-Déjame que te cuente una anécdota.
-¿Ahora?
-Por supuesto. Hoy es el día oportuno.
-¿Quieres comerme el coco?
-Con ocasión de una caminata por el Camino de Santiago, coincidí, tras la cena, con un joven estudiante de veintipocos años y un ejecutivo de algo más de cuarenta. Como nos había salido bien la jornada, decidimos tomar un licor tras el postre.
-¿Tras andar treinta kilómetros?
-El ejecutivo y yo pedimos un licor de hierbas digestivo.
-Elección de veteranos.
-En cambio, el joven aseguró que él tenía gustos propios y que deseaba tomar un combinado de whisky y Coca Cola. Insistió en que esa mezcla era exclusiva de su invención.
-Sin influencias ajenas.
-El ejecutivo que nos acompañaba aprovechó para decir que trabajaba en publicidad y que, hace unos años, una marca de whisky le había contratado para hacer una campaña publicitaria para convencer a los jóvenes a que mezclaran ese licor y la coca cola con el fin de aumentar las ventas.
-¡Que coincidencia!
-Así que el publicitario se sintió muy contento de haber convencido a ese joven y además hacerle creer que lo había decidido por su propia cuenta.
-Eso es publicidad eficaz.
-Lo que no sé es por qué me lo cuentas precisamente hoy.
-Piénsalo.
Esta entrada se escribio el Miércoles, 13 mayo 13 2009 a las 9:22 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.