Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 mayo 2024 - 12:17 am
Categoría: General

David Barbero

-Desde el título, he querido referirme elogiosamente a la obra que acabo de ver en el teatro Arriaga de Bilbao destacando su potencia en la comunicación de emociones e ideas y señalando su conexión con la actualidad de hoy mismo, aunque sus cinco lustros la hayan convertido ya en un clásico moderno.

-He visto uno de los montajes estrella de estos momentos. ‘Tan sólo el fin del mundo’ sobre el texto escrito hace ya en 1990 por el francés Jean Luc Lagarce. Lo dirige Israel Elejalde. Lo protagonizan Eneko Sagardoy, Irene Arcos, Raúl Prieto, María Pujalde y Yune Nogueiras.

-A estos cinco actores, hay que añadir, entre los intérpretes, al bailarín Gilbert Jackson, ya que en la obra se hace un curioso juego de desdoblamiento interpretativo. La producción es compartida por el teatro Kamikaze y el teatro español de Madrid, a quienes también que atribuir su parte del mérito.

-En aspectos estrictamente teatrales, a Lagarce hay que reconocerle su extraordinaria calidad en la caracterización de los personajes con sus matices bien contrastados y sus complejidades hábilmente señaladas. El planteamiento de establecer la comunicación y los enfrentamientos sobre monólogos resulta un acierto, además de significar una notable dificultad. Permite expresar la riqueza psicológica con más contundencia y de nodo más completo.

-Aunque en el desarrollo de la pieza parezca no haber dificultades y todo fluya con agilidad y con gran fuerza fuerza expresiva, hay que señalar la meticulosa labor de dirección escénica realizada por Israel Elejalde. Conseguir con este texto, esa agilidad y esa fuerza continuada tiene todavía más mérito del que aparece.

-Un tercer aspecto, por lo menos, hay que destacar en su dirección escénica. Elejalde, además de director, es un destacado actor en activo. Ha jugado muy a favor de las calidades interpretativas conseguidas en esta representación.

-Así ha quedado ya destacada la labor los actores y actrices participantes. Hay que reconocer que todos los mimbres son de calidad reconocida y demostrada. Por la cercanía, quizá, aquí se puede apreciar con satisfacción los progresos realizados, en todos los sentidos, por Eneko Sagardoy y por Yune Nogueiras. Realizan aquí otra demostración de su talento y de su trabajo. Eneko en el muy difícil papel de un protagonista en el que se ha reflejado el propio autor de una manera tan exigente. Una mención especial exige el trabajo de Raúl Prieto, que ya ha sido reconocido con un premio Talía. De la misma manera, hay que aludir a las interpretaciones de Irene Arcos y María Pujalte, con personajes no menos complejos.

-No tengo inconveniente en repetir  que ‘Tan solo el fin del mundo’ es un clásico moderno. Incluso habría que decir un clásico actual. Con un gran reconocimiento, sobre todo en Francia, de donde procede.

-Se podría decir que es autobiográfico por parte de Jean Luc Lagarde lo escribió, poco después de recibir el diagnóstico de que padecía el sida. Hasta ese momento, había llevado una vida bohemia, libre, sin responsabilidades y tomándose muchas libertades, tras abandonar a su familia. Pero el anuncio de una posible muerte cercana, unido a un temido aislamiento social le inclinar a cambiar su rumbo vital.

-En ese periodo anterior se había alejado de sus parientes en la búsqueda de ambientes más libres y menos comprometidos para vida y sus relaciones personales. Sin embargo, la nueva situación le lleva a regresar, a buscar el apoyo familiar, a cobijarse en esos brazos acogedores.

-Pero al reincorporarse a ese ambiente familiar, se encuentra con que todos y cada uno de sus miembros están en situaciones peculiares y complejas. Con manifestaciones diferentes pero quizá con raíces similares. Y además, con reproches a los que él no puede considerarse ajenos. Eso lleva a que ni siquiera llegue a exponerles su situación.

-De eso, va justamente esta obra. De esas situaciones tan impactantes, de esas decisiones no siempre voluntarias, de esas emociones comprometidas, de esos temores incontrolados. De las incertidumbres, las dudas y el dolor. Elementos anímicos todos ellos de fácil identificación para los ocupantes del patio de butacas.

-Hay una lectura inmediata que lleva a la familia. Pero en la familia está la sociedad. Y la sociedad la formamos cada uno de nosotros.

-Así que vuelvo a mi deseo del principio de referirme elogiosamente ‘Tan solo el fin del mundo’, la obra que acabo de ver en el teatro Arriaga de Bilbao destacando su potencia en la comunicación de emociones e ideas y señalando su conexión con la actualidad de hoy mismo, aunque sus cinco lustros la hayan convertido ya en un clásico moderno.

 

 

 

 

 

Esta entrada se escribio el Sábado, 18 mayo 18 2024 a las 0:17 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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