David Barbero

-La tertulia espontánea que hemos mantenido esta noche a la salida del teatro Arriaga de Bilbao ha versado, entre otras cosas, sobre por qué se adaptan al teatro determinadas novelas, películas o comics.

-Ese tema ha surgido porque acabábamos de ver la adaptación teatral de la película, ya clásica, ‘Ser o no ser’ de Ernst Lubitsch. La versión está firmada por Bernardo Sánchez. Mientras que la dirección y la interpretación protagonista corresponden a Juan Echanove.

-En esos debates abiertos, nunca llegamos a la unanimidad de opiniones. En este caso, la minoría mayoritaria pensaba que el motivo debía ser incidir, por alusiones, en los problemas de la sociedad de estos momentos a través posicionamientos similares hechos en el pasado.

-Lubitsch estrenó esta película en 1942, en los momentos álgidos del nazismo y de la segunda guerra mundial. La intención, la absoluta actualidad y la valentía era, entonces, la denuncia y la lucha contra esa gravísima agresión a los derechos humanos.

-Además, demostró una gran inteligencia y sabiduría artística para desarrollar esa denuncia no a través de un discurso pomposo y solemne, sino con una comedia divertida a la vez que sutil y crítica.

-Ahora, Juan Echanove, como promotor del espectáculo que se representa estos días en el Teatro Arriaga, retoma aquella historia para llamar la atención, de modo simbólico, sobre la actualidad de hoy mismo. La intención, o una de las intenciones, es provocar la reflexión sobre los paralelismos que pueden existir.

-He aludido a otras intenciones, porque creo saber que Echanove deseaba hacer una comedia, después de tantos papeles serios como le han encargado en su carrera. En este montaje, evidencia un gran trabajo interpretativo también en ese género. En cuanto a su dirección escénica, hay que reconocer asimismo su éxito al superar las muchas dificultades para poner sobre el escenario esta muy difícil película.

-Junto a los reconocimientos hacia Echanove como director e intérprete, cabe señalar los méritos del resto del elenco: Lucía Quintana, Ángel Burgos, Gabriel Garbisu, que también es el ayudante de dirección, David Pinilla, Eugenio Villota y Nicolás Illoro. Merece ser destacada la muy eficaz labor de la bilbaína Ana Garay, en el diseño de la escena y el vestuario.

-Señalado todo esto, como es de justicia y de actualidad, deseo volver a la tertulia nocturna aludida arriba. Antes de despedirnos, ha habido una participante que ha lanzado estas preguntas: ¿Por qué estas denuncias o reflexiones sobre los problemas actuales se hacen de modo referencial o simbólico, utilizando obras instaladas en el pasado? ¿Por qué no se realiza, en el teatro actual, un tratamiento directo e inmediato llamando a las cosas por su nombre? ¿No es esa la misión del teatro?

-Ahí han quedado, en el aire, esas preguntas, por si alguien tiene una respuesta.

Esta entrada se escribio el Sábado, 17 diciembre 17 2022 a las 0:47 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.