Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 noviembre 2024 - 12:26 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Iba a comenzar diciendo que esta tarde he acudido al teatro Arriaga de Bilbao atraído por las incógnitas que sugería el título de la pieza que allí se iba a estrenar. Pero me he corregido. No estoy seguro sobre qué tipo de efecto o inquietud ha producido en mí su contenido tan enigmático.

-Sobre lo que sí que estoy seguro es que he acudido atraído por la curiosidad, e incluso confianza, por lo que habían ofrecido en la ocasión anterior este trío integrado por Eusebio Calonge , como autor; Borja Ruiz, como director; y Arnau Marín, como intérprete. Ya formaron grupo, con buen resultado, en el proyecto titulado, también con dosis de enigma, ‘El alimento de las moscas’.

-He ido también escarmentado por aquella experiencia recibida hace ahora tres años. Sabía que la labor como espectador no iba a ser cómoda o tranquila o placentera o dulce. Me temía que sería impactante, exigente, con necesidad de mucha atención, e incluso inquietante.

–Como adelanto os diré que creo que esta vez ha sido todavía más fuerte e impactante. Os cuento.

-La pieza ha sido definida como poética y onírica. Nada superficial, ni lineal ni realista. No destaca la luz y el gozo del amor ni el placer del optimismo y la felicidad. Domina la oscuridad y el desasosiego del desamor. Te obliga a estar atento y en tensión para participar en su desasosiego a través de la palabra y los movimientos corporales. Recordad que se juega en un mundo onírico y que los sueños no son precisamente para gozar.

-El texto de Eusebio Calonge intenta sumergirnos, o quizá sea más exacto decir elevarnos, fuera de lo cotidiano y habitual. En ocasiones, pocas, nos apunta cierta esperanza. Pero vuelve a caer hasta el abismo del desamor y la soledad.

-Haciendo alusión al título de la pieza, hay que señalar que el corazón aludido recuerda fugitivas pasiones e ilusiones que se creían eternas. Ahora se han convertido en heridas, que se materializan en cicatrices todavía recientes. Son metáforas o sugerencias o insinuaciones que hay que ir descubriendo no siempre de modo fácil.

-Hasy que añadir que se puede encontrar un cierto tipo de humor, por supuesto no de carcajada, en algunas ocasiones. Quizá también se puedan hallar puntos de identificación con momentos de desamor compartidos, o  incertidumbres o emocionales o soledades. Es posible que también aparezca alguna nostalgia o algún camino ya transitado.

-Se ha visto, ya en el estreno, el notable esfuerzo realizado en la dirección y en la interpretación, la búsqueda de recursos expresivos, los intentos de conexión y hasta complicidad con los espectadores.

-Éstos se lo han agradecido con los aplausos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 noviembre 2024 - 1:42 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Una reflexión previa. Creo que existen grandes riesgos cuando recibes muchas opiniones muy laudatorias de una obra de teatro, y después vas a verla. Hay veces que coincides y repites esas alabanzas. Pero se producen ocasiones en que a ti te decepciona esa pieza. Y aquellas opiniones positivas te llevan a valorarla todavía menos.

-Eso es lo que me ha pasado esta tarde con la obra titulada ‘Burro’, que ha sido programada en el teatro Serantes de Santurtzi, dentro de su festival internacional de teatro, que está teniendo, también este año, una muy buena aceptación.

-En mi opinión, por supuesto subjetiva, el fallo principal está en el texto, que tiene otras varias cualidades literarias y está muy bien documentado, pero no es teatral por su estructura a la vez que carece de dinamismo interno, de conflicto y de intriga en su desarrollo.

-Voy a tratar de explicarme y para ello señalo desde el principio los nombres de sus participantes, que gozan de generalizado reconocimiento. El autor es Álvaro Tato. De la dirección escénica se ha encargado Yago Cáceres, que también coordina la parte musical. Los dos trabajan habitualmente a dúo. En la interpretación, destaca la presencia del muy reconocido actor Carlos Hipólito. Está acompañado de Fran García, actor y músico; Manuel Lavanderira, guitarrista; e Iballa Rodríguez, actriz y músico.

-El texto y la dramaturgia de Álvaro Tato expone, en un monólogo, matizado con otros elementos, la historia en Occidente de esta especie animal, con referencias y oposiciones a los humanos. Ya he destacado sus cualidades literarioas y su buena documentación. Habría que añadir sus toques de humor y de ironía. También su facilidad en las rimas para versificar algunas partes. Pero sobre todo destaca que tiene un estructura expositiva, casi pedagógica, exclusivamente narrada. Ya he señalado la, a mi juicio, carencia de estructura teatral, de dinamismo dramático, de avance de la exposición, de tener el objetivo de llegar a un final, de intriga, de suspense, de avance, tensión…

-No voy a insistir en ello. Pero sí que deseo exponer mi extrañeza de que eso suceda en un texto escrito por un autor y adaptador que ha realizado otros trabajos brillantes y otras adaptaciones de clásicos muy valoradas.

-La dirección escénica es de Yago Cáceres, compañero habitual en este campo del autor. Intenta crear movimiento, gestos, posturas, introducir  canciones, añadir interpretaciones de los músicos, matizar mucho y muchas veces los tonos de voz. Pero todo eso no puede aportar ni tensión, ni suspense, ni lucha, ni conflictos que el texto no tiene.

-Creo que sucede lo mismo con la interpretación del excelente actor Carlos Hipólito. Lleva a cabo magníficamente todo lo que he señalado en la dirección escénica.  Realiza una demostración de sus extraordinarias cualidades y maestría en los gestos, los movimientos, las expresiones. También deja claro que sabe cantar y bien. Pero el texto es lo que es, y no se puede sacar de él lo que no tiene.

-Tengo especial interés en repetir que esto no es más que una opinión subjetiva. Incluso me quedo con una sensación parecida al disgusto, por decir esto de profesionales a los que estimo y también por discrepar de los amigos que me habían dado esas otras opiniones.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 15 noviembre 2024 - 1:07 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Comienzo con una anécdota, o quizá sea sólo un recuerdo. Tuve yo un profesor de historia, allá por mis tiempos de bachillerato, que tiraba piedras contra su propia asignatura diciendo que ‘históricamente’ su podía argumentar cualquier teoría y la contraria. Sólo hacía falta una cierta habilidad, astucia o intencionalidad para manipular los datos, las fechas y los personajes. Aseguraba que de eso se valían todos los vencedores para justificar sus imposiciones.

-Este profesor mío era ya mayor en aquellos años. Tenía una mentalidad bastante escéptica, nada fundamentalista, nada patriota, tampoco religiosa, y muy irónica hacia las afirmaciones absolutas y hacia los predicadores que aseguraban decir la verdad absoluta.

-Este recuerdo ha venido a mi mente esta tarde, cuando estaba en el teatro Arriaga de Bilbao, viendo la obra ‘Macho grita’, escrita, dirigida e interpretada por Alberto San Juan. Lleva la pieza un subtítulo, colocado entre paréntesis que dice: Crónica de mi propia ignorancia sobre la historia de España.

-Es un producción de la Compañía nacional de Teatro Clásico. Este organismo, al parecer, encargó a San Juan hacer un repaso histórico, teatralizado, sobre la historia invisible de España, para destacar lo propiamente español, la esencia, las características más específicas.

-En este punto, Alberto San Juan, en su calidad de autor, ha ido desmontado versiones históricas oficiales y exponiendo su visión del proceso de limpieza histórica y de unificación o domestificación. Este proceso habría incluido la eliminación o expulsión de los elementos díscolos como judíos y moriscos, a los que se añadió la purificación llevada a cabo por la inquisición. Todo esto con muchas matizaciones como corresponde.

-Además, ha prestado atención a la configuración del macho histórico sobre la base de someter a las mujeres. Por esa razón, se explica que la palabra ‘macho’ esté en el título de la pieza y también de la canción final del espectáculo. Pero con esa supuesta referencia histórica, en el monólogo, se va saltando por acontecimientos considerados destacados como la llamada Reconquista o el Descubrimiento de América o la expulsión de los judíos y de los moriscos y sobre todo la fecha de 1492, donde confluyen muchos acontecimientos significativos. También se mezclan anécdotas y opiniones que el protagonista presenta como propias.

-En lo estrictamente teatral, Alberto San Juan presenta, magníficamente a mi juicio,  este monólogo como si fuera una comedia musical. Le acompañan cuatro músicos instrumentistas. Él también canta. Sobre el escenario, demuestra tener tablas y soltura en el oficio. Hace una demostración de su maestría adquirida en sus cualidades interpretativas, en el dominio de los tonos de voz, en la variedad oportuna de movimientos, en expresividad, en el uso de la comicidad y en la complicidad con el público. Quisiera destacar, concretamente, la originalidad, emotividad y fuerza de la interpretación del poema teresiano.

-El público, que ha llenado todo el teatro, se lo ha premiado con los aplausos finales y con risas intermedias. A mí juicio, –pido disculpas por expresarlo– con este trabajo ha superado, en muchos aspectos, el reconocimiento que ya tenía, incluso comparado con algún otro monólogo suyo.

-Conecto con la anécdota inicial. La obra de hoy me ha ayudado a ratificarme en la idea de alejarme de todo fundamentalismo, aunque pretenda estar basado en la historia.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 11 noviembre 2024 - 1:09 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Debo explicar el título de este comentario. Hay una intencionada referencia a Lorca, por su obra ‘Así que pasen cinco años’, no soló por su surrealismo, también por el contenido, con la obra que he visto esta tarde en Pabellón 6 de Bilbao.

-Se puede decir que expone cómo han transcurrido o evolucionado o derivado las vidas de sus tres protagonistas desde un acontecimiento fortuito que tuvo lugar y les afectó profundamente, aunque de diferente manera. Tuvo lugar en 1999 y se replantea en este momento, 2024, cuando han pasado esos veinticinco años.  Incluso diría yo que se podría encontrar otra surrealista semejanza entre las dos obras y ‘Así que pase la elástica distancia existente entre el comienzo y el fin de la Historia’.

-‘Esta tarde en Mentxaka’ es mucho más que la exposición  de cómo ha evolucionado la vida de tres personas a las que, hace veinticinco años, se les apareció la virgen y les dijo, o quizá no, que el mundo iba a terminar justo al cumplirse este cuarto de siglo.

-En primer lugar, no se trata sólo de que pasan esos cinco lustros en sus vidas. Ni siquiera es sólo cómo la influencia de un mismo acontecimiento puede llevar a diferentes destinos. Trasciende el ámbito individual. Incide en los aspectos sociales. Y tiene otras connotaciones de muy diferente tipo. Tampoco voy a desvelar más el argumento.

-Quizá la elección del influyente acontecimiento que desencadena la historia puede ser motivo de controversia, por el contraste de sus connotaciones religiosas y el descreimiento generalizado  de la actualidad. Pero da mucho juego simbólico. Y ayuda a la intención surrealista.

-Diré que a mí me ha interesado el tratamiento de la complicada identidad personal. El juego de cómo nos vemos a nosotros mismos. Cómo nos decimos a nosotros mismos que nos vemos. Cómo nos ven los demás y cómo nos dicen que nos ven. El yo y los otros. O los yoes y el otro. Lo colectivo y lo individual. O al revés.

-Vamos con los nombres de los implicados en el proyecto. El principal responsable de todo es el joven Iñigo Cobo. Es el autor y el director. Realmente difícil y meritorio el complicado trabajo de mirar a cada personaje y cada situación desde dos perspectivas cronológicas. Y a la vez jugar con las ambigüedades de la verdad y la mentira, la realidad y sus visiones subjetivas. Quizá sea posible poner la pega de que el texto pueda parecer innecesariamente largo.

-Las interpretaciones tienen esas mismas dificultades y méritos. Además, el planteamiento surrealista también hace más compleja la concreción de la verosimilitud. Ya he dicho que la historia va de tres personas que hace veinticinco años eran jóvenes. Están interpretados por Itxaso Gil, Markel Vázquez y Josu Iriarte, en el momento de su adolescencia. Pero esos jóvenes, un cuarto de siglo después ya no lo son tanto.  Sus intérpretes, como adultos, son Itxaso Quintana, Diego Pérez y Unai Izquierdo.

-El trabajo de todos ellos está a una altura muy considerable. En las dos generaciones, si se puede calificar así. Y además, se evidencia una gran complicidad entre los dos grupos, que en este caso, es especialmente eficaz.

-Así que ‘Esta tarde en Metxaka’ pretende ser algo más que una comedia para dejarse llevar durante el tiempo que dura. Plantea intencionadamente,  y de modo textual, un debate social con preguntas tales como los límites de la verdad y la  mentira , si es que los tienen. O si la auto ficción se contrapone con la realidad. Si es real todo  lo que vemos y lo que vivimos o si podemos arrastrar una mentira toda una vida que además hemos podido crear nosotros mismos. Y algunas cuestiones más.

-Y por si fuera poco, con un planteamiento surrealista, que exige también la colaboración del espectador.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 noviembre 2024 - 12:28 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Hacía tiempo que no veía uno de los experimentos teatrales en el buen sentido, de Daniel Veronese. Regresa ahora acompañado de otro autor argentino, también reconocido y argentino, Matías del Federico. Ambos vienen acompañados de una actriz, también reconocida y también argentina, Malena Alterio.

-Se puede pensar, por lo tanto, que el producto tiene el acento de ese país sudamericano. Sin embargo, en la producción ( Teatro Español, Vania y Producciones off) parecen mirar a la capital madrileña. En esa misma dirección, parece orientarse el otro intérprete, David Lorente, la responsable de la escenografía, Elisa Sanz, y el diseñador de la iluminación Pedro Yague.

-Todavía me acuerdo de los experimentos, en el buen sentido, de Veronese sobre textos clásicos modernos, sobre todo de Anton Chejov. Ahora se reparten la autoría con del Federico. Pero se reserva la dirección escénica.

-Con todas estas consideraciones colateralres, me he retrasado en indicar que esta tarde he estado en el teatro municipal de Bilbao, el Arriaga, viendo la obra ‘Los amigos de ellos dos’. Lo que creo ya he hecho ha sido aludir a quienes han participado en este proyecto.

-Con la fama, no sé si cierta, de su intensa relación con el psicoanálisis, tenemos la idea de los argentinos como preocupados por los problemas cercanos a la psicología. ¡Ah! Otra coincidencia que puede venir al caso. La obra teatral más conocida del coautor Matías del Federico lleva el titulo de ‘Bajo terapia’.

-Aquí reflexionan, a través del humor, sobre cómo percibimos los humanos el lugar que ocupamos en esta sociedad, cómo nos relacionamos entre nosotros y cómo nos sentimos valorados por nuestros conciudadanos más próximos. Es una comedia, con trasfondo, que da vueltas a nuestras inseguridades e incertidumbres o dudas vitales.

-Así que da la impresión que se mueven en esa salsa propia. Además la protagonista es una psicóloga. Él es abogado. Cada poco tiempo, se citan con una pareja amiga para cenar.  Los retrasos en llegar a los encuentros y las diferencias de carácter  o de gustos les provocan  reflexiones , que van adquiriendo profundidad  y transcendencia, cercanos quizá a un psicoanálisis, con connotaciones sociales.

-Ambos autores demuestran tener una muy notable habilidad para mantener una sola escena durante toda la obra, hablando sobre el mismo tema y sin que decaiga el interés. Es obligado decir que hacen gala de su maestría en el oficio, que logran unos diálogos medidos y con una gran carga de sociología, humor y mucha ironía. Además, consiguen que nada sea lo que parece y haya alguna sorpresa que aporte un giro total a la situación. Ese mismo mérito hay que atribuir a la labor de dirección escénica de Daniel Veronese.

-Este planteamiento permite, y además exige, que los dos únicos actores puedan realizar una demostración, casi exhibición, de sus muchas cualidades interpretativas y su complicidad personal. Se podría dudar que este complicado texto pueda ser sacado adelante por intérpretes menos cualificados.

-Otro ¡Ah! El teatro Arriaga estaba lleno como en las mejores ocasiones y los aplausos unánimes han servido para reconocer el buen trabajo realizado.

-Así que difícilmente queda opción para pedir más.

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