Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 agosto 2016 - 7:21 am
Categoría: General

David Barbero

-En la obra teatral que vi de nuevo ayer, se dice que la felicidad consiste en ‘Decir lluvia y que llueva’. En ese momento, comienza a llover en el escenario.
-La obra lleva ese mismo título. La representa la compañía Kabia. Es un espacio de investigación teatral. Tiene sus locales en Bilbao. Habría que decir que es el único espacio dedicado a la investigación teatral de modo continuado que existe en la capital vizcaína.
-Esa compañía cumple ahora diez años. Lo están celebrando en el Pabellón 6. Allí presenta una de sus producciones más emblemáticas. Fue su segundo experimento.
-Yo lo volví a ver ayer. Creo que es la tercera vez. Quizá la cuarta. Ya he dado en este mismo blog mi impresión muy positiva sobre este y sobre otros espectáculos de Kabia. Están llenos de hallazgos, de matices, de sugerencias, de propuestas, de guiños.
-Lo más visual de su experimentación es lógicamente la parte estética. Pero es una concepción total del espectáculo. Incluida también la narrativa y el texto. Tienen una concepción clara de lo que debe ser el espectáculo escénico y también de la manera de trabajar en el teatro.
-La reposición de ayer demuestra otra vez la gran calidad de su trabajo.
-Las circunstancias y la carencia de ayudas seguramente no permiten la continuidad de este trabajo ni la plasmación en otras obras y en otros trabajos escénicos.
-Es lo que se dice también aludiendo a la generación mejor preparada en otras actividades.
-Realmente una pena. ¡Una gran pena! A mi juicio.
-Siempre nos quedará el recurso de ‘Decir lluvia y que llueva’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 agosto 2016 - 7:28 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer estuve viendo el musical ‘Mamma mía’ en el teatro Arriaga de Bilbao. Así me estrené en la temporada teatral de la Semana Grande bilbaína.
-Me recordó lo sucedido hace siete años por las mismas fechas.
-¿Estás seguro de que son siete? ¿No serán ocho?
-La verdad es que no estoy seguro.
-¡Me volvió a gustar! Sigue siendo agradable de ver.
-Hay que reconocer que han encontrado la fórmula de estas giras de musicales famosos. Hacen un montaje muy cuidado en Londres o Nueva York y lo pasean por todos los países. Así mantienen la calidad y las características específicas de cada representación.
-Ellos lo llaman ‘show’. Repiten hasta esos detalles de vocabulario.
-Me pareció que ha sufrido algunos cambios respeto a lo que vi hace esos ocho o siete años.
-Los técnicos del montaje aseguran que no hay más cambios que los del elenco. Sólo queda Nina, como protagonista, y dos o tres cantantes más.
-Me dio la impresión de estar más actualizado, con un ritmo más vivo.
-Hay incluso las socorridas actualizaciones propias de cada sitio, haciendo alusión o tópicos de cada ciudad o pueblo.
-Para mí, eso desmerece un espectáculo de calidad.
-Yo creo que pone una complicidad de cercanía.
-No quisiera olvidarme de decir que Nina mantiene todas las cualidades y que está estupenda. Como hace siete u ocho años.
-Cuando, al terminar, iba hacia casa, pensé que quizá dentro de ocho o diez años, volverán a renovar el elenco y harán una nueva gira. Puede ser que Nina se siga conservando muy bien.
-No sé si esa repetición es signo de decadencia del género de los musicales. ¿No hay nadie ahora que haga cosas nuevas? ¿O son los productores los que pretenden explotar la gallina de los huevos de oro?

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 mayo 2016 - 10:55 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer estuve viendo en el Teatro Barakaldo la obra ‘Arizona’. Con más exactitud, debo decir que era la nueva visión de esta obra por mi parte. La había visto anteriormente por otros intérpretes.
-El autor, lógicamente, seguía siendo Juan Carlos Rubio. También en esta ocasión, Juan Carlos asume la responsabilidad de dirigirla.
-Entre las diversas obras de Juan Carlos Rubio dirigidas por él mismo, tengo la sensación de que, en ésta, existe un especial deseo de hacerla como él desea realmente que se represente. Es una obra de detalles. Como autor, los conoce todos. Y los cuida con una especial meticulosidad.
-Ya en la anterior ‘versión’, salí pensando, y lo dije, que tenía yo alguna duda sobre la coherencia (¿) de la acción final. Pero también expuse mi valoración muy positiva de todo el engranaje.
-Como deseo terminar hablando de Gema Matarranz, voy a aludir antes al otro intérprete. David García Intrialgo está muy ajustado en el papel de George. Muy bien. Demuestra sus cualidades interpretativas. Hace un papel muy creíble.
-En realidad, todas las cosas de que hace la compañía Histrión están muy cuidadas.
-Vamos con Gema. Es obligatorio decir que está magnífica en esta obra. Tanto en la actitud general como en cada uno de los detalles, movimientos y gestos. Hasta en lo más mínimo. Tampoco es un descubrimiento de ahora. Desde hace tiempo, lo ha demostrado. Y también hay muchos que se lo han (hemos) reconocido. Quizá todavía esté a la espera, con justicia, de una aceptación más generalizada y popular. Pero todo llegará y pronto.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 29 abril 2016 - 10:35 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer por la tarde fui andando desde mi casa hasta el pabellón 6, en el off Bilbao. Deseaba ver la representación de ‘Historia (casi) de mi vida’, con el texto autobiográfico del poeta Blas de Otero.
-Como hay un largo trecho, me dio tiempo a ir poniéndome en situación. Mi curiosidad principal se centraba en ver qué se podía hacer teatralmente con un texto extenso de narración poética. Era una curiosidad positiva porque, en mi consideración, el equipo que lo iba a llevar a cabo era completamente de fiar.
-Me coloqué en la primera fila para no perderme detalle.
-Desde el primer momento, comprendí que ese equipo, capitaneado por Ramón Barea en la dirección, había construido una joya escénica sobre ese texto. Esa sensación se mantuvo y se amplió a lo largo de toda la representación.
-Son cuatro actores. El escenario está limpio. Juagan con cuatro paraguas, cuatro maletas de madera, cuatro gabardinas y cuatro corbatas. Pero interpretan y viven cada una de las frases y cada una de las palabras. Se podría decir que no hay acciones físicas, pero hay mucha vida. Se podría decir que ‘no pasa nada sobre el escenario’, pero allí están presentes personajes y conflictos.
-Por orden cronológico, hay que admirar la genialidad del poeta Blas de Otero para contar de esa manera su autobiografía.
-El director, Ramón Barea, ha sabido descubrir el significado y la fuerza de cada palabra. Ha puesto movimiento. Ha señalado expresiones. Ha equilibrado el conjunto y cada una de las partes con el ritmo adecuado.
-Es obligatorio citar a los cuatro intérpretes. Felipe Loza, José Luis Esteban, Mikel Losada e Irene Bau. Logran un conjunto armónico sobre la base de individualidades expresivas. Están todavía en las primeras representaciones, pero muestran una complicidad de las grandes orquestas veteranas.
-Hay que aludir también a la música de Gael Ibarrola. En directo, sobre el escenario. Colabora a engrandecer la expresividad del espectáculo.
-Al volver, el actor Mikel Martínez me invitó a ir en su moto. Fuimos congratulándonos del magnífico espectáculo que habíamos presenciado. No nos enteramos ni del frio ni del viento.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 abril 2016 - 5:41 pm
Categoría: General

David Barbero

-Está claro que, en la actualidad y desde hace tiempo, la categoría de los directores de teatro y de los intérpretes se mide por la cantidad y calidad de obras clásicas que dirigen o interpretan. Podría ser que el criterio fuera la cantidad y calidad de obras actuales que dirijan e interpreten para transmitir emociones e ideas actuales al público de ahora mismo. Esto también cuenta. Pero no se puede comparar. Lo que da categoría son los clásicos. Y ‘Hamlet’ está a la cabeza.
-Con esa premisa, hay que reconocer que Miguel del Arco, con este montaje de Hamlet, en la coproducción entre su compañía, Kamikaze, y la compañía de Teatro Clásico, aumenta su ya reconocido predicamento como director y adaptador.
-No se trata de comparar con otras puestas en escena de esta misma obra. Es un montaje con personalidad propia, con calidad, con definición. Merecedor de todas las alabanzas.
-Quizá lo más novedoso, a mi juicio, sea el planteamiento como una reflexión personal del propio Hamlet, con el subjetivismo de reconstruirlo todo dentro de su propia cabeza o en su recuerdo. Aunque ese propósito no se lleve hasta las últimas consecuencias.
-A la interpretación de Israel Elejalde, hay que reconocerle estos mismos meritos. Es una encarnación personal, innovadora y trabajada de este personaje inmortal.
-Junto a él, hay que alabar el trabajo de los otros integrantes del elenco.
-El público está reconociendo estos méritos con aplausos reiterados y largos.
-No habría que olvidarse de los responsables de los aspectos técnicos. Están todos ellos a un elevado nivel.
-¡Enhorabuena!

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