-Estas fiestas de Navidad, he realizado un experimento muy gratificante. He ido con mi nieto Pau al teatro. De nuevo. Ya había ido en otras ocasiones.

-Le habrás tenido que conquistar con palomitas o con la promesa de comprarle un muñeco de los dibujos animados.

-Ha estado doce días con nosotros y hemos ido a cuatro espectáculos.

-Muchos. ¿No?

-Se ha quedado con ganas de ir a más. Incluso un día habíamos planificado un doblete.

-Hemos elegido espectáculos apropiados para él.

-Dos de los espectáculos estaban basados en semimusicales sobre cuentos infantiles.

-¿Qué edad tiene Pau?

-Cinco años.

-Otro espectáculo fue el Circo del Sol en su versión teatral.

-El cuatro fue ‘Rebufaplanetes’ de pompas de jabón.

-¿Cuál es la que no pudisteis ver?

-Hansel y Gretel en la casa de chocolate.

-Parte del mérito es tuyo, por haberle acompañado a estos espectáculos

-Él ha salido muy contento y yo más. Los dos estamos deseando repetir.

-Quisiera destacar, desde el principio, que a mi juicio, se hace buen teatro en San Sebastián. Felicito a mis compañeros.

-El grupo de Fernando Bernués y Tanttaka es muy bueno.

-Y los de Tentatzioa.

-No nos podemos olvidar de los de Hika, con Agurtzane Intxaurraga a la cabeza.

-No sé si se van a enfadar los de Bilbao, pero creo que se hace mejor teatro en al capital guipuzcoana.

-Concretando, ‘El viaje de mi padre’, que he visto este fin de semana, me ha parecido un buen trabajo.

-José Ramón Soroiz y Josefa Apaolaza son muy buenos actores.

-Al músico Javier Muguruza no le había visto nunca como actor. Lo hace bien. ¿No?

-Es una análisis interesante sobre la vejez y la memoria y la vida y el deterioro. ¡La vida misma!

-No te olvides de las autoras, Arantxa Iturbe y la propia Agurtzane Intxaurraga. Hacen una exposición no lineal de mucho mérito.

-He visto la obra de teatro ‘Duda razonable’ y me ha producido dudas.

-No es malo. La duda siempre es el origen del pensamiento y de la invención.

-Hubo también una película que llevaba ese título, de la que tengo muy buen recuerdo.

-Esta es una obra teatral escrita por Borja Ortiz de Gondra, un autor muy inquieto. Esta obra creo que le define, por lo menos en su momento actual. Sus inquietudes, sus ambiciones. Sus prisas. El deseo de ofrecer algo nuevo, las ansias de conseguir un producto que impacte.

-No sé si todo lo que dices es bueno.

-Los criterios de bondad y maldad están ya superados.

-Quizá el exceso de ambición haya llevado a un punto de confusión, de desequilibrio.

-A mí me pareció muy interesante el juego espacial. La utilización de distintos espacios.

-Eso es mérito de Joseph María Mestres.

-Y los intérpretes bien. ¿O no?

-Sobre ellos no tengo dudas razonables..

-El otro día fue a ver la versión teatral de la película ‘El pisito’ y salí con un mal sabor de boca.

-¿Tomaste palomitas durante al representación?

-Iba pensando que sería una exposición ágil y dinámica. El cine suele tener mas movimiento. Las secuencias cinematográficas son más breves que las escenas teatrales.

-Además, el director de la obra es un director cinematográfico.

-Me pareció lenta, a pesar de los muchos cambios de escena.

-El comentario que hice al salir es que me había parecido un teatro al viejo estilo.

-Una pena. Los actores eran buenos y la historia divertida.

-Reconozco que llevaba un pequeño prejuicio porque esas obras que se programan en los días mundiales de algo suelen tener mucha moraleja y poca calidad. Pero me equivoqué.

-Programaron la obra ‘No me hagas daño’ en el día contra los malos tratos a las mujeres.

-El texto había sido premiado. Por lo tanto, había una garantía.

-No te fíes siempre de los textos que han sido premiados.

-La dirección de Fernando Bernués es otra garantía.

-Reconozco que esa sí que es una garantía. En los últimos tiempos, todo lo que he visto dirigido por él, me ha parecido de calidad.

-También había buenos actores.

-Lo confirmo. Me gustó. Me pareció un espectáculo directo, sin concesiones y también sin florituras.

-Desde la interpretación hasta le vestuario. Todo de negro para dar el tono adecuado.

-El texto lo permitía. Su agilidad. Su profundidad. El cuidado de las emociones.

-En definitiva, muy bien.