-¿Has hecho propósito de al enmienda de cada a este año que ahora comienza?
-¿Debería hacerlo?
-Por supuesto. Tampoco te ha ido tan bien en el anterior. Y la culpa será tuya. ¿No?
-Desde luego, el nueve no ha sido especialmente bueno en lo que se refiere a la producción literaria y teatral. Y eso que era número impar.
-¿No habrás caído tan bajo de echar al culpa a la mala suerte?
-Tentación sí que he tenido.
-Por ese camino, no llegarás a ningún sitio.
-Para este nuevo año, mis deseos van encaminados hacia…
-Lo de los deseos no va a ningún sitio. Márcate un propósito.
-Bueno. Vamos a allá con los propósitos. Tengo dos.
-¿Concretos?
-Muy concretos: Uno, para las obras de teatro y otro para las novelas.
-¡Vamos! Exponlos.
-Si los deseos hay que mantenerlos en secreto, los propósitos también.
-Así puedes decir al terminar el año que los has conseguido.
-Es imposible mentir. Son tan concretos que o se cumplen o no se cumplen. Así de claro.
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Esta entrada se escribio el Lunes, 4 enero 4 2010 a las 12:03 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.