David Barbero
-!Qué exigentes son los textos de Federico García Lorca! ¡Cuántos riesgos se asumen al ‘meterse’ con ellos!
-La obra que se ha presentado esta tarde en el teatro Arriaga con el título de ‘El jardín de las posibilidades’ tiene una relación directa con la vida, la personalidad y la obra de Federico García Lorca, aunque se trate desde un punto de vista algo colateral.
-Es un espectáculo basado en la adaptación teatral de ‘Suites’, el poemario que Lorca escribió entre 1920 y 1923 y fue publicado a en Francia mucho después de su muerte, con más de seis décadas de retraso. Pone el énfasis en una faceta íntima y experimental del escritor malagueño en la que el lirismo, la musicalidad y la imagen poética alcanzan una delicadeza muy especial a la vez que nos presenta a una persona relacionada con él, a la que no se había dado importancia hasta ahora.
Se destaca a Emilia Llanos, una mujer enamorada del poeta desde joven y que vivió de una manera muy especial las distintas etapas de su vida. Su tratamiento en la obra también tiene un tono cuidado además de estar rodeada de una evidente intención lírica. Cuatro actrices diferentes interpretan su figura en las diferentes etapas. Eva Barón es Emilia a los treinta y pocos años, como una alegre y soñadora joven que conoce a Federico y se enamora de él. Lydia Casares la encarna cuando ya tiene cincuenta. Está aterrorizada por la guerra. Se ofrece para ayudar. Pero no logra hacerlo. Es quien presencia el asesinato del poeta. Cuando llega a los setenta años, es interpretada por Patricia Cercas. De manera valiente y decidida investiga esa muerte violenta. Y la actriz Belén Galarza da vida a Emilia con ochenta años. Participa también otra actriz, Julia Vargas, que tiene un rol diferente encarnando al jardinero.
El autor de este libreto es Carlos Troyano. Ha escrito un texto cargado con un evidente propósito de acercarse al lirismo lorquiano. Ha sido puesto en escena, bajo la dirección de Anabel Diez. La escenografía la firma Óscar del Val, con tonos coloristas atractivos. El vestuario es responsabilidad de Trinidad Cestelo.
García Lorca dice en esos poemas que conoce un lugar maravilloso llamado el jardín de las posibilidades, que da el título a esta adaptación teatral. Allí habitan los amores que nunca fueron, los hijos que no nacieron y las decisiones que nunca llegaron a ser tomadas. Para llegar a esa misteriosa tierra, es preciso vencer a una peligrosa fiera: el dragón del sentido común.
De esa manera, ‘El jardín de las posibilidades’ pone el énfasis en la amistad, la memoria y el poder del arte frente al silencio y la pérdida. A través de una atmósfera poética y emocional, se reconstruye la relación admirativa de Emilia Llanos hacia el poeta, que iluminó su vida y marcó su destino.
En la adaptación, Emilia conversa con las sombras del pasado, con las voces que habitan su memoria y con la necesidad de comprender qué significa sobrevivir al olvido.
Al comienzo de este comentario, he expuesto mi opinión sobre las muchas exigencias que, a mi juicio, presentan los textos de García Loca y los riesgos que se corren al ‘meterse’ con ellos.