuista nos lo cuenta en primera persona y nos hace sus consideraciones verbalmente sin que escénicamente suceda nada. Por lo tanto, este espectáculo cae dentro de esa suspicacia o prejuicio mío a la hora de clasificar los espectáculos escénicos. Sin embargo …
-Sin embargo, debo decir que, a pesar de eso, en ‘En mitad de tanto fuego’, prescindiendo de mi catalogación teórica subjetiva, he encontrado elementos de valor que no dejo de reconocer.
-El texto de Alberto Conejero tiene un destacado valor poético. Es teóricamente variado y versátil. Evidentemente, domina el lenguaje. Demuestra tener una muy amplia documentación sobre la cultura clásica griega, y plantea argumentos que tienen plena vigencia en la actualidad.
-La dirección, el diseño del escenario y de la iluminación son responsabilidad de Xavier Alberti. Ha optado por la contención, lo directo, lo limpio, sin interferencias, sin añadidos. No utiliza suterfugios para disimular la falta de acción ni de movimiento. Refuerza esa concepción minimalista y estática. Juega ligeramente con las luces y los oscuros. Ha prestado mucha atención a los diferentes tonos de voz y a las diferentes velocidades de pronunciación en la declamación. Ha realizado una dirección escénica,a la que, teóricamente, no se pueden poner pegas.
La interpretación, en solitario, es de Rubén de Eguía. Ya he señalado lo de los muchos cambios en los tonos de su voz y en la velocidad de las frases. Demuestra un dominio muy notable en esas técnicas. Las manos y los brazos también son motivo de ejercicios para lograr mayor expresividad. Es de suponer que de acuerdo con las indicaciones del director. Realiza, por lo tanto, su labor de forma, teóricamente, positiva.
-Así que no ha sido, ni mucho menos, infructuosa esta visión de la muy alabada ‘En mitad de tanto fuego’ de Alberto Conejero, Xavier Alberti y Rubén de Eguía. A pesar de mis prejuicios y suspicacias.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 octubre 2024 - 10:58 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Una advertencia previa. Soy de los que creen que la narrativa y el teatro caminan por vías completamente distintas. No tendré la osadía de contradecir o tratar de convencer a quienes opinen de otra manera. Pero en mi opinión, sus camino no pueden llegar a juntarse y además se repelen.

-Tras decir esto, comentaré que tenía ganas de ver la pieza teatral ‘El nadador de aguas abiertas’. Se me había escapado, por diversas razones, en las ocasiones anteriores que se representó por aquí. Sobre todo estaba interesado por que en el proyecto están implicados profesionales que merecen todos mis respetos y que en numerosas ocasiones he reconocido su calidad y saber hacer.

-Entre esos nombres, está María Goiricelaya que ha hecho la adaptación del relato escrito por Adam Martin Skilton; También Fernando Bernués que es el director y el creador des espacio escénico; los actores Markos Marín y Adolfo Fernández, además otros especialistas entre los técnicos de diversas especialidades.

-Por esa razón, he acudido muy esperanzado esta tarde a Pabellón 6 de Bilbao, donde se ha estado representando esta obra todo el fon de semana. Pero nada más arrancar la función, se me ha venido abajo al comprobar que la narración original del novelista no ha dado el salto a la teatralidad. No sólo son narrativos los muchos parlamentos dirigidos  al público. Hasta las escenas que se intercalan tienen esa misma estructura e intención. En consecuencia, la interpretación se queda también obligatoriamente en ese nivel dar el salto a la teatralidad y dramatización.

-Como he prometido, al principio, no tratar de convencer a nadie que piense de distinta manera, lo dejo aquí.

-¡Ah! Es de justicia reconocer que al terminar el espectáculo, los aplausos han sigo generalizados, potentes y largos. Incluso ha habido, incluso, algún grito de ‘Bravo’. Saco, por tanto, la conclusión de que no pensaban como yo. Reconocido está.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 octubre 2024 - 12:22 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Mi memoria está cada vez más flaca y oxidada. Pero recuerdo que, hace algo más de año y medio, coloqué en este mismo espacio un comentario con este mismo título. Y con la misma intención. Quería decir entonces, y también ahora: ¡La compañía de teatro Kulunka, por siempre! Bueno. Hay una diferencia. Podéis comprobar que ahora he puesto un doble signo de admiración intencionadamente.

-He tenido especial deseo de volver a ver la obra ‘Forever’ de esta compañía guipuzcoana, después de la larga y triunfal gira que han realizado han realizado hasta ahora. Y supongo que todavía les queda recorrido. También después de haber recogido muy merecidamente un gran número de premios muy destacados.

-Esta tarde he tenido ocasión de verlo de nuevo al ser programada en el centro Muxikebarri de Getxo, dónde ha sido recibida por aplausos unánimes y entusiastas del público que  ha llenado la sala. Aprovecho para deciros que mañana se representará por aquí cerca, en Basauri, por si deseáis comprobar si queda todavía alguna entrada.

-Hoy en Getxo, me ha vuelto a parecer que Kulunka merecidamente es una compañía de culto. Lo es, por lo menos, desde ‘Solitudes’. Su manera de trabajar, de comunicarse sin utilizar la palabra, sus expresiones, las actitudes, los movimientos, los gestos. Sus máscaras. El trabajo sobre las emociones. La manera de transmitirlas. La habilidad para exprimir historias y personajes que, en otras manos, se quedarían en simples o cotidianos o habituales, con ellas/os se convierten en únicos, profundos, riquísimos, inolvidables.

-‘Forever’ es un fiel reflejo de lo que son y de lo que hacen. ¡Y de cómo lo hacen! La situación de esa pareja y de ese hijo, aunque cotidiana y común, se convierte en única, fantástica, atractiva, hipnotizante. Inmediatamente nos identificamos. Nos contagiamos. Nos metemos en ella. Sentimos y compartimos  sus deseos. Nos frustramos con sus dificultades. Sufrimos y nos alegramos. Caminamos con ellos.

-Se podría pensar que, al no utilizar palabras, esquematizarían el argumento, simplificarían las acciones, devaluarían los conflictos. Pero resulta que es al revés. Es mucho más profundo. Lo mismo, con el planteamiento emocional, y con la actitud vital. Todo es más intenso y produce mayor impacto. Ah! Y el humor. Es como si tuvieran una manera específica de tratar la comicidad. ¡Cómo va conduciendo a la tragedia! Por supuesto, van unidas a todo tipo de sentimientos, algunos muy fuertes. Junto al deseo, la soledad. Mejor las soledades. La incomunicación. El dolor interior. La desesperación.

-El desarrollo interpretativo, impecable y matizado en cada momento y en cada situación. La expresividad de los gestos, de los movimientos, las actitudes, las posiciones. La manera de andar. El modo de pararse. Hasta las máscaras añaden cada vez la expresión que corresponde.

-Junto a la interpretación, con sus duplicidades, el estar en varios lugares a la vez y multiplicarse, hay que destacar el planteamiento escénico, los movimientos de las localizaciones, las perspectivas. La eficacia de los giros para completar la acción. También su simbolismo y sus contrastes. Su engranaje en el mismo contenido de la historia. De las historias.

-Un aspecto que hay que destacar es la coherencia,  la coordinación y la complicidad existente en el grupo. La compenetración. Bien mirado. Ya han superado la docena de años desde su fundación. Con las ideas claras y caminando, avanzando en la misma dirección.

-Ahí se mantienen Garbiñe Insausti y José Dault, desde el principio. Presentes en todo el proceso de creación. Desde la idea hasta la interpretación, con todos los derivados, los añadidos y los complementos. Iñaki Rikarte, en la estudiada e impecable dirección. Complementados por Edu Cárcamo en la interpretación. En la escenografía, la iluminación y el vestuario, con absoluta sintonía, se hallan Ikerne Giménez, Javier Ruíz de Alegría y Luis Miguel Cobo.

-Quienes tengáis buena memoria, o buen archivo, habréis comprobado que he dicho hoy lo mismo que dije inmediatamente después del estreno, hace año y medio. Pero recordad que ahora he puesto doble signo de admiración intencionadamente.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 octubre 2024 - 11:45 pm
Categoría: General

David Barbero

-He asistido esta tarde, en la sala BBK de la Gran vía bilbaína, al estreno de la obra ‘¿Dónde están los niños?’, en su versión en castellano. De esta manera, he completado mi visión de esta pieza, que ha despertado en mí un especial interés por su carácter y por sus enigmas. Hace una semana, asistí, en esta misma sala, al pre-estreno de la versión en euskera, con el título de  ¿Non dira haurrak? Debo añadir, incluso, que leí el primer texto.

-Con ese bagaje, y tras el correspondiente análisis, la atención y hasta el debate con otros aficionados, sintetizo la impresión positiva que tengo sobre todo este proceso. Destaco la reflexión y el análisis de la sociedad en que vivimos. El reflejo que se establece en las situaciones de bulling, en las actitudes de intolerancia o de agresividad, el reconocimiento de sentirse culpable, o de juzgarse incapaz de remediar la situación creada.

-Valoro la crítica que se hace, además directamente, hacia quienes componemos esa sociedad, como es misión de las artes escénicas. Sobre todo cuando esa obligación parezca últimamente olvidada. El deseo de remover conciencias, de desasosegar, de obligar a pensar los caminos que cada uno seguimos.

-El otro punto de análisis está en el tratamiento narrativo y escénico elegido para lograr el objetivo de denunciar la pertenencia a una sociedad ‘rota, cruel y excesivamente depresiva’ que afecta, aunque de diferente forma, a niños y a mayores.

-Todo eso se realiza en un espectáculo teatral que ha cuidado, detenidamente,  los pasos del proceso y ha elegido una manera poco habitual de hacerlo. Sin recurrir a contar una historia lineal con diálogos descriptivos y escenas complementarias. Optando por la fragmentación, por  dejar cabos sueltos, por crear enigmas sin resolver, por no darlo todo ya pensado. Dejando que el espectador se lleve la inquietud y hasta el desasosiego. Obligándole a realizar su necesaria reflexión.

-Me gustaría destacar la valentía de haber afrontado esta obra de esta manera. Haber realizado ese análisis crítico de la sociedad actual desde un punto de vista diferente y original. Partiendo desde los niños para evaluar a los adultos y a una sociedad que vamos a dejar a las siguientes generaciones, que ya la están padeciendo.

-Sobre la manera de exponer teatralmente este tema, hay que aludir al tratamiento del texto. Desechar los diálogos cortos y ágiles entre los personajes, para optar por parlamentos largos y multi-dirigidos hacia el público, hacia el interlocutor y hacia el mismo personaje. He opuesto ‘dirigidos’. Quizá sea más exacto decir lanzados, con intención de impactar, de remover la conciencia, de implicar a la responsabilidad.

-Tiene su valentía, porque esa elección posee sus riesgos y sus dificultades. Incluso para la aceptación de los espectadores Pero deja claro que ése es el objetivo y la intención del autor y director.

-De la misma manera, en la definición de los personajes, tampoco se presta una atención pormenorizada a las relaciones existentes entre ellos. Es más importante la referencia a la responsabilidad social y a la manera en la que cada cada uno lo asume. Como el sentimiento de culpa o la sensación de fracaso profesional, por ejemplo.

-Las interpretaciones están encauzadas con esa misma dirección. Potentes y emotivas. Como consecuencia del cuidado y la meticulosidad puesta. Por lo tanto, de notable mérito. Teniendo en cuenta que los parlamentos largos, los muy escasos diálogos y la falta de una acción continuada no ayudan ni a la interpretación ni a la comunicación de emociones.

-Entre los intérpretes, hoy, en la representación en castellano, han estado Sandra Ferrús, Getari Etxegarai, Javier Barandiarán, Iñigo Aranburu, Ruth Guimerá e Irene Zarrabeitia. En la versión en euskera, Iraia Elías asume el papel más destacado.

-Este proyecto es la sexta producción propia de la sala BBK. Está detrás la compañía Tartean. Hay profesionales de acreditada trayectoria. Jokín Oregi es el autor y el director. Hay textos de Miren Agur Meabe. En la dirección, está también Ana Meabe. Tiene notable incidencia la música. Es del muy acreditado Adrián García de los Ojos.  Además, es preciso destacar la intervención del coro infantil de la Sociedad Coral de Bilbao.

-Un apunte concreto como ejemplo del cuidado que se ha puesto en todos los detalles. Señalar la emoción que se produce cuando los niños del coro rodean al público y cuando esos niños van sustituyendo a los adultos.

-Así que, si vais, no os perdáis los matices. Poned atención. Es necesaria.

 

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