-Como prometí, fui a ver la obra de teatro ‘La omisión de la familia Coleman’ del argentino Claudio Tolcachir. Llevé los cinco sentidos afilados con el fin de no perderme detalle y analizar cuales eran las claves.
-Entonces, no fuiste a disfrutar.
-Hace mucho tiempo que no voy a disfrutar al teatro, ni tampoco leo libros para disfrutar. Lo hago para aprender, para analizar, para criticar.
-Tú te lo pierdes. Al teatro, a la literatura y al resto de las obras de arte, hay que ir por placer.
-Te doy toda la razón. Pero….
-Mi opinión es muy positiva.
-Si fuiste a analizar, analicemos.
-Vayamos por partes. La interpretación es una de las claves. Muy bien interpretada. Actores y actrices van todos en la línea marcada por el director, que a la vez es el autor. Lo tienen claro.
-Otra de las claves es el lenguaje. Nada académico, vivo, directo, el de la calle, el espontáneo, el natural.
-El ritmo. No hay descanso, ni parón, ni relajo.
-El humor, La ironía.
-El mostrar la realidad misma, directamente. Los hechos en sí mismos. Sin corsés.
-Los personajes creados. Para mí eso es fundamental. Ninguno es estándar. Casi todos están en el límite. Personalidades llamativas y sorprendentes.
-Bueno. Ya tienes la fórmula teórica. Agítala y te saldrá el cocktail..
-Si fue así de sencillo.
-Yo estuve en el cine. Vi la película de la segunda parte de la novela de Mileniun que han tenido tan éxito.
-También fuiste a aprender, sin disfrutar.
-Por supuesto.
-Saqué una clave. En todas las escenas, hay una persona amenazada, en riesgo. Y hay muchas escenas. Son muy breves. Pero en todas alguien se juega algo. Hay un peligro.
-Bueno. Pues saca conclusiones.
Esta entrada se escribio el Lunes, 23 noviembre 23 2009 a las 12:52 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.