Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 marzo 2018 - 11:28 am
Categoría: General

David Barbero

-Si alguien va al teatro Arriaga a ver ‘Tres mujeres’ con la idea de que es un recital teatralizado del poema de Sylvia Plath, encontrará que hay mucho más.
-En principio, no es poco tener ocasión de conocer a una escritora de la que ahora se habla mucho pero es todavía poco conocida. Quizá se ha destacado más su vida complicada y sus contradicciones personales. Aquí hay oportunidad de meterse en una de sus obras poéticas más representativa. Incluso una oportunidad de meterse en su propia vida, en su manera de entenderla, o de no poder entender la vida que le toca a cada uno.
-Al afirmar en el título que hay más, se hace una referencia y un reconocimiento al trabajo realizado para colocar este texto poético sobre el escenario. Quizá en primer lugar, haya que atribuirlo a los componentes de la compañía Tanttaka. Se puede personalizar en la dirección de Mireia Gabilondo y en la creación del espacio escénico de Fernando Bernués. Pero no hay que dejar al lado la adaptación de Harkaitz Cano, ni la asesoría musical de Iñaki salvador, ni los audiovisuales de David Bernues. Todos ellos tienen acreditada su calidad desde hace tiempo. Incluso tienen ya un sello inconfundible presente en sus espectáculos.
-Desde luego, tampoco se puede olvidar de la participación musical. Es uno de los elementos más apreciados y agradecidos del espectáculo. Tanto el canto de María Berasarte como la interpretación al contrabajo de Ane López.
-Mucho menos se debe obviar el gran esfuerzo interpretativo de Ane Pikaza, Ainhoa Etxebarria e Ylenia Baglieto frente a un texto tan poco agradecido dramáticamente y unos personajes tan radicales.
-Es preciso también justificar el ‘pero’ del título. Ya han quedado reconocidos los grandes valores poéticos del texto y la gran fuerza como expresión de unas vivencias, una visión singular y una expresión personal. Pero hay que insistir en su carácter, su género y su estructura poética en el sentido estricto de la palabra. No es que haya que defender, a estas alturas, la ortodoxa y clásica división de géneros. Todo lo contrario. Hay signos de que eso está superado. Estamos en la era del productivo mestizaje de géneros. Por eso precisamente, se puede poner en duda la utilización escénica de un texto manteniendo intacta su forma netamente poética. La simbiosis no puede ser la suma de elementos compactos. Debe llegar hasta las estructuras internas de cada uno de ellos.
-Bueno. Quitemos contundencia solemne. Quedémonos con la poesía de Plath y el esfuerzo escénico realizado. Es muy de agradecer.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 marzo 2018 - 11:15 am
Categoría: General

David Barbero

-Lo reconozco. He querido hacer un juego de palabras. Y me ha salido algo ininteligible. Quería jugar con el nombre del grupo teatral y con el título de la obra que están representando en estos momentos.
-El grupo de teatro es un dúo. Su nombre es ‘Sutottos’. No sé lo que significa. Está formado por Andrés Caminos y Gadiel Sztrik. Son dos teatreros completos: actores, directores, escritores, productores. Se lo hacen todos.
-Proceden de Argentina. Llevan algún tiempo trabajando allí. En concreto, han desarrollado su actividad teatral en Buenos Aires. Sobre todo, en las zonas alternativas.
-Su trabajo es muy directo y de calidad. Se basa en el humor. Tiene mucha base de clown. Poseen un dominio de la escena muy notable.
-La obra que ahora representan se titula ‘Inestable’. Trata sobre los miedos, las paranoias, las ansiedades, las obsesiones. Es decir, sobre cualquiera de nosotros.
-Es una obra muy dinámica. En ella, los dos miembros del grupo evidencian sus muchas cualidades en todas las ramas y oficios teatrales.
-Lo que deseaba decir es que, a mi juicio, deben tenerlos muy en cuenta. Son realmente buenos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 11 marzo 2018 - 11:47 am
Categoría: General

David Barbero

-No sé por qué ayer, mientras veía y escuchaba, en el Teatro Barakaldo, ‘El sermón del bufón’ de Albert Boadella, me vino a la mente, en varias ocasiones, la imagen o el recuerdo del ingenioso hidalgo. No sé si también debo decir de la triste figura. En ese caso, habría que añadir de la gran fantasía.
-Me pareció ver encarnado al infatigable bufón que ha librado numerosas batallas dialécticas y reales contra molinos de carne y hueso.
-Me pareció ver también a la personalización del genio y la figura que ha ensoñado polémicas y vendettas incomprendidas por otros que presumen de tener los pies en la tierra de las conveniencias oportunistas.
-Me pareció que ayer fue un día gratificante para este bufón comediante. Creí ver que se sintió aceptado, admirado por muchos, reconocido con afecto, aplaudido con agradecimiento, acogido sin polémicas ni reproches, ni envidias, escuchado con atención, acompañado en su escepticismo y en sus ironías.
-Me pareció que empezó su actuación con cierta incertidumbre, con alguna duda, con calculado respeto. Pero en cuanto percibió la primera muestra de ratificación, comprendió que el público estaba cordialmente de su parte.
-Me pareció que el cartel del programa de mano con su autorretrato adornado con cuernos de diablo o nariz de payaso le autodefinía.
-Me pareció acertado reconocer su desdoblamiento personal, a modo de esquizofrenia, entre Albert y Boadella, entre el niño y el adulto, entre el soñador y el filósofo, entre el vanguardista y el azote de la modernidad.
-Me pareció vislumbrar a un cómico especial, a un crítico diferente, a una mosca cojonera peculiar, a un sátiro cotidiano, a un comediante vital, a un soñador terrenal, a un transgresor impulsivo, a un tímido osado, a un lanzado reflexivo, a un denunciador amable, a un …
-Me pareció un genio contradictorio, una figura insigne e irreverente.
-Si él se autodefine como bufón, ennoblece el calificativo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 marzo 2018 - 11:17 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer había un ambiente especial en el Teatro Barakaldo. Asistía un público diferente al habitual. Más juventud. Más amigos comprometidos. Más simpatizantes. Con más ganas de charlar y saludarse allí. Deseosos de hacer acto de presencia y de apoyo vivo a los que protagonizaban el acontecimiento escénico.
-El acontecimiento escénico era la puesta de largo de una nueva generación de actrices y actores de La Bizkaiko Antzerki Ikastegia. La BAI. Presentaban el trabajo de fin de estudios y comienzo de actividad profesional. Lo hicieron con la obra ‘Jauría’.
-La primera reflexión es un reconocimiento de su valentía por atreverse a afrontar una pieza tan intensa, tan compleja, tan profunda, tan interesante, tan difícil…
-Resultó una declaración de principios. Un planteamiento y una decisión profesional, o quizá vital. Querían decir: Aquí estamos con todas las consecuencias y con ganas de plantar cara. Sabemos que esta profesión es dura y, conscientes de ello, no hemos venido para hacer unas risas, reproducir unas gracietas y recibir unas palmaditas en la espalda.
-La obra y el espectáculo tienen un duro simbolismo de lo que es el mundo y la sociedad. Lo analizado como una familia claustrofóbica, como un organismo opresivo, engendrador de violencia, generador de agresiones y frustraciones,
-Los personajes se mueven en la contradicción, los impulsos irracionales, la impotencia y las incoherencias vitales
-El tratamiento dramático está basado en la fragmentación, en las falsas reiteraciones discontinuas, en los absurdos cotidianos y en los tópicos fantasiosos.
-Todo eso lleva oculto un trabajo actoral muy elaborado, atentamente estudiado y concienzudamente personalizado.
-Por eso, es preciso acoger con reconocimiento la llegada de Aitor Arabiourrutia, Garbiñe Aranbarri, Aroa Blanco, Jon Blanco, Marina Lapuente, Usue Martínez y Sonia Reoyo.
-También es de justicia destacar la labor de sus profesores y maestros: Fer Montoya, Lorena Montenegro y Joseba Lazkano. Especial atención a la dirección coreográfica de Maitane Zalduegi. Y sobre todo a Olatz Gorrotxategi por la autoría y la dirección escénica.
-¡Bienvenidos!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 marzo 2018 - 12:07 pm
Categoría: General

David Barbero

-No sé si este comentario tiene más carácter sociológico que teatral. O más pedagógico que escénico. O muy posiblemente sea al revés.
-Ayer asistí en el Teatro Arriaga de Bilbao a la representación de la obra ‘La edad de ira’. Está interpretada por la joven compañía. Era la única fecha que actuaba para el público adulto. Los demás días van a estar dedicados a los estudiantes, a los adolescentes.
-La obra trata precisamente de estos adolescentes, sus inquietudes, su situación y sus problemas. Los protagonistas de los hechos son jóvenes de esa edad. Y los intérpretes, actores y actrices, aunque superan ya adolescencia, están muy cercanos a esa etapa de la vida. Se trata de la adaptación de una novela cuya acción se desarrolla en las aulas escolares. Es conocida ya en esos medios pedagógicos.
-Incluso ha sido elegida expresamente por esa razón. Los propios actores aseguraron, en el coloquio posterior, que se sentían más cómodos interpretando esa obra que no ‘La vida es sueño’ o ‘Fuenteovejuna’.
-Parten de la idea de que el teatro debe llegar a la gente y tratar los temas que afectan a las personas que lo ven. Además, ellos son jóvenes y han adquirido, como propósito, la misión de llegar a los más jóvenes y hacerles ver que el teatro trata de sus problemas.
-Una muestra de que están consiguiendo su objetivo es que, en ese coloquio posterior a la obra, todas las preguntas fueron hechas por estudiantes, padres y madres de esos estudiantes, y sus profesoras o profesores. Se trataron temas educativos o psicológicos o familiares. No hubo ninguna cuestión sobre temas netamente teatrales.
-Quizá eso puede desconcertar a algunos ‘teóricos’ del mundo teatral. Pero la verdad es que la función del teatro es incidir en los problemas que tiene la sociedad, participar de las preocupaciones de la gente, estar abierto a lo que sucede en el mundo actual.
-Así que bienvenida esta bocanada de aire fresco y la lección de estos jóvenes adolescentes.

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