DAVID BARBERO
-Esta tarde he acudido a Pabellón 6 con gran curiosidad. Incluso con intriga. No sabía lo que me podía encontrar en ‘Sadad-Mare’, la obra que iba a ver. Dirigida por el muy estimado, director e investigador teatral, Borja Ruiz, e interpretado por un elenco donde predominan sus alumnos.
-Mi referencia, a causa de la edad y las experiencias teatrales vividas, es el todavía vivo recuerdo de ‘Marat Sade’ de Peter Weiss, vivido al final de los años 60 del siglo pasado. Años en los que creíamos (ilusos) en la revolución. Aquel montaje, con versión de Alfonso Sastre y dirección de Adolfo Marsillach tuvo una vida muy corta, por las prohibiciones administrativas y policiales, pero una repercusión muy intensa, por circunstancias sociales en que vivíamos.
-Puedo presumir de haber estado entre los que asistieron a la primera representación en el Teatro Español de Madrid antes, de que fuera prohibido por la autoridad (in)competente.
-Después, ha habido otras representaciones por estos lares. También he podido asistir a ellas. Así a bote-pronto, cabe recordar la versión dirigida por Miguel Narros, en 1994; Antes, en el 82, Pere Planella presentó la versión catalana. Ya en este siglo, nos podemos acordar del montaje protagonizado por la compañía Animalario en el 2007, y otro, unos años después, de la compañía Atalaya, dirigido por por Ricardo Iniesta.
-Esta referencia explica, creo, la curiosidad con que he acudido a ver esta tarde, en Pabellón 6, esta nueva versión, presentada ya en la terminación de este año, par y bisiesto, de 2024.
-Voy a citar, como reconocimiento, los nombres de los participantes en este acontecimiento, que se puede calificar de destacado. La producción es de la compañía Alopargo. Ya he citado que la versión y la dirección escénica ha sido responsabilidad de Borja Ruiz. El elenco ha estado integrado por Ioritz Benito, Nagore Cenizo-Arroyo, Elvira Dieguez, Aitor Guisasola, Iñigo Martín, Rita Martín e Iraia Urraca.
-Esta versión es la más libre de todas respecto al texto original. Ya se advierte, en la información sobre ella, que se focaliza hacia una reflexión sobre los ideales y las contradicciones inherentes a los movimientos políticos y sociales que pretende cambiar la sociedad.
-También confiesa la intención de colocar a los espectadores a confrontar las verdades incómodas sobre el poder, la moralidad y la naturaleza humana. Se podría entender como una propuesta explicativa de ese texto inicial, con el añadido de un prólogo y un epílogo. Una re-construcción o quizá una de-construcción. Incluso no está lejos de ser una disección de la que se sacan conclusiones y consideraciones analíticas.
-Permitidme completar mi repaso de las visiones de esta emblemática obra con la sensación personal de que las distintas versiones y adaptaciones han servido también para reflejar las diferentes momentos de la sociedad en que se han presentado. Y también han evidenciado las distintas maneras escénicas con las que profesionales del teatro se han dirigido a la sociedad sobre tema tan importantes. Incluso alguien capacitado podría sacar conclusiones sobre las reacciones del público en cada uno de esos momentos.
-Lo dejo aquí. Que hay peligro de ponerse solemne.
Esta entrada se escribio el Viernes, 20 diciembre 20 2024 a las 1:03 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.