Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 29 enero 2023 - 12:28 am
Categoría: General

David Barbero

-Comienzo con una declaración personal. Hoy en Bilbao y sus (amplios) alrededores había una oferta teatral extraordinaria, variada, con estrenos, obras muy atractivas. Debe decir que me ha dado mucha pena tener que rechazar algunas tentaciones que quizá no se repitan. Pero no he tenido ninguna duda. Lo tenía claro desde el principio. Incluso antes. Que me disculpen otros, incluso amigos. ¡Forever!

-A mí, me parece que Kulunka es una compañía de culto. Lo es, por lo menos, desde ‘Solitudes’. Su manera de trabajar, de comunicarse sin utilizar la palabra, sus expresiones, las actitudes, los movimientos, los gestos. Sus máscaras. El trabajo sobre las emociones. La manera de transmitirlas. La habilidad para exprimir historias y personajes que, en otras manos, se quedarían en simples o cotidianos o habituales, con ellas/os se convierten en únicos, profundos, riquísimos, inolvidables.

-La obra que han estrenado esta tarde en Teatro Arriaga de Bilbao, -que también coproduce-, es un fiel reflejo de lo que son y de lo que hacen. ¡Y de cómo lo hacen! La situación de esa pareja y de ese hijo, aunque cotidiana y común, se convierte en única, fantástica, atractiva, hipnotizante. Inmediatamente nos identificamos. Nos contagiamos. Nos metemos en ella. Sentimos y compartimos  sus deseos. Nos frustramos con sus dificultades. Sufrimos y nos alegramos. Caminamos con ellos.

-Se podría pensar que, al no utilizar palabras, esquematizarían el argumento, simplificarían las acciones, devaluarían los conflictos. Pero resulta que es al revés. Es much0o más profundo. Lo mismo, con el planteamiento emocional, y con la actitud vital. Todo es más intenso y produce mayor impacto. Ah! Y el humor. Es como si tuvieran una manera específica de tratar la comicidad. ¡Cómo va conduciendo a la tragedia! Por supuesto, van unidas a todo tipo de sentimientos, algunos muy fuertes. Junto al deseo, la soledad. Mejor las soledades. La incomunicación. El dolor interior. La desesperación.

-El desarrollo interpretativo, impecable y matizado en cada momento y en cada situación. La expresividad de los gestos, de los movimientos, las actitudes, las posiciones. La manera de andar. El modo de pararse. Hasta las máscaras añaden cada vez la expresión que corresponde.

Junto a la interpretación, con sus duplicidades, el estar en varios lugares a la vez y multiplicarse, hay que destacar el planteamiento escénico, los movimientos de las localizaciones, las perspectivas. La eficacia de los giros para completar la acción. También su simbolismo y sus contrastes. Su engranaje en el mismo contenido de la historia. De las historias.

-Un aspecto que hay que destacar es la coherencia,  la coordinación y la complicidad existente en el grupo. La compenetración. Bien mirado. Ya han superado la docena de años desde su fundación. Con las ideas claras y caminando, avanzando en la misma dirección.

-Ahí se mantienen Garbiñe Insausti y José Dault, desde el principio. Presentes en todo el proceso de creación. Desde la idea hasta la interpretación, con todos los derivados, los añadidos y los complementos. Iñaki Rikarte, en la estudiada e impecable dirección. Complementados por Edu Cárcamo en la interpretación. En la escenografía, la iluminación y el vestuario, con absoluta sintonía, se hallan Ikerne Giménez, Javier Ruíz de Alegría y Luis Miguel Cobo.

-El título de esta obra nos marca el deseo completo: ¡Kulunka, forever!

Esta entrada se escribio el Domingo, 29 enero 29 2023 a las 0:28 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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