David Barbero
-En la tarde de hoy, día 17 de septiembre, ha tenido lugar un hecho teatral, a mi juicio, importante. La compañía joven de Pabellón 6 de Bilbao ha inaugurado su sede y ha iniciado su mayoría de edad. Ha asumido las responsabilidades de lo que podemos llamar su autogobierno.
-Tengo la sensación de que en la sociedad en la que vivimos, a pesar de lo que se dice públicamente, existe desconfianza hacia los jóvenes. Además se les teme porque pueden arrebatar a los adultos los cargos que les ha costado conseguir.
-Yo creo que es injusto. Me parece un hecho esperanzador que esta compañía joven vaya a decidir su actividad, administrar su trabajo, determinar su programación y organizar su evolución y su progreso.
-Estoy convencido de que sabrán aprender de los han caminado por delante. También serán capaces de equivocarse y rectificar, que es el camino más eficaz para progresar.
-En el acto de inauguración de su pabellón Garabia, ha habido el simbólico corte de la cinta de salida. Lo han hecho tres grandes maestros que han dirigido sus proyectos anteriores, Ramón Barea, Felipe Loza y Borja Ruiz. Significa un empujón de confianza nada desdeñable.
-La sesión de apertura se ha completado con una nueva representación de ‘¿Qué pasó con Ana García?’, uno de los espectáculos producidos durante su todavía corta vida.
-Me ha parecido una elección acertada. Es una obra cuya trayectoria he seguido desde sus ensayos iniciales. Creo que es un claro ejemplo de cómo crear una pieza joven, con una visión nueva y una manera innovadora de tratar los temas que preocupan hoy mismo.
-También es un ejemplo de cómo mantener una obra viva y no caer en la rutina de la repetición. Esta tarde, me ha vuelto a sonar a nueva y vital. A la vez, me ha parecido más madura, con los personajes mejor asumidos, con más dominio en el desarrollo y más capacidad de comunicación.
-Junto a mi deseo de que este experimento sea útil para la sociedad y para los jóvenes implicados, debo decir que esta tarde he sentido vibraciones muy positivas en muchos detalles. Pequeños, pero significativos.
-Así que buen camino, jóvenes valientes.
David Barbero
-La comedia que he visto esta tarde en el Teatro Arriaga de Bilbao, ‘La función que sale mal’, me ha parecido un espectáculo teatral digno de analizar con detención y al que prestar atención por varias razones.
-Su gran eco internacional y la serie de premios, galardones y reconocimientos en todos los países es un motivo para ello. Pero no es el único ni quizá el más significativo. A mi juicio, incluye las características del teatro de éxito que se exportará internacionalmente en los próximos años. Eso, creo, es digno de análisis y atención.
-El título de la obra ya alude a que la propuesta se basa en una representación con todos los elementos de un caos escénico. Una compañía amateur y pretenciosa desea representar una obra de intriga y misterio. Pero todo, absolutamente todo, sale mal, absolutamente mal.
-Sé que repetir dos adverbios como ‘absolutamente’ seguidos es una incorrección de estilo. Pero lo he hecho con toda intención. La clave de la función está en que ’absolutamente’ todo salga ‘absolutamente’ mal.
-Esa es la base de su comicidad. Se van acumulando desastre tras desastre, torpeza tras torpeza, equivocación tras equivocación. Eso coloca la obra y la interpretación de los actores en una reiteración de situaciones hilarantes, divertidas, llenas de ocurrencias, sorpresas, gags y motivos de risa.
-Tanto el autor como el director, y todos sus ayudantes, han prestado cuidado para multiplicar las posibilidades de error que existen en cada movimiento, frase, acción o gesto.
-Nada de todo lo demás tiene valor en sí mismo. Ni la historia, ni el mensaje, ni el argumento ni los personajes. Todo debe subordinarse a contribuir a esa cadena continua e infinita de torpezas o equivocaciones en la carrera por provocar el humor. Todo debe estar al servicio de ese objetivo. Por supuesto, también el decorado, los muebles, los efectos visuales o los sonoros.
-Destacaría el esfuerzo casi científico de ese propósito. No se puede desperdiciar ni una sola posibilidad de error o torpeza útil para provocar una carcajada. Hay que utilizar ‘absolutamente’ todos.
-Otro elemento también es importante, el ritmo. Quizá habría que hablar de velocidad. La acción, mejor las acciones, deben ocurrir sin descanso, sin pausa, sin reposo.
-Todo esto coloca a los actores en una tensión continua. En cada momento, deben proyectar y emitir varias acciones, expresiones o gestos para provocar es hilaridad. Deben desarrollar un ejercicio físico, a veces gimnástico, con total dinamismo, expresión, movimiento y precisión. Y los hacen.
-Siendo esto muy significativo para marcar las líneas que seguirá este tipo de teatro a nivel internacional, hay, por lo menos, otro aspecto también digno de prestar esta misma atención. Yo lo he designado en el título de este comentario con el adjetivo ‘global’. Me explico.
-Todos conocemos el mecanismo de las franquicias. Las aplicaciones las conocidas se han dado en comercios o tiendas de los más diversos géneros. Todos deben ser iguales en todos los sitios.
-En las artes escénicas, están muy extendidas en los musicales. En Nueva York o Londres se hace una gran producción de un nuevo musical. Se gasta mucho dinero en ese estreno. Y ese montaje se toma como modelo absoluto para ser reproducido. Se ajustan todos los aspectos y se exporta siempre idéntico. En cada país o ciudad, se calca ese montaje. Incluso van desde el ligar original para vigilar que no se desvíe.
-Yo no lo había visto, todavía, aplicado a las obras teatrales. Pero esta ‘La función que sale mal’, es un ejemplo de que ya se está realizando en teatro a escala global. Miren los nombres de los responsables de este montaje. Compárenlos con los de otras ciudades o países. Incluso encontrarán a directores y montadores que ya han aplicado este mismo mecanismo en musicales.
-Por esas razones, decía al comienzo que este espectáculo, que va a estar durante un tiempo en el teatro Arriaga de Bilbao, es digno de ser conocido y analizado para saber por dónde van a ir los tiros escénicos de los próximos años.
-Puede ser que os guste o no. Os habréis fijado en que yo no me he pronunciado en este sentido. Mi gusto es un detalle sin interés. Pero estoy convencido de que hay que conocer lo que sucede.
-Ya he adelantado en el título que deseo reflexionar, también, sobre la contribución del teatro al pensamiento crítico. Pero antes, quiero aludir a los hechos inmediatos.
-Esta tarde, he acudido al Palacio Euskalduna de Bilbao para asistir a la última representación del espectáculo popular y participativo titulado ‘Concierto en Ja mayor’. Ha sido creado y está protagonizado por tres destacados intérpretes, además cómicos reconocidos, Gurutze Beitia, Gorka Aginagalde e Iñaki Maruri.
-Los tres han establecido una conexión muy cómplice con el público. Han logrado, de modo divertido y gratificante, su participación en juegos y canciones. Han completado un espectáculo festivo, agradable y muy ameno.
-Han realizado una demostración de su capacidad interpretativa, de sus cualidades para cantar, de su comicidad, de su fuerza comunicativa.
-Así se han cumplido, con total eficacia, los objetivos establecidos y anunciados de proporcionar un homenaje a las fiestas y a las vacaciones que este año se han visto especialmente afectadas negativamente por la pandemia del coronavirus.
-No seré yo quien no valore en lo que se merece esta función del teatro para divertir y alegrar la vida cotidiana, compensando con dosis de comicidad, los problemas, ya abundantes en situaciones normales, y aumentados en momentos como los actuales.
-Con las palabras anteriores, he querido dejar claro mi reconocimiento y hasta mi admiración por el trabajo y el talento de los tres intérpretes que he visto hoy. Extensivo además a otros muchos compañeros.
-Mi deseo, anunciado en el título, de recordar que el teatro tiene también un compromiso con el pensamiento crítico, está motivado con la sensación de que los espectáculos escénicos, y quizá la cultura en general, se están escorando hacia lo lúdico.
-Por ese motivo, es bueno, creo, recordar que el teatro tiene un compromiso con la sociedad de convertirse, también con humor, en un espejo de las cosas que suceden y de los problemas existentes. Obligación suya es promover una actitud y un espíritu reflexivo en el análisis de esos problemas y en la denuncia de las responsabilidades incumplidas o defraudadas por parte de los poderosos, ricos y explotadores, que se aprovechan incluso de estas desgracias generalizadas para conseguir sus intereses.
-Soy conocedor de que este compromiso está presente en muchos agentes activos. Pero no sé si también existe en los ‘responsables’ de los niveles superiores.
-Ésa ha sido la razón de recordarlo, por si acaso.
David Barbero
-Esta tarde, he acudido al teatro Social de Basauri con aire de fiesta. Reanudaba este local la actividad tras el parón obligatorio por esta lamentable ‘cosa’ de la pandemia. Se reinauguraba a sí mismo con la voluntad decidida de resistir y de avanzar.
-Para este arranque, han recuperado la representación de ‘Juana’, una obra que estaba prevista antes de la interrupción. Es una simbiosis de teatro, danza, música, canto y recitado. Está escrita por el infatigable Juan Carlos Rubio. La protagoniza Aitana Sánchez Gijón, junto a otros destacados intérpretes de danza y teatro.
-Una elección, a mi juicio, no sólo oportuna. También llena de simbolismo.
-‘Juana’ hace un repaso artístico, social y humano a la presencia de la mujer en distintos momentos de la historia. Lo simboliza en mujeres que llevaron ese nombre: Juana de Arco, la llamada loca, la papisa, la monja sor Juana Inés, la batalladora social con apellido Doña.
-Podían aparecer muchas más. Pero ellas representan al colectivo de muchas mujeres luchadoras, revolucionarias, valientes, decididas, empeñadas en cambiar el mundo, en dar la vuelta a la sociedad machista y competitiva, esforzadas en defender otros valores y otros objetivos.
-Con ocasión, del estreno de esta pieza, hace un tiempo, ya expresé mi valoración positiva, y también crítica, tanto en el contenido como en la dirección y la interpretación. Por lo visto esta tarde, mantengo los mismos criterios.
-En el titulo de este comentario, he escrito que el futuro es de estas ‘Juanas’. Estoy absolutamente convencido de ello. No lo digo como una idea general y abstracta. Lo expreso con un sentido concreto.
-Creo –no sólo lo deseo – que esta sociedad va a salir de este trauma que está significando la pandemia más ‘femenina’, con valores diferentes, con referencias distintas, no llenos sólo de ambiciones de poder y dinero, sino con propósitos más dignos e igualitarios.
-Me reitero. El futuro trae color y aroma de las ‘Juanas’. Afortunadamente.
David Barbero
-Tengo conciencia de estar resultando pesado con mi defensa de ver las obras de teatro desde lo más cerca posible. Pero voy a seguir haciéndolo.
-Esta tarde, he acudido a Pabellón 6 con tiempo suficiente y me he colocado en primera fila para presenciar el reestreno de ‘Sabias ellas’. Tenía un especial interés en esa cercanía. En su momento, presencié el estreno total de esta pieza en el Teatro Arriaga. Ahora deseaba participar con esta otra perspectiva.
-No voy a presumir de tener una memoria absolutamente precisa. Pero he salido hoy de Pabellón 6 convencido de que he conectado de una manera mucho más completa y directa de esta pieza.
-Las creadoras la definen como un divertimento. A ese substantivo hay que añadirle numeroso adjetivos. Todos ellos positivos.
-El primero de estos adjetivos es el de femenino. También se lo auto colocan ellas. Manifiestan su voluntad de hacerlo – divertirse – de modo libre, a su gusto, sin pudor ni vergüenza, con total identificación y hasta con valentía. El objetivo es reírse de y con ellas mismas. Ironizar, y a la vez felicitarse, de sus cosas, sus manías, sus costumbres, sus pequeñeces, sus grandezas, sus aciertos, sus torpezas o sus locuras. Y también buscar hasta descubrir su sabiduría, no para presumir de ella, sino para jugar y hasta mofarse.
-Esta pieza se divide, o se compone, de casi una treintena de skeches, o anécdotas. Algunas se quedan en pinceladas. Otras llegan a chistes. Quizá sean verdades o, en parte, imaginaciones. Algunas son tan realistas que resultan absurdas. Y otras tan fantásticas que parecen verdaderas. Entre todas ellas, se refleja una manera muy propia de ver el mundo y de planear la vida en un estado de libertad.
-Toda esta expresión y su correspondiente comunicación no sería posible sin la fresca, sutil, ligera, cómplice, natural y muy trabajada interpretación de cinco magníficas actrices como son Itziar Lazkano, Juana Lor, Reyes Moleres, Nagore Navarro y Aiora Sedano. Ellas, sabias, realizan un ejercicio de absoluto dominio en la demostración de sus grandes capacidades interpretativas, a la vez que divierten al público y se divierten siendo ellas mismas.
-Quien demuestra también su maestría es Felipe Loza, autor y director de la pieza. Maestro en la escritura de un texto libre, sutilmente irónico, lúcidamente absurdo e inteligentemente realista. Como director, demuestra que la sabiduría consiste no en mandar sino en sugerir, señalar y aprovechar las buenas cualidades y la energía de las intérpretes.
-Perdón por repetirme. Si pueden, colóquense cerca. En esa corta distancia, percibirán mejor de la grandeza de ‘Sabias ellas’ e incluso podrán contagiarse más.
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