-Ayer fui a ‘La escuela de desobediencia’ en el teatro Baracaldo.
-Hasta ahora, ¿has sido muy obediente?
-Es una obra de teatro hecha con textos clásicos de los siglos XVI y XVII. Un autor actual, Paco Becerra, ha realizado la dramaturgia. Lo dirige Luis Luque.
-Por citar a todos, digamos que las actrices son María Adánez y Cristina Marcos.
-Si quieres citar a todos, no te puedes olvidar de la soprano Rosa Miranda y de Sofía Alegre, que toca la viola de gamba.
-¿Qué pasa con los técnicos y productores?
-La tesis de la obra es la siguiente: hay que desaprender lo que te enseñan para acomodarte a las exigencias de la sociedad.
-Para eso, te enseñan otras cosas. Más o menos, las contrarias.
-Tú has titulado ‘escuela de sutileza’.
-A estas alturas, ya se puede enseñar lo que se quiera. Tiene tanto valor una cosa como la contraria. ¿O no?
-¡El teatro no es una escuela!
-¿No me dirás que está mal dirigida e interpretada?
-No te lo digo. Pero en las escuelas, las cosas se dicen directamente, se exponen, se llaman por su nombre. Se da doctrina por un lado o por otro. En el teatro, se sugieren, se aluden, se deja al espectador que las imagine.
Esta entrada se escribio el Domingo, 18 marzo 18 2012 a las 12:43 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.