Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 marzo 2018 - 12:21 pm
Categoría: General

David Barbero

-Voy a comenzar aludiendo a una circunstancia personal si mayor trascendencia. Ayer tuve numerosas dudas a la hora de elegir qué obra de teatro iba a ver. En los teatros de Bilbao y sus alrededores había una oferta especialmente interesante. Se programaban varias obras que deseaba ver. Además, si no las veía en esa ocasión, podía pasar bastante tiempo para recuperarlas.
-Al final, me decidí por acudir al Teatro Barakaldo donde se representaba el monologo ‘Ragazzo’ escrito y dirigido por Lali Álvarez e interpretado por Oriol Pla. Desde luego, no me he arrepentido. Me fastidia haber perdido las otras opciones. Pero ha merecido la pena.
-No hice, desde luego, la elección a ciegas ni tirando una moneda al aire. Había leído muchas cosas sobre esta pieza y sobre su interpretación. Conocía los premios que había recibido. Había escuchado las opiniones de amigos y compañeros de teatro.
-Por supuesto ya sabía que se basaba en la muerte del joven Carlo Giuliani en Génova durante la reunión del C8, en el Foro Social Europeo en el año 2001.
-El principal motivo por que el me decidí por ‘Ragazzo’ fue el deseo de presenciar el esfuerzo realizado y las soluciones halladas sobre cómo poner en el escenario unos hechos reales, controvertidos, apasionadamente defendidos por unos y condenados por otros. Vista la obra, es lo que más me sigue interesando de la experiencia de ayer.
-Lo que me queda como impacto principal es haber logrado conjuntar tofos los elementos teatrales en la dirección de conseguir ese propósito. Además, esa conjunción ha sido hecha con pasión, con compromiso, con valentía, con identificación, sin objetividad distante.
-Esta actitud apasionada estaba ya en la elaboración del texto, en las referencias, en la fragmentación, en los criterios para la puesta en escena, en la ruptura de la cuarta pared, en la apasionada y vibrante interpretación. Sólo de esa manera se podía lograr el impacto emocional, el choque visual, el atractivo hipnótico hacia todos los espectadores.
-Es indudable que el texto, desde el principio ha ido escribiéndose desde las experiencias sobre el escenario y reconstruyéndose con los ensayos. Éstos también han sido contagiados por las fuerza de esas palabras escritas.
-En ese sentido, hay que alabar la labor de Lali Álvarez en la simbiosis de los dos papeles de autora y directora y el trabajo conjunto con el actor.
-Me pareció especialmente interesante la elección y determinación del punto de vista subjetivo y personal desde el que se plantea todo. Eso da vida al espectáculo, consciente de que el teatro no es una tesis doctoral ni un análisis académico.
-No voy a descubrir que el pilar clave del espectáculo está en la interpretación de Oriol Pla. Su encarnación apasionada de Carlo Giuliani, su retrato vivo como joven idealista, okupa, intrépido, osado y nervioso, valiente, decidido, también inseguro, descubriendo un mundo y tratando de crear otra sociedad, con múltiples matices, con cambios de actitud, voz, movimiento y mirada, con sus … Sus ojos, su rostro, sus movimientos, sus saltos, sus carreras, los golpes que se da. Bueno. Todo.
-En definitiva, que ‘Ragazzo’ merece mucho la pena en muchos sentidos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 marzo 2018 - 10:55 am
Categoría: General

-Acudí ayer al Teatro Campos Elíseos de Bilbao para ver de nuevo el espectáculo ‘Miguel de Molina al desnudo’. Me había quedado buen recuerdo cuando lo vi, hace unas temporadas, en el teatro Arriaga también de Bilbao.
-En este espacio de tiempo, el espectáculo ha mejorado en casi todos los sentidos. Digo casi todos porque el texto se ha mantenido sin necesidad de introducir cambios.
-¡Ah! También es este periodo de tiempo, Ángel Ruiz, el protagonista, ha ganado el muy prestigioso premio Max por este trabajo.
-Se mantiene es espectáculo como un ejemplo de cómo con pocos elementos escénicos se pueden conseguir muchas emociones, captar la atención, y mantener el interés durante todo el tiempo.
-En el título de este comentario, he querido hacer un guiño a la importancia que tiene Ángel Ruiz para que esta función sea como es. Los matices de su interpretación, como actor y como cantante, son fundamentales en el desarrollo. A él, es preciso atribuir además la idea, el texto y el proyecto.
-Hay también que destacar la buena comunicación con el público, llena de complicidades.
-Tampoco debe olvidarse, a la hora de los aplausos, la labor musical, en la dirección e interpretación, de César Belda, que también hace sus pinitos como actor.
-A la dirección escénica de Félix Estaire, hay que atribuirle gran parte de los méritos antes destacados de que, con pocos elementos, el escenario esté lleno.
-Fue una satisfacción haber visto de nuevo este Ángel Ruiz de Miguel Molina.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 febrero 2018 - 11:32 am
Categoría: General

David Barbero

-Acudí ayer al Teatro Campos Elíseos de Bilbao con mucha curiosidad. Iba a ver la obra ‘El pequeño poni’. Está escrita por Paco Becerra, dirigida por Luis Luque e interpretada por María Adanez y Roberto Enriquez.
-La labor de todos ellos me interesaba mucho. Pero fui decidido a analizar el trabajo de Paco Bazerra como autor. Es compañero de la Asociación de autores de teatro. Allí le he conocido y hablado con él en diversas ocasiones.
-Es de alabar, el primer lugar, que haya elegido un asunto que afecta muy directamente a la sociedad. El acoso escolar es una de las preocupaciones actuales. Todos sabemos que el teatro está para tratar las inquietudes sociales. Pero pocas veces terminamos haciéndolo por diversas causas.
-Otro acierto es afrontar el tema teatralmente. Quiero decir que el teatro tampoco debe ser el lugar para exponer tesis doctrinales o panegíricos morales. Bezerra agarra a los personajes implicados y se pone a indagar en sus entrañas emocionales y vitales.
-Lógicamente establecer como protagonistas únicos a los padres y dejar en el trasfondo al hijo afectado tiene sus riesgos narrativos. Pero también tiene sus ventajas.
-Entre los riesgos, hay que colocar las mayores dificultadles para exponer con claridad los hechos que le suceden al principal protagonista. Es un riesgo que también afecta a los espectadores. Éstos se pueden sentir en tierras movedizas al no tener claras esas bases objetivas.
-Dentro de las ventajas, hay que destacar la posibilidad de construir dos caracteres potentes y situarlos en conflictos personales directos.
-También es arriesgada la decisión de utilizar una narrativa fragmentaria en lugar de una exposición lineal y continua. La dificultad se puede incrementar si los fragmentos elegidos son conversaciones y discusiones. Necesariamente llevan a la subjetividad. Ayudan más a la definición de los personajes que a la exposición objetiva de los hechos.
-Está claro que todas estas decisiones han sido tomadas en unión con el director Luis Luque, que además es amigo personal del autor. Es también una manera arriesgada de trabajar el texto. Es distinto construirlo en la soledad frente al ordenador a ir elaborándolo con la participación incluso de los actores que sugieren conflictos y desenlaces.
-Es indudable que, de esa manera, se pierde el control y quizá la total coherencia. Pero se gana en variedad y riqueza.
-No agotaré la explosión de las reflexiones que me provocó ayer el trabajo de mi compañero Paco Bezerra en ‘El pequeño poni’.
-Está claro que dio mucho de sí y aumentó mi estima hacia él.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 febrero 2018 - 11:33 am
Categoría: General

David Barbero

-Para justificar el título de arriba, diré que soy consciente de que es reiterativo y hasta repetitivo. Las dos palabras tienen el mismo significado. Su repetición es intencionada.
-Otra consideración previa. Decir de un espectáculo que es enigmático, ilógico, incoherente, ininteligible no quiere decir que se considere malo ni fallido. Simplemente se quiere decir que es muy difícil o imposible de entender aplicando los recursos habituales que un espectador pone cuando ve, oye y escucha, incluso atenta y activamente, una obra.
-Además, esta obra no engaña. Para empezar, lleva el título de ‘Sueño’. Y para terminar, también se dice que debe ser tomada como tal.
-Como existe el riesgo de que este comentario se esté convirtiendo también en enigmático e ilógico, diré ya que ayer asistí al estreno en el Teatro Arriaga de Bilbao de la pieza teatral titulada ‘Sueño’, cuyo texto y cuya dirección están firmadas por Andrés Lima.
-Dada la acreditada veteranía de Andrés Lima y su general buen hacer, hay que pensar que todo ese hermetismo es absolutamente intencionado. Seguramente le pedía el cuerpo hacer esa ‘reflexión emocionada’ tras la muerte de su padre pensando en su dolor y su amor, sin atender a que los espectadores le entendiéramos.
-En el programa de mano asegura que ‘Quiere esta comedia darle sentido a este baño de sensaciones que puede ser el amor a la vida’ Es posible que se entienda mejor lo de ‘sensaciones’ que lo de ‘comedia’ y ‘darle sentido’. Pero es una declaración de sus intenciones.
-También hay que reconocer que la selección de textos de Shakespeare caminan en el mismo camino del propósito personal sin concesiones para ayudar a la comprensión lógica de lo que sucede sobre el escenario.
-En una cosa es preciso insistir. El trabajo interpretativo de las cuatro actrices y el actor que integran el elenco es digno de gran mérito y reconocimiento. Así que citémoslos. Chema Adeva, Laura Galán, Nathalie Poza, Ainhoa Santamaría y María Vázquez.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 febrero 2018 - 6:30 pm
Categoría: General

David Barbero

-Me concentraré en lo esencial. Yo esperaba algo mejor. Ayer acudí al Teatro Campos Elíseos de Bilbao para ver la representación de ‘Una gata sobre un tejado de zinc caliente’ Tengo poco que comentar. Iba con muchas esperanzas. Pero salí un tanto frío.

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