Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 noviembre 2020 - 12:07 am
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde, se ha estrenado, en el teatro Arriaga de Bilbao, la versión en euskera, con elementos bilingües, de la obra ‘Sisiforen paperak’. La próxima semana, se estrenará la versión en castellano.
-No voy a hacer hoy ningún comentario sobre la obra. Esperaré al próximo viernes con la información completa. Pero sí que voy a reflejar la sensación que me ha producido este estreno dentro de un balance más general.
-En el teatro municipal de Bilbao, esta tarde, no solo ha habido pleno de asistencia. Ha existido un ambiente como en los grandes acontecimientos teatrales y de gran eco de convivencia social, de entusiasmo, de expectación, de sensación de que se estaba asistiendo a un acto con gran reconocimiento social, cultural y ciudadano.
-Tuve esa misma sensación hace unas semanas, en ese mismo local, con ocasión del estreno de otra obra de teatro en euskera, ‘Ez dok ero’. Entonces, ya se comentó públicamente el bien momento por el que está atravesando el teatro en euskera. El estreno de hoy ha servido para ratificar tanto la calidad como su reconocimiento.
-No es que esta calidad, y su reconocimiento público, se haya producido de la noche a la mañana. Ha sido una carrera larga, muy trabajada, con esfuerzo y con talento. Pero en estos momentos, se vive y se tiene constancia de que en euskera se está haciendo un teatro de calidad, con textos muy potentes y bien elaborados. Con planificación escénica de acuerdo con las últimas técnicas, avances y planteamientos. Con interpretaciones muy solventes. En él, se están tratando temas actuales y polémicos con más valentía, y más libertad que en otros idiomas.
-Voy a utilizar el titulo de la obra estrenada esta tarde, aunque sea en otro sentido. Un amigo teatrero, hasta hace poco me decía que al trabajar en el teatro en euskera tenía la sensación, como Sísifo, de estar todos los días intentando subir una piedra hasta la cumbre y que siempre volvía a caer por falta de reconocimiento. Así que había que empezar de nuevo con cada obra, desde cero, para conseguir esa repercusión social.
-Da la sensación de que, ahora, el teatro en euskera deja las piedras en todo lo alto. Lo cual es – debe ser – motivo de satisfacción para todos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 noviembre 2020 - 12:46 am
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde-noche, hace un rato, me ha sucedido algo infrecuente en el teatro. Ha sido en la sala la Fundición de Bilbao. Me ha disgustado, y mucho, que terminara la obra. Me hallaba tan a gusto, tan interesado, con tanta emoción, que hubiera deseado continuar sin límite.
-He estado viendo la obra ‘Conservando memoria’. Es una creación de la compañía riojana ‘El patio teatro’. Está incluida en la programación del Festival de títeres de Bilbao. No trabajan exactamente con títeres, sino con objetos. En fechas anteriores, ha sido posible verla en otros escenarios. Todavía será representada en otros locales cercanos. Ha sido ya merecedora de diversos reconocimientos y premios.
-Así que deseo manifestar mi agradecimiento a Izaskun Fernández y a Julián Sainz-López. Son los factótum de la compañía El patio. Sus artesanos integrales y meticulosos, sus creadores cuidadosos, sus ‘imaginadores’ detallistas, sus ‘ilusionadores’ constantes. Sus tiernos y delicados magos.
-Este agradecimiento va dirigido a una manera de hacer, de crear, de comunicarse en el teatro, en el arte en general. Basada en la emoción, en la sinceridad, en la implicación. Parte de lo cotidiano, de lo cercano, de lo inmediato y llega a lo más profundo y entrañable.
-Va destinado a una forma de ver el teatro, el arte y también la vida, que disecciona e ilumina lo que es esencial, importante y autentico. Y después lo comunica de forma directa, sin artificios y sin adornos. Sin olvidar la precisión técnica y sobre todo con perfecta sinceridad.
-Con la sola utilización de frascos de cristal, nos han comunicado una relación entrañable, cariñosa y enriquecedora entre los miembros de una gran familia. Como muchas. Hemos visto, oído, imaginado y vivido unos personajes definidos en su totalidad física, psicológica y emotiva. Nos hemos identificado con vivencias y sentimientos. Hemos participado de sus aventuras. Algunas realmente fantásticas. Como su llegada en barco hasta la playa de Logroño.
-Para que esa magia haya podido suceder, para que esa comunicación se haya producido, ha tenido que haber un extraordinario texto. En apariencia sencillo, pero trazado y trabajado milimétricamente. Con una expresividad extraordinaria. Ha tenido lugar una interpretación magnifica. También en apariencia sencilla. Pero de gran calidad, con extraordinaria maestría para comunicar emociones e hipnotizar las miradas.
-Son esta actitud y este trabajo, los de El patio, los de Izaskun Fernández y de Julián Sáenz- López, una rara avis, una magnífica oportunidad en el panorama artístico y teatral. Afortunadamente no son los únicos. Pero la mayoría camina a la búsqueda de las grandes dimensiones, de los apoyos oficiales, de fastuosos lanzamientos multidireccionales. Su calidad, su magnetismo, su entrega, su labor intensa y profunda, no necesita esos artificios.
-Creo que estas joyitas sólo están presentes en espectáculos de títeres u objetos y en otros trabajos de pequeño tamaño pero de gran dimensión y significado.
-No soy muy dado a dar consejos y recomendaciones. Creo que cada uno es responsable de los espectáculos que ve y de las visiones con que alimenta su espíritu. En este caso, os digo que si deseáis emocionaros, sentir, gratificaros, permitir que el corazón se os ablande, no dejéis de verla.
-Seguramente os cederá como a mí. Os quedaréis sentados, por si se les ocurre prolongar, o seguir, o hacer algún bis. Y saldréis fascinados.
-Muchas gracias, Izaskun y Julián.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 noviembre 2020 - 12:01 am
Categoría: General

David Barbero
-Los organizadores del festival internacional de danza contemporánea Dantzaldia suelen medir todos los detalles. No dan puntada sin intención. Estoy seguro de que haber colocado el flamenco de Ana Morales en el museo Guggenheim es un dato a tener en cuenta.
-Cuando se desea destacar la importancia de alguien o de algo se suele utilizar la expresión de que es un ‘peso pesado’, voluminoso, sólido, consistente, inmutable.
-Yo tengo la intención de destacar los valores de la bailaora y coreógrafa de flamenco Ana Morales y de la suite ‘Sin permiso’ que ha presentado esta tarde en el auditórium del Museo Guggenheim de Bilbao. Pero voy a utilizar la expresión contraria. Deseo aludir a su dinamismo, su fuerza, su ligereza, su elasticidad, sutileza, imaginación, emociones, poesía, recuerdos, nostalgia, preguntas, exorcismo depurador.
-El título se completa con el añadido ‘Canciones para el silencio’. Alusión al recuerdo del padre desaparecido, de su manera de ver la vida, el arte, el flamenco, las influencias vividas. Una relación fuerte, llena de matices. No todos en la misma dirección. Algún desencuentro. Quizá el haberla llevado a nacer en el exilio. También la alegría y la fuerza del reencuentro. La construcción conflictiva de la personalidad propia. La aceptación mutua y hasta la protección final bajo su abrigo.
-En esta suite, están incluidas muchas vivencias y creaciones. A pesar de su juventud. Desde ‘De sandalia a tacón’, con el recuerdo de las bailaoras gaditanas tan lejanas como el siglo dos antes del mismísimo Cristo. La reutilización de todos los elementos posibles, para ‘ReciclARTE’ y crear algo nuevo partiendo de lo antiguo. Los acontecimientos vitales que han marcado y llenado la ‘Calleja del agua’. ‘Los pasos perdidos’, bailes sin hilo argumental pero unidos por poner la técnica al servicio de sentimiento.
-Supongo que por todo esto, Ana Morales y su ‘Sin permiso’ han sido colocados esta tarde en el Museo Guggenheim de Bilbao. Ha estado acompañada, en el baile, por José Manuel Álvarez; Juan José Amador en el cante; José Antonio Suarez, en la guitarra; y Daniel Suarez, en la batería.
-De todos ellos, hay destacar su calidad. Y el convencimiento de que, cuando se dominan las técnicas, es cuando se puede trasgredir y renovar.
-Además, he creído ver, en este espectáculo, una gran plasticidad pictórica. Símbolos e imágenes. Entre los picassianos, sin duda el caballo. Y me ha venido el recuerdo de espectáculos suyos anteriores sobre Picasso, Dalí o Frida Kahlo.
-Así, Ana y sus compañeros se han podido contagiar por el arte emanado del museo contemporáneo y el titanio modernista se ha teñido de su flamenco innovador.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 noviembre 2020 - 1:48 am
Categoría: General

David Barbero
-Tenía ganas de ver de nuevo el ‘Ubu, rey de las finanzas’ de la compañía joven de pabellón 6. La vi, no hace mucho, en su estreno. Pero desde entonces, han pasado muchas cosas.
-Entonces no había llegado este coronavirus que sigue condicionando nuestras vidas. Y otro cambio, teatralmente, importante. La compañía joven no se había independizado.
-Creo recordar que en aquella ocasión, dije, respecto a la obra, que este clásico moderno, parecía escrito directamente para esta crisis. Y respecto a los intérpretes, aseguraba que, siendo miembros de la compañía joven por sus pocos años, disimulaban muy bien esa bisoñez, ya que afrontaban el reto con gran seguridad y solvencia.
-Esta tarde, he recibido la impresión de que a esta compañía joven le sienta bien haberse independizado. Caminan con paso firme. Se les ve sueltos, osados y valientes. Es indudable que las obras ganan con las representaciones. Siempre, claro, que no se caiga en la rutina y se mantenga la tensión. Este ‘Ubu’ es un claro ejemplo.
-Me ha parecido que el ritmo es todavía más potente. No hay un segundo de descanso. Siempre existe una nueva acción, un gesto, un movimiento oportuno. Cada personaje – los muchos que hay- está definido y aprovechado al máximo en su expresividad. Las canciones y números musicales se desarrollan con mucha intencionalidad.
-No sé si es que el entorno social en que vivimos está más crispado. Pero la crítica – más bien burla descarnada integral- llega con más precisión, con más fuerza, más contundente, más directa. Las alusiones que en otras épocas parecían exageradas, llegando a absurdas, ahora están calcadas de la realidad. En este apartado, hay que citar la actualidad del autor, Alfred Jarry, y la gran habilidad del adaptador, Raúl Quirós Molina. Además, claro, de Ramón Barea como director.
-Los ocho intérpretes merecen ser elogiados individualmente y en su conjunto. Realizan un trabajo extraordinario. Kepa Alesso, Alazne Astorga, Aitor Echarte, Alex Gibaja, Diana Irazabal, Sandra Martín, Arnatz Puertas Y Leire Ormazabal.
-Sería una injusticia no destacar la creación musical de Naiel Ibarrola, o en vestuario de Betitxe Saitua, o la iluminación y todos los departamentos técnicos.
-Terminaré con una anécdota personal. Ayer y anteayer, he estado asistiendo, telemáticamente, a un interesante congreso virtual organizado por Eskena sobre reflexiones para el futuro del teatro. Sabias y experimentadas teatreras/os han expuesto sus visiones y sus esperanzas. He querido completarlo esta tarde con la visión de este ‘Ubu, rey de las finanzas’ de la compañía joven, como clase práctica de lo que están haciendo ahora ya los que harán el teatro en las futuras décadas.
-Para mí personalmente, esta práctica ha sido más ilustrativa que las explicaciones teóricas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 noviembre 2020 - 2:06 am
Categoría: General

David Barbero
-No me voy a cortar. Al pan, pan; y al vino, vino. Cuando me enteré de que Las Fellini iban a presentar su show cabaretero en la sala La Fundición de Deusto – y que además lo iban a hacer de forma periódica – pensé que ése era un matrimonio imposible.
-Incluso llegué a sospechar que, como todavía faltaban unas semanas para consumarlo, alguna de las dos partes se daría cuenta, a tiempo, de la incompatibilidad, y el intento no llegaría hasta el altar o hasta el registro municipal.
-Este prejuicio – o juicio previo – me venía de pensar que son dos proyectos, dos estilos, dos actitudes, dos planteamientos, muy diferentes y alejados. Cada uno con sus características. Pero en dirección opuesta. Siguiendo la metáfora matrimonial, se podía pensar, en mi opinión, que pronto aparecería la ‘incompatibilidad de caracteres’.
-La Fundición está encarnada en la vanguardia, quizá algo nostálgica, con bastantes matices de intelectualidad. Se rodea de una cierta innovación exquisita. Distanciada premeditadamente de los gustos llamados comerciales o populares.
-Las Fellini se mueven en la exageración. En los pubs. En la noche. En la broma directa, en la provocación sin límite ni freno, en la brusquedad, en la caricatura de brocha gorda y de colores fuertes.
-Para más inri, me parecía que el público habitual de la Fundición y los/as seguidores de la Fellini se hallaban en las antípodas por sus gustos estéticos, sus curiosidades y sus apetencias.
-He tenido incluso algunos debates – o simplemente intercambio de opiniones – con quienes defienden esta sorprendente fusión. Ellos opinan que seguramente hay más coincidencias en el fondo que en la superficie, en lo básico que en las formas. En la crítica y hasta el rechazo a lo establecido que en las maneras de manifestarlo. En la contracultura. En la esperanza de que los extremos, cuando se tocan, encuentran puntos de contacto y enchufes compatibles.
-Para comprobarlo, esta tarde, he ido a la sala la Fundición a ver el cabaret de Las Fellini. Y debo decir que…
-A mí, me cuesta mucho dar el brazo a torcer y soy lento en mis aceptaciones. Tendré que volver más jueves para seguir comprobándolo. Necesito más opiniones.
-De todos modos, debo reconocer que, una vez visto este cabaret y observada la favorable reacción del público – en parte nuevo en esta sala -, no estoy tan seguro de la incompatibilidad expresada más arriba. Es posible que… esa fusión funcione.

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