Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 abril 2021 - 10:43 pm
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde, he comprobado, en el Teatro Arriaga, la gran capacidad que tiene la danza para emocionar. Ha ocurrido -y no es la primera vez- durante la actuación de la Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección de su nuevo responsable artístico Joaquín de Luz.
-Han desarrollado un programa triple. Me voy a permitir comenzar el comentario por la segunda pieza, dadas sus connotaciones de proximidad. Lleva el título de ‘Arriaga’. Lógicamente, el nombre se debe a que se basa en la música compuesta por Juan Crisóstomo Arriaga, cuyo nombre también lleva el teatro municipal de su villa natal.
-La coreografía de esta pieza está firmada por Mar Aguiló, Pino Alosa y el propio Joaquín de Luz, el director de la compañía. La conclusión es ¡qué moderna resulta la música de Arriaga! Qué plástica. ¡Y qué capacidad tiene para emocionar! Qué ágil y, a la vez, con cuánta energía.
-La pieza de apertura ha sido completamente distinta. Bueno, retiro lo de completamente. Lleva el título de ‘Remansos’. Muy significativo de la sutileza de su contenido. La música es de otro grande. Enrique Granados. Dinámica y expresiva. Han recuperado la coreografía del memorable Nacho Duato. Enfatiza en su planteamiento geométrico. Expresiva y, además, emociona.
-El cierre ha estado dedicado a una primicia recién estrenada. Una armoniosa síntesis de clasicismo y modernidad. El clasicismo lo ponen las polifonías de Tomás Luis de Vitoria. Lo actual es una composición ex profeso de Pablo Martín Caminero. Ha sonado, por contraste, a futurista. A veces, incluso a la tan actúa tendencia distópica. En la idea creativa, también ha tenido mucha incidencia el coreógrafo Antonio Ruz.
-En ella, además de la síntesis aludida entre lo clásico y lo moderno, hay otros enfrentamientos enriquecedores de lo sacro con lo popular. Lo religioso y lo profano. Lo coral y lo individual.
-Entre los comentarios inmediatamente posteriores, a la puerta del teatro, ha habido unanimidad sobre la originalidad de las coreografías. Sobre la armonía, sin anular los contraste ni la variedad. Sobre el ritmo. Sobre la innovación sin pretenciosidad. Sobre la conjunción de todos los elementos visuales y sonoros. ¡Ah! Los juegos con las luces y con las sombras. La composición progresiva de los conjuntos. La estudiada y trabajada espontaneidad de los solos, los dúos, los tríos, los sextetos.
-Los aplausos y los gritos de admiración han sido bastante más extensos e intensos que de de costumbre. Justo reconocimiento y emotividad compartida.
-No entra en mi intención dar consejos. Pero no os privéis de emocionaros y de admirar la calidad – y las calidades – de esta Compañía Nacional de Danza.

Esta entrada se escribio el Viernes, 16 abril 16 2021 a las 22:43 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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