Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 febrero 2019 - 12:16 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer acudí a presenciar, en el teatro Arriaga de Bilbao, el estreno en euskera de la versión de ‘Macbeth’ dirigida por Alex Gerediaga. He insistido en que el estreno fue en euskera. De esa manera, dejo claro que, dado mi muy escaso conocimiento de ese idioma, mis impresiones sobre el espectáculo son muy provisionales.
-Acudí a ese estreno, por que ha sido considerado como la producción del año de este teatro municipal de Bilbao. Además, tengo especial interés en analizar con detenimiento este espectáculo y los trabajos realizados en él. Están implicadas personas cuya trayectoria he seguido desde hace tiempo. Por esa razón, he preferido tener esta experiencia inicial en euskera para completarla la próxima semana en castellano.
-Con esas salvedades y a la espera de la cercana confirmación, debo decir que el espectáculo me produjo anoche una muy buena impresión. Quizá hubo algunas dudas al principio. Pero me fue interesando progresivamente. Una pena, para mí, no haber podido expresar esa satisfacción con los aplausos finales. El director eliminó esa manifestación de reconocimiento. No sé si está dentro de la incorporación de elementos y costumbres cinematográficas en los espectáculos teatrales que él promueve.
-Partía yo de algunas curiosidades sobre la adaptación del texto y su reducción a un límite más aconsejable. Tuve la impresión de que se mantiene toda la esencia del texto de Shakespeare y su tensión dramática. Incluso pensaría que se ha hecho una acertada limpieza en beneficio de la narración de los hechos.
-También tenía curiosidad sobre la eficacia de su aproximación a la actualidad. En muchas ocasiones, los acercamientos acarrean cierta frivolización. Mi impresión es que se ha sabido mantener los conflictos con la necesaria fuerza dramática.
-Otro motivo de mi atención estaba en la introducción de elementos filmados y de recursos cinematográficos. Me pareció que favorecen el desarrollo de la acción en casi todos los casos. El espacio escénico en general ayuda a proporcionar fuerza y grandiosidad a los episodios de la trama. Quizá algunas escenas que se colocan detrás de las paredes quedan un poco disminuidas y faltas de fuerza, a pesar de ser fundamentales.
-El amplio y elegido elenco era también motivo de mi observación. Deseaba valorar si esa generación de actores y actrices vascos demostraban su calidad y su madurez en un proyecto de máxima referencia y responsabilidad. Por lo presenciado ayer, a mi juicio, esa confirmación no se puede limitar a los dos protagonistas Mikel Losada y Miren Gaztañaga. Casi todos los integrantes del elenco son merecedores de reconocimiento.
-Solo queda, por mi parte, ratificar esta impresión la próxima semana en las representaciones en castellano.
-Antes de terminar, debo explicar el título de ‘La vocales de Mcbth’ en este comentario. Alude a una anécdota de los responsables de esta versión del clásico de Shakespeare. En su comunicación interna, quitaban las vocales y se referían a su proyecto como ‘Mcbth’. Ha quedado reflejo en el programa de mano. Pero con vocales o sin ellas, el resultado ha caminado hacia buen puerto.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 febrero 2019 - 11:04 am
Categoría: General

David Barbero
-Al salir ayer del teatro Serantes, en los círculos de asistentes se podían oír los siguientes comentarios: ‘Aunque sea menos famosa, esta obra es mucho mejor que ‘Don Juan tenorio’ del mismo autor’. ‘Se notan mucho menos los ripios de Zorrilla’.
-Ayer se representó en este teatro de Santurtzi, el espectáculo titulado ‘Traidor’ por la compañía Teatro corsario de Valladolid. Abrevian el titulo, pero se trata de la obra ‘Traidor, inconfeso y mártir’, de José Zorrilla, que se estudia en los libros de historia de la literatura.
-Es una obra con una trama moderna. Sobre todo, si se la compara con las que se escribían en el siglo XIX en pleno romanticismo. La acción se plantea con la técnica de lo que hoy se llama un thriller. Se hace un juego escénico sobre las dudas en la identidad de los personajes. Incluso el desarrollo se logra con un número de actores más reducido de lo habitual entonces.
-La compañía del Teatro Corsario ha demostrado ya calidad de sus montajes durante una larga trayectoria. Están dedicados al teatro clásico. El dominio de este tratamiento se nota también en esta obra. Es evidente la complicidad entre los intérpretes habituados a trabajar juntos y con las mismas claves.
-El público ayer no fue tan numeroso como en otras ocasiones. Los intérpretes, aunque de calidad, no son tan conocidos por las series de televisión. Pero el elenco, capitaneado por Carlos Pinedo y Blanca Izquierdo, merece todo el reconocimiento. Así como la dirección de Jesús Peña.
-Algún suspicaz, en los comentarios finales, aludía a que las representaciones del teatro clásico tienen el peligro de colocar al arte escénico en un museo alejado de los problemas actuales. Pero otros muchos le rebatieron argumentando que la calidad siempre es merecedora de ser tenida en cuenta.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 febrero 2019 - 11:46 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer había en Bilbao varias propuestas teatrales interesantes. Incluso deseables y apetecibles. Era posible elegir entre opciones diversas que merecían la pena atender. Ése es el inconveniente de disponer de una oferta tan generosa. Se multiplican las posibilidades. Pero, cuando eliges, te ves obligado a renunciar a otras obras que también que gustaría presenciar.
-Después de alguna duda, me decidí por ir al teatro Campos Elíseos a ver el ‘Cyrano de Bergerac’ de José Luis Gil, dirigido por Alberto Castrillo-Ferrer.
-El motivo principal de mi elección estuvo en conocer el gran empeño afectivo que este actor ha tendido desde siempre hacia este personaje y hacia esta obra. Sabía que, desde pequeño, había soñado con meterse en la piel de Cyrano. Este deseo ha ido aumentado con el tiempo. Estaba convencido yo de que esa pasión y ese entusiasmo iban a condicionar para bien la representación.
-Así fue. En la representación se ve cómo José Luis Gil se identifica apasionadamente con este personaje, cómo vibra con sus acciones, cómo se entusiasma con sus hallazgos y cómo se adapta resignadamente a los avatares de su trayectoria. Da la sensación como si la identificación llegara al plano incluso personal. Con todo eso, su interpretación adquiere connotaciones especiales.
-También hay en este proyecto, por parte de todos los implicados, un homenaje al autor Edmond Rostand y a esta obra emblemática. En ella, están todas las esencias de las artes teatrales. Aunque también se puedan encontrar lagunas estilísticas o excesos de construcción.
-Como se trataba de una pasión acumulada y de un homenaje, todos se han volcado en las virtudes. Pero no se han limado las aristas.
-En conclusión, mereció la pena haber elegido a José Luis Gil, a Rostand, a Cyrano y a las ‘valientes narices’ de todos los participantes en el proyecto.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 27 enero 2019 - 12:02 pm
Categoría: General

David Barbero
-Ayer al salir del teatro, alguien, una joven espectadora, me preguntó: ¿Qué tiene que ver ‘Tío Vania’ con ‘La mujer espía’?
-Con esa segunda expresión, se refería al título de la obra ‘Espía a una mujer que se mata’.
-Esto sucedió en el Teatro Social de Basauri. Allí se representó ayer por la noche una obra con ese título. El texto y la dirección las firma el argentino Daniel Veronese. Pero, desde el mismo programa de mano, se advierte la procedencia: ‘A partir de Tío Vania de Anton Chejov’.
-Digamos que el teatro estaba especialmente lleno. Y que el público, tras escuchar la pieza con mucha atención, aplaudió mucho.
-Alguien opinaba que la mayoría del público había acudido, como siempre, por la fama de los actores y actrices a través de la televisión. Pero hay que reconocer que este tipo de teatro con connotaciones literarias cada vez tiene más seguidores.
-No te desvíes de lo de Tío Vania y la mujer espía.
-A ver si sé explicarlo. La técnica de Veronese es la siguiente: Desnuda a los personajes, metafóricamente hablando. Les quita todas las connotaciones del autor. También desnuda la acción. Y el espacio escénico. Y hasta el tiempo dramático.
-No sé si la palabra adecuada es desnudar o desestructurar o deconstruir. Él dice también como metáfora: ‘En nuestra versión, no habrá vestimentas teatrales, ni ritmos bucólicos, ni rastros de tiempo campestre’. Añade: ’Queremos llegar a la expresión mínima,’.
-¡Bueno! Después de haberlos ‘desnudados’, los vuelve a reconstruir como los propios intérpretes. Y les encarga a éstos que hagan, a su imagen y semejanza, lo que había propuesto Chejov.
-¿Tú crees que es así?
-Muchos piensan que es la forma más actual y más eficaz de presentar ahora a los clásicos, incluso a los clásicos modernos.
-Para los actores es un ejercicio interpretativo muy interesante.
-Además, se contagian de esas connotaciones intelectuales, después de terminar una serie televisiva.
-Otros opinan, en cambio, que Chejov lo hacía mejor.
-Pienso que habría que hacer una alusión a ‘Las criadas’ de Genet.
-No sé, amiga, si he contestado a tu pregunta.
-¡Yo creo que te has metido en un jardín!
-De todos modos, bienvenido sea Veronese que nos hace debatir sobre teatro.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 enero 2019 - 6:18 pm
Categoría: General

David Barbero
-Pido disculpas por empezar con una referencia personal. Tengo abierta en el ordenador una carpeta sobre la continuación de ‘Casa de muñecas’ de Henryk Ibsen. No termino de cerrarla como desearía. Comencé con el proyecto de escribir una ‘secuela’ de esta obra hace tiempo. Pero me he liado con su desarrollo y su conclusión. Así que la he colocado entre paréntesis y me he puesto a otras cosas.
-Con esta introducción, es comprensible que ayer fuera con mucho interés al Teatro Serantes de Santurtzi. Allí presentaban la pieza teatral titulada ‘La vuelta de Nora’. Y añadían el subtítulo de ‘Casa de muñecas 2’ para que el propósito quedara claro a todos. Se trata exactamente del mismo proyecto que he dejado entre paréntesis.
-El autor es Lucas Hnath. La dirección es del prestigioso Andrés Lima. Los intérpretes principales son Aitana Sánchez Gijón y Roberto Enríquez. Están acompañados de María Isabel Díaz lago y Elena Rivera.
-Lucas Hnath es un autor norteamericano relativamente joven, emergente y bastante premiado en los últimos tiempos. Estrenó esta obra en Nueva York hace casi dos años. Ha tenido con ella un éxito muy destacado, Tanto de crítica como de público.
-Adelantaré que reconozco, desde el principio, los méritos de la obra y del autor. Ha sabido llevar a cabo la secuela de una obra tan importante y tan polémica como ‘Casa de muñecas’. Cosa que yo, desde luego, no he sabido hacer.
-Seguramente la clave de este logro ha estado en dar la vuelta al argumento sobre la obra original y sus personajes, en lugar de poner el énfasis en la vida posterior al portazo. Lucas Hnath tiene la habilidad de hacer volver a la protagonista quince años después. Se inventa una necesidad surgida de lo que entonces había sucedido. Esa necesidad y esa dependencia permiten poner en cuestión el planteamiento inicial de Ibsen y polemizar sobre las relaciones entre los personajes originales.
-A partir de ese planteamiento, puede haber discrepancia de pareceres sobre la manera de llevar el enfrentamiento entre los protagonistas. Algunos pensarán que es una obra demasiado discursiva. Incluso se puede dudar sobre si el punto de referencia se sitúa en el momento actual, al que pertenecen los espectadores, o si se queda en quince años después de Ibsen, muy alejado de la actualidad.
-También se puede pensar que el montaje se ha planteado con el ‘prejuicio’, en sentido literal no despectivo, de que la situación de la mujer no ha cambiado ‘nada o casi nada’ desde entonces. Eso se señala ya en el programa de mano firmado por el director y, de esa manera, se adelanta el resultado final de la obra.
-De todos modos, estos detalles no restan meritos a los implicados en el proyecto. Del autor, ya ha quedado destacada su habilidad. A Andrés Lima, como director, hay que reconocerle el trabajo escénico de encerrar a los personajes en una caja claustrofóbica. Abre simbólicamente las ventanas para dejar ver el ambiente exterior y favorecer la presión. También hay que atribuirle su influencia en que los actores estén en tensión continua, una veces contenida y otras en ebullición. Los intérpretes, los cuatro, matizan sus papeles para meter a los espectadores en la intriga y en la polémica deseada.
-Así que bienvenida sea esta debatida ‘vuelta de Nora’.

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