Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 noviembre 2018 - 11:57 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer acudí al Teatro Arriaga de Bilbao a ver ‘Rojo’. Está protagonizada por Juan Echanove y Ricardo Gómez. La dirección también la asume Echanove.
-Había asistido, por la mañana, a la rueda de prensa que dieron los dos. Uno de los periodistas asistentes comentaba, a la salida, que las explicaciones habían sido serias, profundas e intelectuales. Sacaba la sospecha de que quizá la obra podría ir en ese mismo tono, en detrimento de la acción y de la satisfacción del público.
-Ese mismo temor podía surgir sabiendo que el protagonista del argumento de esta obra es el pintor Mark Rothko. Se le considera uno de los máximos representantes del llamado expresionismo abstracto. Su vida personal, además de la artística, estuvo llena de incidentes, incluso de carácter médico psiquiátrico.
-En contra de ese temor, actuaba que el autor de la obra fuera el muy reconocido guionista del cine norteamericano John Logan. Además, esta obra ha ganado en Estados Unidos seis premios Tony. Esos premios no se dan a obras discursivas y aburridas.
-Hay que reconocer que las primeras escenas de la representación no terminan de despejar ese temor. Pueden constituir una presentación de los personajes y de sus conflictos un tanto teórica, o algo discursiva, o posiblemente plana. Quizá planta debates algo largos y separados de los desencadenantes de la acción.
-Pero hay que reconocer con el mismo énfasis, que a continuación el tono cambia. Lo teórico y discursivo adquiere fuerza, vida y conflicto. Las emociones se mezclan con dinamismo y vencen a los discursos.
-Esa dinámica de fuerza dramática continúa en ascenso hasta el final de la obra enganchando al público con fuerza y emoción.
-Esa apoteosis final consigue que los asistentes irrumpan en aplausos potentes y sinceros como reconocimiento al trabajo realizado.
-Pensando ahora en el desarrollo de la obra con más calma, seguramente se le podría exigir al experimentado John Logan un poco más de equilibrio en la acción. Está bien conseguir una buena explosión en la segunda parte. Pero no habría que abandonar dramáticamente tanto la primera. Bueno; que no se tome esto como un juicio presuntuoso. Es sólo la opinión de alguien que reconoce que el señor Logan es un maestro del guión.
-Juan Echanove es ya conocido y reconocido por sus interpretaciones teatrales y también por sus trabajos de dirección. Escoge y cuida, con detención, las obras y los personajes que interpreta. Ésta, sin duda, ha sido una buena elección.
-Como curiosidad, podría haber resultado interesante conocer lo que hubiera hecho con esta obra el director Gerardo Vera. Él era el primer director del proyecto. Un incidente de salud le impidió continuar.
-Otro de los alicientes estaba en comprobar la evolución del joven actor Ricardo Gómez. Ha crecido, nunca mejor dicho, a la sombra de una serie de televisión, en la que comenzó siendo un niño. Se nota que se ha preocupado de diversificar su trabajo buscando papeles dramáticos de interés y esfuerzo. En esta obra, mantiene el tipo, la actitud y las emociones. Parece bien encaminado.

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