Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 enero 2021 - 12:23 am
Categoría: General

David Barbero
-He acudido esta tarde al Teatro Arriaga con una enorme curiosidad empañada de cierto escepticismo. ¿Sería posible recrear sobre el escenario la complicada, pero emblemática, misteriosa y muy inteligente novela ‘Pedro Páramo’ de Carlos Rulfo?
-Confieso que la primera vez que la leí, además de quedar alucinado por su novedad narrativa, tenía que ir repasando las páginas anteriores para mantener el ‘hilo’. Incluso debía ir tomando notas sobre los personajes.
-Adelantemos que esta tarde se ha estrenado en el teatro Arriaga de Bilbao la adaptación de la novela de Juan Rulfo, ‘Pedro Páramo’, quizá la más emblemática del llamado realismo mágico latinoamericano. El autor de la dramaturgia es Pau Miró. La dirección es responsabilidad de Mario Gas. Los intérpretes son Pablo Derqui y Vicky Peña. De inicio, es para admirar a todos por su valentía al tomar parte en esta apasionante, pero difícil, empresa.
-Mientras caminaba, estaba muy interesado en imaginar cómo habrían resuelto el onírico peregrinaje de Juan Preciado en la búsqueda por descubrir lo que había hecho su padre Pedro Páramo para haberse convertido en el hombre más poderoso y más corrupto del pueblo de Comala, símbolo de la humanidad. Cómo irían encajando los testimonios de los muertos vivientes ya que cada uno esconde más de lo que dice dentro del laberinto de relaciones interesadas y de supersticiones ventajosas.
-Tenía una curiosidad destacada dentro de otras muchas. Cómo habrían materializado, encarnado, a los muchos protagonistas, sus fantasmas, las almas o espectros de los que habían vivido en ese pueblo. Cómo expresarían la utilización y dominio por el cacique despiadado para beneficio propio. Me iba peguntando también si se parecería o no a lo que yo había imaginado en mis lecturas esforzadas y apasionantes.
-¡Ha resultado que sí! Nada más entrar en patio de butacas, encima del escenario de teatro Arriaga, con el telón abierto, estaba el desolado pueblo onírico de Comala. De momento, sus espectros fantasmagóricos parecían ocultos. Inmediatamente ha ido apareciendo la vida esperpéntica y enigmática, extraña e hipnótica, llamativa y sorprendente. A la vez atractiva y rechazable.
-Pau Miró, como adaptador, ha traído la práctica totalidad de las acciones y de los personajes de la novela. Ha mantenido la esencia, los diferentes caracteres, las enrevesadas relaciones, el relato de los abusos, de la miseria, la ignorancia y la corrupción. Está logrado con fidelidad al texto original y manteniendo el espíritu.
-Ese mismo deseo de totalidad y de fidelidad preside la difícil labor de dirección de Mario Gas. Su recreación de lo que se considera (i)realismo mágico es de alabar y de admirar. Ha cuidado hasta los detalles más pequeños. También lo ha contagiado a todo el equipo responsable de la escenografía, el espacio sonoro, la iluminación, con la gran importancia de las sombras. De ellos, es gran parte del mérito para colocar al espectador dentro de ese mundo tan peculiar.
-Sobre el escenario, la admiración se la llevan, desde el principio, Vicky Peña y Pablo Derqui por su esfuerzo titánico y a la vez detallista en la encarnación de los numerosos personajes. Además, personajes tan peculiares cada uno de ellos. Los cambios de identidad, a veces, son tan rápidos que tienen que definirlos con un gesto, una mueca, un cambio de postura o una entonación diferente. Realizan ambos un trabajo excepcional que los define como actores extraordinarios y de gran calidad.
-No se puede minusvalorar la exigencia que esta obra presenta para el espectador. Reclama una atención activa y constante. No cabe ningún descuido o desconexión, a riesgo de perder detalles necesarios para entender a los personajes o mantener la coherencia de la complicada historia.
-Como consecuencia de esa exigida concentración y por el impacto de las imágenes, de las palabras, de los personajes, con sus gestos, sus actitudes y sus expresiones, al terminar la representación, sales a ‘realidad’ y la sigues viendo tan esperpéntica como el Comala desolado que dejó Pedro Páramo después de sus alucinantes fechorías.
-¿Será que el realismo mágico te descubre el auténtico color de lo que pasa?

Esta entrada se escribio el Sábado, 30 enero 30 2021 a las 0:23 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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