David Barbero
-Acudí ayer la sala La Hacería de Bilbao con la confianza de que vería algo novedoso y con la curiosidad de descubrir cómo se concretaría.
-Sabía que la pieza llevaba el nombre de ‘Mi cuerpo un hotel’. Conocía que por medio estaba la bailarina y coreógrafa Mey-Ling Bisogno y que intervenían en la escena los actores polifacéticos Tomás Pozzi y Marianela Pensado.
-También me había informado de que se trataba de una propuesta de teatro físico. Por lo tanto, se podía deducir que habría mucho movimiento y mucho ejercicio corporal. Eso añadía un aliciente de inquietud conociendo los cuerpos, no precisamente atléticos, de Tomás y Marianela. Sobre todo, del primero.
-Además, me había llegado el debate sobre si se trababa de una performance u otro tipo de disciplina escénica. Y que se indagaba sobre el conflicto interno de los personajes, que reflexionaba o se sentía el paso del tiempo, que podía haber una interpretación sobre la existencia de varias personalidades dentro de un mismo cuerpo, que esas personalidades se debatían entre el deseo de resistir y la tentación de tirar lo toalla. También habría alusiones al difícil arte de madurar en la vida.
-Hay quien defiende que al teatro hay que llegar virgen, sin conocimiento de lo que uno va a ver. Aseguran que es la mejor manera de sorprenderse más por lo que, después, se ve. Yo a veces sigo ese consejo y otras veces hago exactamente lo contrario. En esta ocasión, opté por ir en una posición que se podía calificar de documentada.
-Pero la sorpresa fue total y desde el primer momento. Desde el instante en que aparecieron, en la oscuridad, los dos intérpretes. Y cuando se encendieron las luces para dejar ver que también había unos pequeños pingüinos y una silla.
-A partir de ese mismo instante, el que había venido preparado y el que había llegado virgen se ven arrastrados, quizá la palabra exacta sea hipnotizados, por los movimientos, los gestos, las, expresiones, las palabras, las caídas, las volteretas, las reflexiones, el absurdo, la coherencia y todo un mundo interior y exterior.
-Incluso cuando abandonas la sala y regresas a casa intentando librarte de la inoportuna lluvia, sigues pensando y hablando sobre lo que has visto, sin poder sacudirte las imágenes que se te han metido dentro.
-Sorprendentes Tomás Pozzi, Marianela Pensado y Mey-Ling Bisogno. Y muy digna de agradecer la selección hecha por la sala La Hacería dentro de ese imprescindible ciclo que acerca el Off Madrid al Off Bilbao.
Esta entrada se escribio el Lunes, 1 mayo 1 2017 a las 10:43 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.