Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 septiembre 2022 - 8:47 pm
Categoría: General

David Barbero

-Deseo comenzar afirmando que, a mí, los monólogos teatrales me producen un notable atractivo. Una destacada curiosidad. Como un descubrir la intimidad ajena. Como la posibilidad de descubrir algo intimo por el ojo de una cerradura. Algo personal, algo vivido de verdad e intensamente. Algo en lo que alguien ha puesto, o le han quitado, una parte importante de su vida.

-Sé que no todos los monólogos caminan por esos senderos tan personales, vivos y cercanos. Hay muchos. quizá la mayoría, que se hacen con una retahíla de chistes, o con ocurrencias pretendidamente graciosas. No me refiero a esos. Creo que es fácil distinguirlos.

-Esta tarde, cuando caminaba hacia pabellón 6 para ver a Secun de la Rosa en su pieza unipersonal titulada ‘Las piscinas de la Barceloneta’, escrita, dirigida e interpretada por él, iba convencido de que me iba a encontrar con esa comunicación directa, con esa cercanía, con esa intimidad, con esa verdad, esa sinceridad, esa vida verdadera, esa autenticidad.

-Secun de la Rosa se presenta solo, sin adornos, ni decorados, con unos pocos muebles. Se coloca cerca, próximo a los espectadores. En esto de las distancias cortas, además, Pabellón 6 de Bilbao aporta muchas facilidades.

-En la obra, simula estar interpretando a Sebas, un tipo cincuentón, al que le han pedido que recuerde… Perdón. Que reviva, o que viva en directo su juventud, allá por el año 77 del siglo pasado. Todavía más concretamente en el verano de ese año, que fue vital para él.

-A cuerpo limpio, sin filtros ni artificios, va exponiendo, las características y las circunstancias de su familia y de su juventud. Se detiene en la maravillosa aventura que significó para él la decisión de atreverse a dar el paso a descubrir lo que pasaba en aquellas piscinas de la Barceloneta. La gratificación de descubrir un mundo nuevo y libre con el que había soñado. En él, había personas sorprendentes, atractivas, incluso magnéticas, diversas pero unidas por la vivencia de su libertad. Estaban presentes artistas, músicos, actores, escritores, anarquistas, prostitutas y revoltosos. Todos unidos y emparentados por la búsqueda de la libertad.

-He comentado más arriba que la grandeza de estos monólogos, a mi juicio, está en la comunicación viva, directa, limpia, emocional, sincera, vital, vivida, poética, clara. En llegar directamente a los espectadores. Emocionarlos. Contagiarles y hacerles vivir las mismas aventuras y las mismas emociones.

-El peligro de este tipo de monólogos puede estar en que esa emoción directa se tiña de un tono de texto interpretado. En que la escritura no aparezca ordenada como una vivencia. Que las reflexiones suenen con cierta artificiosidad. Que a la dirección escénica se le puedan pedir más matices. Y a la interpretación, una mayor credibilidad.

-Secun de la Rosa, con este monólogo ‘Las piscinas de la Barceloneta’, demuestra su indiscutible profesionalidad y su actitud personal de denunciar las injusticias sociales, las discriminaciones y los inconvenientes añadidos que deben superar determinadas clases sociales. El verdadero objetivo del teatro.

Esta entrada se escribio el Domingo, 18 septiembre 18 2022 a las 20:47 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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