Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 8 noviembre 2024 - 12:43 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-De los diferentes premios que se dan en en mundo teatral, yo suelo prestar una atención especial a los calificados de ‘revelación’. Ya sé que no son los más importantes. Pero acostumbran a darse a obras novedosas, ocurrentes, interesantes o innovadoras. Tanto en la forma como en el contenido.

-La obra que he visto esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao ha sido premiada como revelación por partida doble, tanto a la obra como al autor. Por lo tanto, he acudido con especial curiosidad.

-Comienzo por los datos. El título, un tanto curioso, es ‘Cucaracha con paisaje de fondo’. Javier Ballesteros es responsable tanto de la autoría como de la dirección. De la escenografía, se ha encargado Pablo Chaves, que también es actor. La música tiene una notable presencia.  Isabel Arranz  firma el espacio sonoro, basado en la flauta travesera. En la interpretación, intervienen seis actrices y un actor. Ellas son Laura Barceló, Eva Chocrón, Virginia de la Cruz, Matilde Gimeno, María Jáimez y June Velayos. El nombre del actor es Pablo Chaves. La compañía se llama ‘Mujer en obras’

-También me había interesado el haber leído que el deseo de ser madre y la extinción del ser humano como consecuencia del poco respeto al ecologismo eran los temas sobre los que se centraba esta obra, que además  combinaba el  verso y la prosa para fomentar la comicidad.

-Incluso me había llegado el testimonio de que la pieza reflexionaba sobre el presente y el futuro del ser humano sobre la tierra. Que ponía  en  duda la condición de inteligente de la especie llamada superior. Que planteaba muchas preguntas, y que la ausencia de moraleja explícita dejaba lugar a la reflexión personal.

-Repito que todo eso había despertado en mí un enorme interés previo, con el que he acudido al teatro.

-Como, en estos comentarios, me he impuesto la obligación de ser absolutamente sincero, debo reconocer que no he sido capaz de apreciar ni los aspectos renovadores en las formas teatrales ni la profundidad en el contenido. Lo digo como crítica hacia mi persona. Tanto los veredictos de esos jurados como  los prolongados aplausos del público al finalizar la función, me llevan a la conclusión de que la causa está en mi incapacidad o falta de preparación.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 noviembre 2024 - 12:50 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Reconozco que he ido esta tarde al teatro para comparar dos piezas teatrales. Me explico. he acudido al Teatro Arriaga para ver la obra titulada ‘La madre’. Mi interés ha estado en compararla con otra obra que vi en este mismo teatro al comienzo de este año 2024 con el título de ‘El padre’.

-Hay muchas vinculaciones entre estas dos obras, además de los títulos. Han sido escritas por el mismo autor, el francés Florian Zeller. Es un artista polifacético. Entre otras actividades, también es guionista y director de cine. Por ejemplo, dirigió y versionó  para el tratamiento cinematográfico ‘El padre’, con notable éxito. También ha escrito y dirigido, en francés, la tercera parte de la trilogía, titulada ‘El hijo’. Pero no me voy a referir a ella

-Aquí, en España, los directores y protagonistas de estas las representaciones teatrales en castellano son diferentes. ‘El padre’ fue dirigida por José María Mestres, y el papel principal fue interpretado por José María Pou. Por su parte, el director de ‘La madre’ es Juan Carlos Fisher, y la principal protagonista es Aitana Sanchez-Gijón.

-Con ocasión del estreno de ‘El padre’, opiné que ‘he podido apreciar el grandísimo mérito del texto de Florian Zeller. La construcción integral del personaje de Andrés y su especial circunstancia de estar perdiendo el control de sus capacidades mentales y emotivas. El perverso juego de los tiempos y de los lugares. El rompecabezas – nunca mejor dicho- que existe dentro del personaje.  El tema tratado y la manera de hacerlo. La tragedia cotidiana, en lo personal y lo familiar, de ir descubriendo y afrontando las dudas, las discapacidades de la edad avanzada, los lapsus, las pérdidas de memoria, las desconfianzas, las inseguridades’.

-Añadiré una cosa más. En aquella obra, la exposición de los hechos no era lineal y lógica. Pero poniendo un poco de atención, se entendía perfectamente y se captaban todos los detalles argumentales. Además, la parte emocional primaba sobre el discurso lógico y sobre el mecanismo narrativo.

-Ahora, con ‘La madre’, hay de reconocer el mérito y el talento por parte del autor de no haber caído en la tentación de copiar el esquema con el que había logrado el éxito anterior. Esa misma alabanza hay que atribuir al director y a los intérpretes por haber caminado con criterios propios y diferentes, a pesar de las similitudes existentes.

-Lo mismo hay que decir de los planteamientos escénicos, de iluminación, vestuario e incluso del espacio sonoro. Especial significación puede tener aquí el diseño de la escenografía creada por Alesio Meloni. Asimismo, el componente musical tiene especial incidencia.

-En ‘El padre’, se incidía el incremento progresivo del Alzheimer. Aquí, en ‘La madre’, la situación se centra en una mujer sumida en la soledad y otras muchas sensaciones negativas: la depresión, la desesperación, la sensación de fracaso o la estafa por todo lo que ella ha dado en su vida. Todo eso la lleva al consumo de medicamentos para superar esa situación, aunque también ocasiona confusiones en la percepción de la realidad y de las personas relacionadas con ella.

-Esa confusión sobre la situación y sobre las intenciones de los otros personajes, e incluso de sí misma, es trasladada al esquema expositivo de la acción. Se realiza  un paralelismo, e incluso una mezcla, de escenas en las que se ve lo que se puede llamar la realidad con otras que recogen las falsas visiones de su mente.

-De esa manera, se obliga también al espectador a realizar un notable esfuerzo de atención, e incluso le puede dejar con la duda de haber sabido diferenciarlo en todas las ocasiones. Como consecuencia de ese esfuerzo, queda disminuida la percepción de las emociones para primar el juego intelectual antes señalado.

-Todo eso, sin embargo, no quita ningún mérito al autor, ni al director ni a los intérpretes. Así ha sido reconocido por el público que ha llenado el teatro y ha aplaudido con generosidad.

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