Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 enero 2019 - 12:41 pm
Categoría: General

David Barbero
-Aclaración previa. No tengo un criterio definido sobre si es mejor acudir a las obras de teatro con la mínima información para dejarse sorprender o si merece la pena ir muy documentado con el fin de percibir todos los detalles con mayor claridad. Unas veces, acudo abierto y, otras, informado.
-Ayer tuve especial interés en enterarse de todo lo posible sobre la propuesta de la obra titulada ‘Galerna’ y sobre su muy joven autora, Tamara Gutiérrez.
-Sobre ella, me impresionó lo mucho que ha aprovechado sus todavía pocos años; la intensidad y variedad de sus estudios; la multitud de sus experiencias y prácticas; la amplitud de sus horizontes; la sana y valiente ingenuidad de sus aspiraciones, así como la complejidad y generalidad de sus planteamientos.
-Sobre la visión de esta obra por la propia autora, anoté el punto de partida sobre los suicidios de los jóvenes; la concepción de la familia como laboratorio de personalidades y frustraciones; la representación del grupo familiar como símbolo del mundo; la importancia de los cuentos, sobre todo de los no leídos; el contagio de los súper héroes y la fascinación por vivir otras vidas imaginadas con escasa madurez.
-Todo eso me despertó un gran interés para asistir ayer, al estreno de ‘Galerna’ en el Teatro Arriaga de Bilbao, dentro del ciclo de Nuevas Dramaturgias. Así que me apresuré para poder colocarme en la primera fila y percibir con más inmediatez la representación.
-Me resultó muy gratificante no sólo contemplar tan de cerca el mundo fantástico de los integrantes de esa familia representativa. Me vi metido en él y llegué a formar parte del mismo. Ahí estaba el intento de Tamara Gutiérrez de concebir la representación teatral como una epifanía, como evocación, como acción emancipadora o redentora, en un tono poético, buscando que cada palabra o cada expresión tuvieran más valor que su significado inmediato.
-Se puede decir que también se percibía una desbordada precipitación juvenil para querer decirlo todo o un deseo de colocar la subjetividad propia completa, o una tendencia a la generalización, o algunas afirmaciones demasiado absolutas. Pero se podía entender todo eso como parte del encanto.
-En el logro de la fascinación sobre el escenario, hay que situar la labor de Ramón Barea, como director del espectáculo. Estaba presente su cuidado de los detalles, las matizaciones, los silencios y las expresiones agresivas. También, los saltos simbólicos, las carreras, las contenciones y los temblores significativos.
-No menos decisivo es el trabajo y la entrega de los cinco intérpretes. Los veteranos Vene Herrero y Jon Ariño. Los jóvenes emergentes Nahikari Rodríguez, Xabier Barrutia y Yeray Vázquez.
-Especial alusión hay que hacer a las creaciones en los espacios sonoro y visual. Por ahí, andaba la mano de Naiel Ibarrola y otros compañeros. No hay que olvidar la originalidad del atrezzo ni la importancia de las proyecciones.
-Dado que la primera visión de esta joven ‘Galerna’ me ha sido de tanto interés, acumulo toda la información y los impactos emocionales recibidos, para aumentarlos en próximas visiones, cuando se reestrene en Pabellón 6.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 enero 2019 - 11:35 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer la sesión de la tertulia improvisada que se forma a la salida del teatro fue más concurrida y estuvo más animada que de costumbre.
-Os sitúo. Ayer, por la tarde casi de noche, se estrenó, en castellano, la obra ‘El enjambre’ en el teatro Arriaga de Bilbao. El autor es Kepa Errasti. La dirección la realiza Mireia Gabilondo ayudada por el propio autor. Cuenta con un amplio elenco de actrices. No hay que desdeñar al buen equipo de oficios teatrales más técnicos ni al grupo de producción.
-A esa mayor concurrencia de la tertulia improvisada, pudo influir la gran afluencia de público a la función. La mayoría eran mujeres. Y muchas de ellas, jóvenes.
-El debate estuvo bastante animado. En determinados momentos, hubo pasión y polémica. El espectáculo había dejado ganas de comentar las sensaciones recibidas.
-Comenzando por los aspectos técnicos, que a veces se olvidan, cabe decir que había más alabanzas que críticas hacia el espacio escénico, el atrezzo y la iluminación. Se recibieron algunas notas negativas hacia el sonido. Pero eso puede ser problema de la vocalización de algunas intérpretes.
-Respecto al texto y la llamada dramaturgia, hubo quien aludió a algunas reiteraciones. Gustó el tratamiento circular del argumento. Pero alunas personas hubieran preferido un avance más en línea recta. El balance global, positivo. Ah! No faltó quien aludió a que el recurso de la reunión de amigas o compañeros que hace muchos que no se ven, resulta un poco manido.
-Fueron positivas las valoraciones de la labor de dirección. Casi todos coincidían en considerar difícil y, a la vez, arriesgado el planteamiento desenfadado y divertido de fiesta loca. Hubo quien lo consideró un tanto acelerado y exagerado. Pero eran más quienes justiciaban esa exageración para tener enganchada durante toda la obra la atención del público.
-En lo que hubo unanimidad es en la estimación de la labor interpretativa. Todo fueron alabanzas hacia el trabajo de las seis actrices. La opinión era común al afirmar que existen muy buenos intérpretes en el país vasco. No faltaron quienes aseguraban que esa calidad se nota más entre las actrices que entre los actores. Existieron discrepancias a la hora de determinar quién de las seis era la más destacada. Así que habrá que citar a todas: Aitziber Garmendia, Getari Etxegarai, Itziar Atienza, Leire Ruiz, Naiara Arnedo, y Sara Cozar.
-Como consecuencia de esta valoración, se presentó una propuesta para que el título de obra cambiara de género y se convirtiera en ‘La enjambre’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 13 enero 2019 - 12:03 pm
Categoría: General

David Barbero
-Como todavía estoy bajo el influjo de la obra de teatro que vi anoche en el teatro Barakaldo, voy a comenzar diciendo: Viva la imaginación, viva el surrealismo y el esperpento.
-En el Teatro Barakaldo estuvieron ayer los integrantes de la compañía teatral aragonesa Nuevedenueve. Representaron la obra ‘Con lo bien que estábamos’.
-Sería imposible definirla y sintetizarla. Ésa es una de las grandezas. Tiene más. En ella, están muy destacados los elementos señalados antes: la imaginación, el surrealismo, el cabaret, el esperpento, la ironía, la anarquía, la burla. Y unas cuantas cosas importantes más.
-Junto a todo eso, hay también talento escénico, capacidad interpretativa, dominio de numerosos recursos, el don de la complicidad, el equilibro unido a la exageración. Y unas cuantas cualidades importantes más.
-Además, es una llamada de atención contra la rutina vital, contra el aburrimiento, contra el sedentarismo emocional y contra la abulia sentimental. Suena como la llamada del despertador de la conciencia para romper con la nefasta cotidianidad.
-Son una compañía joven. Pero ya habían demostrado todo eso con anterioridad, por lo menos, en ‘Cabaré de caricia y puntapié’ y en ‘La extinta poética’.
-Voy a destacar sus nombres como homenaje y agradecimiento. Carmen Barrantes y Jorge Usón son los intérpretes. José Troncoso es el responsable de la dirección y la dramaturgia. Mariano Marín hace las mismas funciones con la música.
-Detrás del texto, está el autor inconformista francés Sebastien Thiery.
-No soy quien para recomendar nada. Pero estén atentos por si vuelve. O busquen fuera por si se pone a tiro.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 11 enero 2019 - 12:43 pm
Categoría: General

David Barbero
-Me voy a aventurar a comenzar por la conclusión. Más que una aventura es un riesgo. Reconozco que no tengo todas las confirmaciones establecidas ni todas las seguridades para este salto sin red.
-Esta conclusión es la siguiente: La obra teatral ‘Todas las noches de un día’, escrita por Alberto Conejero y dirigida por Luis Luque, que estos días están representado Carmelo Gómez y Ana Torrent en el teatro Arriaga de Bilbao, es una reelaboración de ‘Doña Rosita la soltera‘ de Federico García Lorca.
-He utilizado la palabra ‘reelaboración’. He estado dudando sobre qué término utilizar. Creo que éste no es exacto. Pero no he encontrado otro mejor. No quiero decir que sea una adaptación. Ni mucho menos. Sería más bien un intento, un reto sobre cómo escribir esa obra ahora. O cómo la escribiría García Lorca si viviera en estos momentos. O cómo debería escribirla actualmente la reencarnación de este escritor y poeta. No sé qué palabra exacta habría que utilizar para expresarlo.
-Quiero dejar claro que, con esta afirmación, no deseo infravalorar el trabajo de Alberto Conejero, uno de los autores más emergentes de los últimos años. Al contrario. Deseo enfatizar el arrojo, la gallardía, la valentía de haber adoptado esa actitud, ese reto, ese propósito, ese quizá atrevimiento.
-Creo que nadie negará que en estas ‘Noches…’ están todos los elementos de ‘Doña Rosita…’ La presencia envolvente del invernadero; el tío no sólo jardinero sino amante de las plantas; el juego de los nombres científicos; la identificación de ella con una planta concreta. Está también el novio viajero; la comunicación por carta; la espera diaria del cartero; la vida paralela del novio más allá de mar; la ruptura del compromiso también por vía epistolar; la desalación por la soledad.
-Se podría alargar esta lista de elementos comunes y de concomitancias. Pero las citadas son suficientes para indicar que no pueden ser casuales sino totalmente intencionadas. Conejero es un apasionado y entusiasta seguidor o estudioso del teatro y la vida de Lorca. No creo que a nadie le extrañe la afirmación de que esa admiración tiene tonos de identificación en los propósitos.
-En ‘Doña Rosita…’ no están los motivos psicológicos y personales por los que la joven se va a vivir con sus tíos. Esta es una de las aportaciones destacadas de ‘Las noches…’ Deja entrever o sugiere o insinúa o alude veladamente a un trauma o agresión o violencia o quizá se llega a pensar en una posible violación dentro de la familia. Ese elemento es tan fuerte que cambia el carácter de la protagonista. He utilizado la palabra ‘cambia’. Me surge una pregunta. ¿Podríamos utilizar el verbo ‘deforma’?
-Desde luego hay más preguntas. ¿Esta Silvia que fuma largos y finos cigarrillos con dedos temblorosos, como las heroínas caídas de Tennessee Williams, es más potente que la Rosita desolada por el paso del tiempo en soledad? ¿Es un personaje más rico? ¿Es más actual? ¿O menos antiguo?
-Otra pregunta. ¿Esa introducción del psicoanálisis y las frustraciones personales por agresiones sexuales anteriores sigue vigente? ¿El señor Freud no está ya muy pasado?
-En el personaje del jardinero puede haber una elaboración más diferencial. Pero no menos importante y destacable. En estas ‘Noches…’ se rompe la identificación entre el jardinero y el tío acogedor. Era necesario separarlos para esa muy especial historia de amor con tantos matices, complejos, contradicciones, anhelos, frustraciones… Quizá en términos psicoanalíticos, Freud hubiera utilizado la palabra sublimaciones.
-Yo me arriesgaría a que existe un intento de recrear en este personaje de Samuel al propio Federico García Lorca. Pero reconozco que me costaría encontrar apoyos concretos en el texto de ‘Las noches…’.
-Otro elemento añadido es la presencia ausente de los policías que interrogan al jardinero. Se podría calificar como un truco para contar la historia en tono de intriga o, como ahora se dice, thriller. Hay que señalar que no es un recurso muy lorquiano. A no ser que, dentro de la ambigüedad expositiva de la larga primera parte, alguien haya pensado que los policías son una pareja de la guardia civil, mucho más cercana al mundo de Lorca.
-Un comentario sí que se merece esa aludida ambigüedad expositiva de los hechos y su mezcla con las ensoñaciones y recuerdos. Ese mecanismo expositivo mantiene a los espectadores, sin duda intencionadamente, en una situación de desasosiego, por no decir de desorientación, durante la mayor parte de la obra. Hasta el final, no se le permite encajar el rompecabezas. Dicen que es una manera de hacer más activo al espectador. Aseguran que un autor que se precie no debe permitir que le entiendan a la primera. Yo, sin embargo, he oído que el verdadero escritor es el que hace fácil lo complicado y pone claridad en lo oscuro.
-No puedo terminar este comentario sin hacer una alusión destacada al muy bien trabajo, a mi juicio, de Carmelo Gómez y de Ana Torrent. Su labor interpretativa de estos personajes tan complejos, en el sentido positivo del término, es muy digna de reconocer. Y también el trabajo de dirección de Luis Luque. Son merecedores de todas las alabanzas que he oído y leído hacia ellos.
-Me quedo con el temor de que alguien entienda este atrevido comentario como una infra valoración del texto de Alberto Conejero. Debo reiterar que eso está lejos de mi intención.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 enero 2019 - 2:23 pm
Categoría: General

David Barbero
-Ayer me puse pantalón nuevo para ir al teatro en el palacio Euskalduna de Bilbao. También una camisa recién planchada. Incluso me coloqué, en el cuello, un pañuelo a juego.
-Se estrenaba la obra ‘Puerta con puerta’. Ese estreno tenía un significado mayor. Era el arranque de un proyecto total. Iniciaba la actividad una nueva compañía teatral en el País vasco con unos propósitos especiales y diferentes.
-Esa diferencia está en su decisión de dirigirse al gran público, con vocación abierta, en el campo de la comedia, siguiendo las trayectorias de compañías con proyección en toda la península.
-Esta alusión a la península entera está justificada porque algunos integrantes del nuevo grupo tiene vinculación directa con Portugal.
-Los pilares principales de este valiente proyecto son dos actores cómicos, conocidos y reconcomidos, como son Gurutze Beitia y Josu Ormaetxe.
-Esta explicación viene a cuento de justificar el pantalón nuevo y la camisa recién planchada para acudir al estreno.
-Debo reconocer que también llevaba alguna preocupación cuando me dirigía hacia el palacio Euskaduna. Era consciente de las dificultades del reto. El mundo de la comedia dirigida al gran público es tremendamente difícil y competitivo. Además, había habido, en la pasada Semana Grande bilbaína, un intento previo que, a mi juicio, no dio los resultados deseados.
-No hicieron falta ni cinco minutos de representación para despejar las dudas. La primera escena de ‘Puerta con puerta’, protagonizada por Gututze Beitia, dejaba clara la propuesta. Evidenciaba que se estaba en el camino adecuado. Manifestaba que había calidad interpretativa, exactitud de objetivos y conexión con el público.
-El desarrollo completo del espectáculo terminaba de confirmar esa sensación. Había una manera competente y válida de afrontar el reto con la calidad necesaria, con la complicidad exigible y con los medios eficaces para salir adelante en el empeño. La interpretación era sólida. Había tensión argumental. No faltaba la sorpresa final. Era una pieza con todos los elementos bien integrados.
-Ahí estaban dos intérpretes idóneos para ese exigente trabajo. Gurutze Beitia Y Josu Ormaetxe tienen recursos escénicos, presencia teatral, temple y seguridad en lo que hacen. Conectan con el público, cuando hablan y cuando callan. Poseen ese necesario don de la comicidad. Se lo ‘curran’. Saben que la clave de la comicidad está en los matices, en el tiempo y en el engranaje. Son conscientes de la dificultad del oficio y del proyecto.
-Hay que tener en cuenta, además, que se trataba de la primera representación pública de la obra. Era incluso previa al día del estreno oficial. Por lo tanto, todavía se puede lograr limar alguna arista que quede por pulir.
-En conclusión, ayer se confirmó que hay un proyecto teatral potente, con las ideas claras, una rara avis en el quizá endogámico mundillo teatral del País vasco. Se nota que es una iniciativa surgida desde el teatro, que ha sabido integrar otros elementos procedentes de la comunicación que proporcionan frescura de ideas y elimina prejuicios.
-Mereció, por lo tanto, la pena ponerse pantalón nuevo y camisa recién planchada para estar presente en el acontecimiento. Incluso el pañuelo a juego quedaba justificado.

Esta página web utiliza cookies para mejorar tu visita adaptando la navegación a tus preferencias.
Para seguir navegando tienes que Aceptar las política de cookies. Más información