Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 agosto 2021 - 8:17 pm
Categoría: General

David Barbero
– Estos días, que teóricamente tendrían que corresponder a la Semana Grande bilbaína, suelen significar el comienzo de la temporada teatral. Este año, todo sigue tan confuso que no se sabe si vamos o venimos; si estamos terminando algo o si comenzamos otra vez a subir al monte la piedra de Sísifo, que volverá a caer.
– Lo que sí que se sabe es que este año, en este arranque de temporada teatral, hay un acontecimiento especialmente relevante. Pabellón 6 cumple, y celebra en la medida de lo posible, sus primeros diez años. Su espléndida, maravillosa y muy fructífera primera decena de vida.
– He seguido, con atención y detenimiento, su trayectoria. Desde el primer día – aquel 19 de agosto del 2011 con ‘Cantando bajo las balas’ – hasta hoy, cuando está a punto de reestrenar ‘Palabrarismos’. Pero no voy a presumir ni a mentir. Yo también tuve dudas al principio.
-Indudablemente era un proyecto valiente. ¡Muy valiente! Pero igual de arriesgado. Estaba abriendo un camino y generaba incertidumbres. Además del frio en invierno, que había que cubrir con mantas. Allí estaban Ramón Barea, Irene Bau, y sus compañeros fundadores. Y ahí siguen estando casi todos.
-Hubo una primera etapa con la presentación de numerosas propuestas. Casi todas procedentes del exterior. Un tanto ‘atomizada’. Quizá dispersa. Posiblemente de tanteo. En la búsqueda del camino propio.
-Ese camino propio arrancó, creo, con las producciones de su laboratorio. Con el trabajo de creación infatigable, libre y de voluntariado. Reinventando todo. Arriesgando. Experimentando. Buscando. Acertando unas veces más que otras. Pero manteniendo el tipo, y la ilusión, y la iniciativa y el trabajo. Aumentando la calidad. Mejorando en innovación. Superándose a sí mismos.
-Hubo un hecho para mí decisivo. Muy pronto el público comenzó a asomar la cabeza. Un público, en gran parte, nuevo. Curioso, en el buen sentido. Deseoso de calidad y novedades. Cada semana, éramos más en el patio de butacas. Pronto comenzó a haber dificultades para conseguir entradas. Y también, cada vez había más expectación por ver a Itziar Lazkano o Felipe Loza haciendo hamburguesas, antes y después de haber actuado o dirigido. Quiero decir que asistir a Pabellón 6 se convirtió en oportunidad para debatir, conversar o encontrarse con teatreros de todas las profesiones
Otro acontecimiento decisivo, a mi juicio, fue la creación de la Joven compañía. Su sistema de trabajo, además de entusiasta, integral, total. Todos implicados en todo, desde el principio. Trabajando. Viviendo la experiencia. Enriqueciéndose. Consolidando el proyecto.
-No solo ha sido un laboratorio y una escuela práctica de actores y actrices, de directores y guionistas. También se han ido formando y experimentando nuevos iluminadores, inventores del vestuario, escenógrafos… Todos los oficios escénicos.
-Ahora hay varias ‘factorías’ humanas de creación simultaneas. Trabajando a la vez, creando, avanzando, complementándose. Dentro de poco, el espacio también se va a renovar. Va a mejorar. Va a resultar seguramente otro paso más en la consolidación del proyecto. Pero esa consolidación va a consistir, fundamentalmente, en seguir creando, buscando formas nuevas, quizá equivocándose algo en algunas, pero acertando mucho en las otras.
– Superadas y olvidadas las dudas del comienzo, es ahora un hecho indudable que Pabellón 6, en estos diez años, ha dado la vuelta al teatro en Bilbao. Ha cambiado la forma de hacerlo, de vivirlo y de presentarlo. Ha fortalecido a la profesión teatrera. La ha ampliado. La ha rejuvenecido. Ha ensanchado sus oficios.
-En definitiva, han sido, estos diez primeros, unos años maravillosos, intensos y muy productivos. Además, si nadie lo remedia y las autoridades no lo impiden, los próximos diez lo van a ser todavía más.
-Sinceramente, me quito el sombrero para reflejar mi admiración y mi reconocimiento por vuestro trabajo. ¡Chapeau¡

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 agosto 2021 - 11:29 pm
Categoría: General

David Barbero
-Creo que debo comenzar explicando el extraño titulo que he puesto a este comentario. E incluso pedir disculpas por lo rebuscado de ese recuso. Y también justificar mi intención.
-Me quiero referir al espectáculo que he visto esta tarde-noche en pabellón 6 de Bilbao. Lleva el título de ‘Cómo domé un caracol en tus senos’. Está realizado por un equipo de su compañía joven, dirigido por Galder Sacanell.
-Aprovecho la referencia para decir que, a mi juicio, hay que prestar atención a este nombre.
-El espectáculo está montado sobre el texto del mismo título. Fue escrito por el autor rumano, afincado en París, Matei Visniec. A los seguidores de las producciones de Pabellón 6, no les será difícil recordar que recientemente la compañía joven estrenó otra obra suya titulada ‘Migraaaantes’, dirigida por Beatriz Velilla. Y que esta ‘Cómo domé…’ ha sido objeto de una lectura dramatizada, dirigida también por Galder Sacanell.
-Mi intención a la hora de cambiar el titulo original de la obra ha sido la siguiente: He querido destacar la gran y favorable ‘transformación’ que el texto ha adquirido en este montaje, aunque se haya respetado el texto. La evidente mejora estética y escénica que ha adquirido.
-El texto original de Matei Visniec tiene forma epistolar. Teóricamente son cartas de una persona enamorada sin límites. Se trata en definitiva de un monologo. O quizá varios. Aunque el autor hable de un viaje poético, erótico y cómico, e incluso alude a un cabaret íntimo, en realidad es una deliberación o discurso teórico sobre el amor y el desamor. Con elementos de teatro del absurdo que le gustan especialmente.
-Con ese material, teóricamente con pocos recursos escénicos y teatrales, Galder Sacanell, al frente de este grupo de la compañía joven de Pabellón 6, ha sabido hacer un espectáculo colorista, dinámico, ‘dramático’, variado, sugerente. Ha dado cuerpos, en plural, a los personajes. Ha imaginado acciones. Ha creado ambientes. Ha visualizado un imaginario cabaret, potenciando a la vez los aspectos emotivos.
-Por esa razón, os decía más arriba que había que prestar atención al nombre de este joven director. Galder Sacarell, a pesar de su juventud, es también escritor y autor teatral. Tiene intereses cinematográficos como guionista y director.
-Tiene una vinculación especial con Pabellón 6 y con su compañía joven. Ha intervenido, en varias ocasiones, como ayudante de dirección de Ramón Barea. Ahora con ‘Cómo domé un caracol en tus senos’ no ha dejado pasar la oportunidad para dejar muestra de sus cualidades y habilidades para la dirección y la adaptación. Estoy seguro de que no se va a quedar en eso.
-Tampoco hay que restar ningún mérito al grupo de actores, jóvenes, pero muy bien preparados, que intervienen. Aitor Echarte, Cecille Manquette, Kepa Alesso, Sandra Martín Gómez y Etxaum Arregi Pikabea. En funciones tan especiales como ésta, se evidencia más claramente la solidez interpretativa que van adquiriendo en esa joven compaña tan activa. Habrá que prestarles también atención.
-A Etxaum Arregui Picabea, hay que reconocerle los méritos de la música en directo y la creación de un espacio sonoro muy apropiado. Se cuidan mucho los aspectos llamados técnicos. Betitxe Saitua está en el vestuario y también en la curiosa escenografía. María Casanueva, en el atrezzo. Fernando Alcauzar, en la iluminación.
-Antes de terminar, debo decir que quizá, más arriba, haya dado la impresión de infravalorar el texto. Pero para que un texto pueda ser ‘domado teatralmente’, debe tener bastante consistencia.

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