Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 marzo 2024 - 12:45 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Reconozco que esta tarde he acudido al Teatro Barakaldo con curiosidades añadidas, no sólo escénicas. Voy a tratar de explicarme. He ido a ver la obra titulada ‘Carmen, nada de nadie’. Tiene como personaje protagonista absoluto a Carmen Díez de Rivera, una mujer fascinante que tuvo un muy destacado papel en la vida política y social en España durante los años, más bien décadas, de la transición política en la segunda mitad del siglo pasado.

-Para muchas y muchos de los que estáis leyendo este comentario, os puede resultar un personaje desconocido, aunque pertenezca a la historia reciente de nuestra sociedad. Yo, ya entonces, me dedicaba a mi profesión periodística, en las secciones  de información y opinión política.  Por ese motivo, tuve ocasión de seguir atentamente su muy interesante trayectoria.

-No se puede decir que este texto teatral sea eso que en cine se llama un ‘biopic’. Pero se le aproxima. Tiene también un importante componente de crónica de ese periodo político. Se han añadido alusiones a posibles atracciones emocionales sin confirmar con el entonces presidente Adolfo Suárez o el ahora rey emérito. Todo mezclado con los episodios muy especiales de su vida personal. Desde su nacimiento como hija ‘ilegítima’ del filonazi  Ramón Serrano Suñer, ministro de asuntos exteriores de la dictadura y cuñado del propio dictador. Pasando por el impactante choque emocional al enterarse de que el novio con que reunía el papeleo para casarse era hijo ‘legítimo’ de se padrastro.

-De esa manera, han quedado atendidas las curiosidades extra teatrales aludidas al principio. El tratamiento, sin embargo, se ha quedado en un nivel de iniciación, sin gran profundidad, como para ofrecer una de información casi a nivel de Wikipedia, para quienes no conocían o habían olvidado a una persona de tanto interés. Quizá por esa razón, diversos asistentes salían puntualizando algunos de los datos expuestos.

-Las curiosidades estrictamente escénicas, por su parte, me han llevado de nuevo a comprobar que el teatro no debe tener las mismas estructuras que la crónica periodística. Su tratamiento tiene que ser diferente. Los datos se tienen que convertir en acción dramática; que las conversaciones teatrales no pueden ser meramente informativas. Los conflictos y las emociones deben estar por encima. Pero no aparecen en el texto de Francisco Justo Talón y Miguel Pérez García. Ni pueden ser destacados por la eficaz dirección escénica de Fernando Solo.

-Se echa muy especialmente en falta el tratamiento dramático de los personajes. Aparecen, por ejemplo, la madre de Carmen de Rivera, la marquesa de Llanzol, Sonsoles de Icaza, o el presidente Suárez o el rey Juan Carlos primero, sólo como referencias históricas, sin personalidad dramática. Por cierto, éste último, con perfil claramente positivo.

-Esta ‘desdramatizacición’ de los personajes tiene efectos negativos para la interpretación que han tenido que realizar los actores y las actrices, a pesar de que ellos realicen un muy notable esfuerzo realizado por Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Victor Massán. En este sentido, cabe destacar el trabajo realizado por la actriz Mónica López en la interpretación de la protagonista Carmen de Rivera.

 

 

 

 

Esta entrada se escribio el Domingo, 3 marzo 3 2024 a las 0:45 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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