Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 agosto 2017 - 10:28 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer fui al Teatro Campos Elíseos con mucha curiosidad. Mejor lo pongo en plural. Fui con varias curiosidades.
-Lógicamente, la primera consistía en conocer y disfrutar de la obra titulada ‘5 y acción’, protagonizada por Carlos Sobera y Marta Hozas, escrita y dirigida por Javier Veiga, quien también interpretaba.
-Asimismo picaba mi curiosidad la posibilidad de analizar la influencia de la televisión en el teatro. Hay motivos. Los actores de la obra son destacadas estrellas en programas televisivos. El autor y director también proviene de ese medio.
-Para ser honesto y no engañar a nadie, diré que iba ya con un cierto prejuicio. Tengo el temor de que esta influencia televisiva sobre el escenario, aunque haya traído algunas ventajas, no es del todo beneficiosa.
-Había una curiosidad más. El protagonista de la obra, el actor y presentador Carlos Sobera, se ha convertido en propietario de un teatro importante teatro de Madrid. Ha elegido esta obra para protagonizarla en su local. Era ocasión para analizar los motivos que le han llevado a esa elección.
-Creo que es mi obligación decir el resultado de esas curiosidades. Lo haré con sinceridad en dos pasos. Primero, expondré mi opinión y, después, constataré un dato objetivo.
-Mi opinión la deduciré de las palabras del autor y director de la obra en el programa de mano. Dice Javier Veiga que el título recoge la recomendación que se hace al actor en las grabaciones: Debe contar hasta cinco antes de comenzar a actuar. Reconoce que la precipitación lleva a la mayoría a saltarse la cuenta de cinco y comenzar sin esa previa concentración reflexiva. Termina su comentario diciendo: ‘Me pregunto cómo sería la vida, si se tuviera la paciencia de contar hasta cinco’. Yo sustituiría la palabra ‘vida’ por ‘obra de teatro’.
-La comprobación objetiva. Ayer en el estreno, había mucha gente Se rieron en muchas ocasiones y aplaudieron en muchos mutis, sobre todo, al final.
-Así que soy yo quien debe contar hasta cinco.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 agosto 2017 - 11:10 am
Categoría: General

David Barbero

-Confieso, abiertamente y desde el principio, que ayer fui al Palacio Euskaduna de Bilbao con un propósito claro. Allí estrenaban la novena temporada continuada de la obra teatral ‘Toc Toc’. Mi objetivo era descubrir cuáles son las claves de ese éxito inusitado.
-Confieso también que previamente había hablado con el director de la obra y con actores sobre este mismo tema. Incluso he leído artículos con ese contenido.
-Pero pensé como un análisis en directo, nada. Así que puse todos los ojos de mi atención para no perderme detalle.
-¿Conclusiones? Tampoco voy a ser tan ingenuo de pensar que, a la primera visión, voy a captarlo todo con precisión. Pero unas cuantas claves están al alcance. Creo.
-Es una comedia con todas las consecuencias. Lo que se pretende es hacer reír. No tiene más objetivos. Por lo tanto, sólo busca eso. No tiene otros condicionantes, ni otras pretensiones. Es importante esa claridad de ideas. De esa manera, no hay distracciones ni concesiones. Se trata de trabajar para hacer reír y para que el público lo pase bien.
-Tiene unos personajes claros, cercanos, identificables. Nada de psicologías profundas y científicamente estudiadas con perfiles psicológicos muy matizados. Cada personaje está muy definido. Sobre todo en cantidad. Con matices reconocibles, con expresiones y gestos captables por todos.
-Hay una situación enmarcada con precisión en el espacio y en el tiempo. Se hallan en la sala de consultas de un médico psiquiatra a la espera de ser recibidos.
-¿La acción? Quizá en un análisis detenido, se puede encontrar el famoso esquema de planteamiento, nudo y desenlace. En la superficie, se ve un acontecimiento liviano, nada enrevesado, fácilmente seguible. Sobre todo, se parte una muy buena situación.
-Desde luego hay que destacar un remate final absolutamente inesperado y muy efectivo para dejar un buen sabor de boca.
-¡Ah! El ritmo. Casi habría que hablar de velocidad. La obra va a toda marcha. Sin dejar ni un solo respiro. Ni para los intérpretes ni para el público.
-No se puede olvidar la cuidada interpretación de todos y cada uno de los actores y actrices.
-Se nota que la dirección por parte de Esteve Ferrer, que también es protagonista, es muy meticulosa y exigente.
-En esta búsqueda de al claves del éxito, tampoco se puede decir que todo sea perfecto y acertado. Un clásico diría que el planteamiento y el desenlace son mejores que el nudo. Hay momentos en los que se nota que la situación se estira demasiado sin que avance el argumento ni se llegue a ningún sitio.
-Quizá ahí podría intentarse una pequeña poda. Pero habría que andarse con cuidado. Posiblemente los responsables tengan miedo a tocar lo que está funcionando tan bien.
-Al terminar la función, salí pensando que si ésas son las claves, no hay más que meterlas en una coctelera y agitarla.
-Háganlo y verán como no les salen nueve temporadas

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 junio 2017 - 10:30 am
Categoría: General

-Vamos a arrancar haciendo el ejercicio de buscar los tres adjetivos que mejor pueden definir la representación de ‘War réquiem’ de Benjamin Britten en el teatro Arraiga de Bilbao, dirigido por Calixto Bieito. No se trata de lanzar alabanzas sino de definirlo.
-El primer adjetivo puede ser impresionante, en el sentido directo de dejar impresionados, además de modo duradero, por la cantidad de sensaciones y estímulos recibidos. Un segundo adjetivo puede ser total, intentando describir la conjunción exacta de todos los elementos que pueden influir en el desarrollo de un espectáculo de comunicación artística. Un tercer adjetivo debe recoger la excelencia con la que intervienen todos los participantes desde los más pequeños a los que tienen mayor responsabilidad.
-Partamos, como virtud, de que ‘War réquiem’ es de muy difícil clasificación dentro de los géneros artísticos, musicales o escénicos. Ese puede ser uno de los elementos de su grandeza. Teóricamente debe definirse como una Missa pro difunctis, que es lo que se le encargó a Benjamin Britten para la inauguración de la catedral reconstruida de Conventry que había sido destruida durante la segunda guerra mundial. Pero indudablemente hay mucho más. En el texto, junto a ese sólido esqueleto del rito religioso, están los profundos y sentidos poemas de Wilfred Owen, un poeta pacifista que fue asesinado durante la primera gran guerra. Hay también muchos simbolismos, una gran cantidad de emociones, un extraordinario deseo de contagiar emociones, actitudes y hasta ideas. En ese sentido, hay que cantar de modo permanente las excelencias de la obra de Britten.
-De la labor de Calixto Bieito como director escénico del espectáculo, no sé si es la palabra adecuada, que ayer pudo ser visto, sentido, participado, sufrido con deleite o disfrutado con angustia, hay que destacar esa misma excelencia. Es preciso expresar la perfección y sabiduría con la que utiliza y coloca cada uno de los elementos, desde los artísticos hasta los técnicos, para que todos contribuyan, perfectamente engranados, a transmitir, contagiar, introducir todo un cúmulo de sensaciones, impresiones, emociones e ideas en el espectador. Demuestra tener un gran dominio a la vez del conjunto y del detalle, del matiz y de la totalidad.
-No hay que dejar en una menor valoración al director musical, Erik Nielsen en su labor de ensamblar todos los elementos no solo de la orquesta, sino de los varios conjuntos vocales e interpretativos.
-En cuanto a los cantantes solistas principales, la soprano Natalia Tanasii, el tenor Rolf Romei y el barítono Thomas Bauer, hay que destacar, junto a la potencia y calidad de su canto, las extraordinarias capacidades interpretativas para comunicar, para transmitir las muchas y variadas emociones de los textos y de sus acciones. Hay que constatar, además, su entrega total a los papeles y misiones encomendadas.
-Habría que hacer alabanzas sin parar de la sociedad coral de Bilbao y del coro infantil en su participación en este ‘War réquiem’, la perfecta coordinación, la actitud, la intensidad, la vivencia, la solidez, la emotividad, su interpretación dramática, su expresividad, su entrega.
-De las interpretaciones de los llamados aquí figurinistas, tanto adultos como infantiles, hay que decir que tienen una parte muy importante del merito en la transmisión de todas las emociones acumuladas. Se labor ha sido la de unos actores consumados. Quizá los niños y las niñas impresionaron todavía más. En este punto, hay que señalar de nuevo la maestría con la que Calixto Bieito mueve todos estos elementos personales para lograr los efectos emocionales y artísticos de cada momento y de cada situación.
-Sería injusto olvidarse de los responsables de los efectos técnicos y artísticos como la escenografía, la iluminación, el vestuario. Los efectos de las vidrieras y su derrumbe, por ejemplo, producen un impacto impresionante.
-En resumen, la representación de este ‘War réquiem’ significa un remate potente y significativo de esta primera temporada en la que Calixto Bieito ha asumido la dirección artística del Teatro Arriaga y una muestra de lo que se puede hacer en él. El reto ha quedado en un listón muy elevado.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 junio 2017 - 9:55 am
Categoría: General

David Barbero

-El reconocido director, coreógrafo y bailarín, israelí y germano, Nir de Volff ha presentado en la sala de la Hacería, en el off Bilbao, su espectáculo ‘Love & Lonelinees in the 21 century’.
-Estas representaciones han constituido el remate y culminación a la labor artística y pedagógica realizado en este mismo centro durante toda la semana.
-Tanto las representaciones como el curso han constituido un acontecimiento cultural dada la categoría y el reconociendo internacional del artista polifacético Nir de Volff.
-El espectáculo ‘Love & lonelinees in the 21 century’ ha constituido una magnifica demostración de su concepción escénica en la se mezclan, en una cuidadosa combinación, elementos de diversas disciplinas artísticas. Hay una elevada dosis de danza contemporánea, de expresión corporal, de música, de texto autobiográfico, de interpelaciones al público. Con todo ello, se logra una comunicación muy directa con los espectadores y una transmisión de emociones a flor de piel.
-Los espectadores salieron emocionados y contagiados de las emociones reflexivas sobre las vivencias personales. Muchos de ellos sintieron también una conmoción personal y un impulso para sacar a la superficie sus emociones, conflictos, dudas y tensiones sobre la vida, las ilusiones, los sueños, las frustraciones o los anhelos existentes en cada uno de nosotros. Fue especialmente directo y eficaz en el análisis emocional de las tensiones y crisis que inundan la mediana edad en cada una de las personas.
-A estas representaciones asistieron, quizá todavía con más emoción, las actrices, actores, bailarines y otros aristas que han participado en días anteriores a sus clases, enseñanzas y ejercicios prácticos de su curso titulado ‘Total brutal’. Todos coincidían que han sido una experiencia, además de artística, muy enriquecedora en el campo personal. Su objetivo, conseguido en casi todos los casos, era lograr un equilibrio, intimo y eficaz a la vez, entre la fisicidad del cuerpo y la comunicación de emociones y sentimientos.
-De esta manera, la presencia y la labor de Nir de Volff en la Hacería del off Bilbao, ha constituido un acontecimiento.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 junio 2017 - 9:58 am
Categoría: General

David Barbero

-Los responsables confiesan abiertamente que su intención, con el espectáculo escénico ‘Rámper’, es recuperar la figura del gran payaso de la primera mitad del siglo pasado. Es discutible si el verbo recuperar se puede sustituir por ‘resucitar’. Pero resulta indudable, tras verlo y disfrutarlo, que la operación les ha salido redonda.
-Y no era fácil. Había peligros. Se podía caer en el historicismo, en la hagiografía, en la profusión de alabanzas, en la nostalgia lacrimógena y en el discurso laudatorio. Todo eso hubiera constituido un recuerdo de velatorio y un espectáculo aburrido.
-La opción de Imanol Ituiño y de Juan Paños ha consistido en hacer presente a ‘Rámper’, colocarlo encima del escenario y dejarlo suelto como hacía él en sus tiempos.
-Esta puesta en libertad de ‘Rámper’ tuvo lugar ayer en Pabellón 6, del off Bilbao.
-Por lo comprobado allí, había mucha gente que le esperábamos, ya que la sala estuvo llena. También se comprobó que fue muy bien recibido. Los aplausos finales sonaron largos e intensos. Durante la función, la atención, la complicidad, las reacciones positivas y la participación en el juego fueron constantes.
-Imanol Ituiño, autor y director del espectáculo, ha realizado un trabajo interesante, inteligente, hábil. Ingenioso, cuidado y medido. Por algo le han premiado el texto en el concurso del Café Bar Bilbao.
-Juan Paños, al encarnar el papel de Rámper, demuestra tener muchas cualidades como actor, mimo, payaso, mago y comunicador de emociones.
-No sólo a ellos hay que atribuir el mérito de esta recuperación. Los responsables del vestuario, iluminación, efectos sonoros y luthier merecen también su parte.
-En conclusión, el regreso de Rámper a los escenarios es una gratificante noticia para todos.

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