-Fui ayer a la sala BBK de Bilbao con muy buena disposición para ver la obra titulada ‘Málaga’, del escritor suizo Lukas Barfuss.
-¡Claro, tú como defiendes el teatro de texto!
-Me habían vendido muy bien a este autor. Me habían dicho que tiene un gran prestigio en Suiza y Alemania. Que ha ganado numerosos premios.
-Lo definían como un forense del alma humana.
-Destacaban que hace unos análisis científicos de la sociedad actual.
-De esta obra, se afirmaba que, partiendo de del accidente de una niña, ofrece una disección perfecta de los males sociales y personales de este momento histórico.
-Cuando llegué al teatro, leí el programa de mano. La directora del espectáculo decía que, en cuanto leyó la obra, sintió la imperiosa necesidad de dirigirla. Había quedado conmovida. Consideraba que es ‘un teatro revelador e imprescindible’
-Es decir. Te habían comido el coco.
-Fui a ver si todo eso era verdad. Y en caso de ser verdad, a disfrutar y a aprender.
-Tengo ganas de saber el resultado.
-Paso a contar una anécdota. Al terminar la función, se me acercó un espectador que sabía que yo soy periodista e informo sobre la actualidad teatral. Estaba enfadado. Me dijo: ‘Debes decir en la televisión que esta obra es muy mala. Tienes obligación de decirlo’.
-Tú obligación es decir cuál es tu opinión. No la opinión de ese espectador.
-En este caso, coincidimos. Así que dicho queda.
Esta entrada se escribio el Domingo, 25 marzo 25 2012 a las 12:32 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.