David Barbero
-Aclaremos, desde el principio, que el título exacto de la obra teatral que he visto esta tarde en el Palacio Euskalduna es ‘Mentiras, boleros y videos caseros’. El título tiene rememoranzas cinematográficas. Pero la obra va a su aire, Y el título viene a ser una síntesis de su contenido.
-Lo he cambiado intencionadamente, en el encabezamiento, para destacar la importancia de los tres intérpretes, que conectan directamente con el público. Ha sido el de hoy un caso claro en el que la interpretación se convierte en lo más destacado, por encima del texto y la puesta en escena.
-Desde el comienzo de la representación, es manifiesto que el texto tiene como objetivo único la comicidad. Lo que no es mal objetivo ni fácil de conseguir. En determinados momentos puntuales, consigue la reacción cómica o la provocación sorpresiva del público. Pero en general, mantiene un tono plano, con escenas largas e inconsistentes, y sin que la acción progrese con fluidez.
-La dirección escénica se mueve por los mismos parámetros. Refuerza el estatismo y la flojedad de las situaciones. No mejora el ritmo. Favorece la reiteración y no aprovecha los escasos recursos cómicos disponibles.
-Las reducidas dimensiones del escenario tampoco favorecen el desarrollo ni facilitan los movimientos. Pero, además, se acumulan elementos innecesarios y, por lo tanto, perjudiciales.
-Por estas razones, corresponde destacar los nombres de los tres interpretes que resuelven los enredos, tratan de superar las dificultades y dar vida a unos personajes con escasa consistencia psicológica. Sus nombres son Gurutze Beitia, Chema Trujillo y Karmele Larrínaga.
-Los tres son habituales en diferentes escenarios locales. Se han desempañado en papeles muy diferentes, tanto cómicos como emotivos. Ahora unen sus habilidades interpretativas con evidente complicidad, Y demuestran sus respectivos virtuosismos en la comicidad.
-El público les ha agradecido, con entusiasmo, el trabajo realizado y la entrega. Se ha notado también una especial identificación de una buena parte de los espectadores con la labor interpretativa e incluso con la personalidad de ese muy destacado trio de intérpretes.