David Barbero
-En el título de este comentario he colocado los nombres más destacados que participan en el excelente espectáculo que, desde esta tarde, se está representando en el teatro Arriaga de Bilbao. La obra se llama ‘Chavela, la última chamana’. Ése es el primer. La dramaturga y directora de escena es Carolina Román, que ha realizado su trabajo con gran pulcritud escénica y estética, además de cuidar la dirección de actrices.
-La intérprete más famosa, en este momento, entre las que participan, es Rozalén, una cantante muy conocida en esa faceta. Aseguran que a su popularidad se debe, en gran parte, que las entradas estén agotadas desde hace tiempo. A esos nombres, habría que añadir, por lo menos, el de Alejandro Pelayo, responsable de la interpretación musical, y el de Luisa Gavasa, reconocida veterana actriz y cantante. A lo largo del comentario, añadiremos los nombres del resto de las intérpretes, porque ha sido una destacada labor coral la que han realizado.
–El espectáculo tiene una difícil definición teatral. Para bien, porque se sale de los moldes habituales. Es definido como una muestra de teatro musical. También puede ser calificado como una biografía o un recuerdo emocionado y poético. En su planteamiento, destaca la originalidad en el juego interpretativo y la calidad de las actrices, además de su conjunción y complicidad.
Carolina Román, la autora y directora del espectáculo, convierte a Chavela Vargas en personaje con una curiosa y múltiple perspectiva. Son varias mujeres artistas las que se ponen en su piel viviendo diferentes periodos de su vida, que la muestran en su totalidad como mujer y como artista. A ratos, todas las actrices se suman participando simultáneamente en un juego de múltiples interpretaciones. En otras ocasiones, se multiplican los recuerdos y las ensoñaciones, en la senectud y en la juventud, y se enmarañan cual ovillo de seda para una mayor expresividad.
He indicado más arriba que resultad de justicia reconocer los nombres de todas las intérpretes. Por lo tanto hay que indicar que Luisa Gavasa encarna el papel de una Chavela entrañable, ya mayor y con cierto deterioro cognitivo. Paula Iwasaki, por su parte, interviene como la Chavela joven, iconoclasta, personal y destructora de tabúes. Ademas, hay que señalar las interpretaciones y las canciones de Raquel Varela y Laura Porras.
Los personajes aparecen y se desvanecen en una puesta escénica dotada de realismo mágico, que domina toda la representación. Finaliza la función con la recordada canción que, sin duda, es el tema que mejor la simboliza: La Llorona. Sul canto se contagia al público, sintiendo al unísono que es el cántico que une a todas las mujeres rotas, maltratadas. A las mujeres silenciadas, humilladas y abandonadas. Y a los hombres que las aman y defienden.
Así el espectáculo se convierte en un canto a la libertad, un tributo al amor, un sentido homenajea la emblemática artista mexicana, y al mismo tiempo frágil mujer, que disfrutó la vida y desafió a la muerte, dejando su recuerdo en la memoria de muchos.
Queda por señalar que el Teatro Arriaga estaba completamente lleno y que los aplausos, con el público de pie, han sido emotivos y prolongados, incluso hasta emocionar a las intérpretes.
Esta entrada se escribio el miércoles, 29 octubre 29 2025 a las 0:10 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.