DAVID BARBERO
-Esta tarde he acudido al teatro Arriaga de Bilbao para ver la representación de la obra ‘Testigo de cargo’ de Agatha Christie. Confieso que he ido con ciertas suspicacias, a pesar de los buenos comentarios y críticas que había leído u oído de quienes ya la habían visto en otras localidades. Las suspicacias estaban motivadas por mi opinión no muy positiva sobre las cualidades narrativas de esta autora, aunque soy consciente de que goza del beneplácito general.
-Tras esa confesión de mi prejuicio, voy a exponeros los datos objetivos sobre la representación que he visto esta tarde. La sala estaba abarrotada. Había muchas más mujeres que hombres, y muchos más adultos que jóvenes. La obra ha sido seguida con atención. Ha habido risas en las alusiones cómicas. Los aplausos finales han sido largos y efusivos.
-Así que comenzaré aludiendo a los merecedores de ese éxito. Empiezo por el director de escena y responsable del espacio escénico, Fernando Bernués. La versión ha sido realizada por Roberto Santiago. En la interpretación, el papel protagonista lo asume Fernando Guillén Cuervo, al frente de un elenco numeroso , en el que figuran entre otros Isabelle Stoffel, Bruno Ciordia o Adolfo Fernández. Deseo personalmente citar la presencia de Nerea Mazo, en recuerdo de su padre Aitor. No puedo citar a cada uno de los responsables de las apartados técnicos. Es una producción múltiple de compañías como Tattanka, Octubre y Bitó.
-Algunos comentaristas han citado como acierto la fidelidad en el respeto a la integridad y el ritmo del texto. Yo respeto esas afirmaciones. Pero también expongo que si el ritmo literario de Agatha Chistie puede resultar lento en las narraciones, me lo parece mucho más sobre el escenario.
-Sobre la puesta en escena, hay que destacar la sencillez de la escenografía, ya que con unos pocos elementos se configura toda una historia compleja con multitud de localizaciones. Sin embargo, esa parquedad puede llevar a la uniformidad. La uniformidad es posible que provoque monotonía, lo que unido a la abundancia de texto y ausencia de acciones, quizá no favorezca el necesidad de dinamismo en el espectáculo.
-En cuanto a la interpretación, Fernando Guillén Cuervo encarna al, teóricamente, sagaz y sarcástico abogado, que en su famosa versión cinematográfica desarrolló el gran Charles Laughton. Aquí se opta por una versión más normalizada y quizá plana. Junto a él, es de justicia reconocer la exigente labor realizada por el resto del amplio y bien elegido elenco.
-En mi deseo de ser objetivo en mi información, os repito que la sala estaba abarrotada; que la obra ha sido seguida con atención; que ha habido risas en las alusiones cómicas, y que los aplausos finales han sido largos y efusivos. Y también insisto en que los comentarios y las críticas, en todos los sitios, han sido positivas y laudatorias.
Esta entrada se escribio el Sábado, 3 mayo 3 2025 a las 23:13 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.