Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 noviembre 2019 - 11:43 am
Categoría: General

David Barbero

-Tenía ganas de encontrar una nueva ocasión para alabar, otra vez, el trabajo de un teatrero integral como es Gorka Mínguez.
-Tenía ganas de manifestar, de nuevo, mi admiración por su multiplicidad en la dedicación a todos los oficios escénicos: A la interpretación, la dirección, la producción, la organización, la programación, cualquier tipo de gestión, la pedagogía, la escenografía, el atrezo, la iluminación, remendar cualquier deficiencia, engrandecer detalles menores, liderar grupos, unirse a iniciativas comunitarias…
-La nueva ocasión la encontré ayer con su actuación en el Hotel López de Haro, dentro de la inauguración del foro gastronómico BBVA Bilbao Food Capital. Tuvo la valentía de presentar su espectáculo unipersonal ‘El Chef’ ante los profesionales de ese oficio.
-Fue una de sus interpretaciones más difíciles y en circunstancias más negativas. Las escasas condiciones técnicas del hall, la proximidad de la barra del bar, la deficiente sonoridad, la ‘distracción’ de algunos asistentes saludando a los colegas que llegaban, no colaboraron a favor del normal desarrollo del de la pieza teatral. Pero Gorka, identificado con el chef Fidel Mendieta, supo mantener el tipo, luchó contra los elementos, superó la adversidad y sacó adelante el espectáculo como es obligación de todo teatrero.
-Así que descubriré mi deseo secreto de ser Gorka Mínguez cuando llegue a mayor.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 noviembre 2019 - 11:56 am
Categoría: General

David Barbero

-Vamos a comenzar por un hecho objetivo.
-Ayer, el Teatro Serantes estaba lleno. Los aplausos fueron unánimes y continuados. Dentro del festival internacional del teatro de Santurtzi, se representaba la función de ‘El coronel no tiene quien le escriba’.
-Había numerosos alicientes y atractivos. El texto original de Gabriel García Márquez es considerado por muchos como su mejor obra. La dirección escénica estaba firmada por uno de los grandes del cine, Carlos Saura. El reparto está encabezado por un actor muy conocido como es Imanol Arias.
-Pasamos a la opinión.
-El espectáculo, en muchos aspectos, se puede considerar del viejo estilo, reiterativo, casi amateur, aunque disponga de medios pero sin la calidad exigible, sin que aparezcan los actuales recursos profesionales.
-El texto de García Márquez ha sido adaptado por Natalio Grueso eliminando de él destacados valores literarios. Los personajes están definidos tópicamente. Tampoco aparece el extraordinario ambiente los grandes escritores latinoamericanos. Se limita a los aspectos más sensibleros de reivindicación superficial. No se encuentra por ningún sitio aquel realismo mágico tan valorado.
-Carlos Saura, con esta dirección teatral, demuestra su carencia de destreza escénica y su lejanía de los planteamientos teatrales de hoy. Tampoco acierta a aplicar su pericia cinematográfica. Ni la composición de las escenas, ni los cambios, ni las actitudes de los personajes, ni los decorados, ni la escenografía ni el vestuario, que también son firmados por él, tienen la fuerza, el atractivo, ni la originalidad exigible.
-Un detalle golfo. El gallo de pelea, símbolo ‘vivo’ de la tragedia personal, aparece filmado en una pantalla de plasma.
-La interpretación también se ve lastrada por ese planteamiento superficial, plano, quizá simple, de sentimentalismo barato. Los dos protagonistas, Cristina de Inza e Imanol Arias, se ven obligados a luchar para levantar la dignidad de los personajes.
-Volvamos a los hechos.
-Los espectadores y aficionados al teatro llenaron la sala y los aplausos fueron reiterados.
-Las opiniones siempre son subjetivas.
-Además, este mismo equipo creativo ha iniciado ya una aventura similar con la obra de Mario Vargas Llosa, ‘La fiesta del chivo’. Al frente del elenco, está Juan Echanove.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 noviembre 2019 - 11:28 am
Categoría: General

David Barbero

-El espectáculo titulado ‘Juana’, presentado en el Teatro Arriaga, se convirtió ayer, para muchos, en una apasionante aventura para descubrir sus sugerencias y propuestas a través de los enigmas que ofrece.
-Para situarnos, digamos que es una mezcla de teatro y danza. Su dramaturgia la firman Juan Carlos Rubio y Marina Seresesky. La coreografía ha sido ideada por Chevy Muraday. En la interpretación, hay que citar y alabar el trabajo de Aitana Sánchez Gijón, Alberto Velasco, Carlos Beluga, Maximiliano Sanford y Chevy Muraday.
-Las sugerencias e indicios comienzan desde el principio. Te metes en un ambiente de misterio creado por las luces y las sombras, por los colores de la vestimenta, por los movimientos de la coreografía. Todo unido a las palabras que a la vez desvelan, insinúan y ocultan el sentido completo de lo que estás presenciando.
-Hay alusiones e imágenes referidas a varias Juanas. Se destacan sus perfiles rebeldes, sus decisiones paralelas a lo habitual en lo considerado femenino. Se alude a su singularidad. A su valentía. A los riesgos que conlleva la transgresión de lo establecido.
-Los colores de los vestidos van dando claves. La manera de compartir gestos ofrece pistas. También los juegos con el mobiliario simbólico del escenario. Su reconstrucción. Los efectos sonoros y los visuales a veces ayudan y otras, añaden misterio.
-Quizá sea más fácil descubrir a Juana de Arco. Impresionan las actitudes rebeldes de la Juana llamada la loca. Es más difícil de percibir a Juana Doña. En cambio, la papisa Juana es aludida en más detalles.
-Para encajar todas las piezas, ayuda la conversación y el debate posterior entre amigos. Las aportaciones de cada uno. Las visiones diferentes. Incluso el remate del viaje en metro hasta casa proporciona nuevas visiones y una interpretación complementaria.
-Las piezas van encajando en este homenaje a las mujeres que han adoptado ese papel valiente y distinto a lo largo de la historia. Los motivos para elegir a las que han llevado el nombre de Juana.
-Pero la aventura no termina ahí. Todavía queda campo para nuevas sugerencias, añadidos o encajes en un significado siempre abierto.
-Y también queda la satisfacción de haber ‘participado’ en una propuesta escénica de gran interés,

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 noviembre 2019 - 12:06 pm
Categoría: General

David Barbero

-Cuando ayer iba hacia el Azkuna Zentroa para ver la propuesta teatral de la compañía La Tristura titulada ‘Future lovers’, llevaba la esperanza de encontrar formas nuevas que necesita el teatro.
-La tristura reúne, desde hace más o menos una década, a un grupo de persistentes profesionales en la búsqueda de estas formas escénicas adaptadas a los tiempos que vivimos. Han presentado ya varios trabajos y continúan en esa búsqueda. ‘Future lovers’ es la producción que ha tenido más eco y que plasma, con nitidez, los resultados que van consiguiendo.
-El objetivo de la pieza es presentar la fiesta de un grupo de jóvenes de hoy mismo al terminar el curso. Además de su música preferida, su botellón, sus bailes acrobáticos o sus movidas, dejan ver sus incertidumbres de adolescentes, sus esperanzas, sus críticas a las generaciones anteriores, sus miedos, sus alegrías, sus preocupaciones…
-La novedad es que lo presentan desde su propia perspectiva, con su lenguaje, con su manera de moverse, con su estética. Pueden ser criticables para otros. Pero ahí están ellos. Tal como son.
-Miradas con atención y sin prejuicios, sus inquietudes, ideas, protestas, insatisfacciones o proyectos resultan creíbles, razonables, con una notable profundad, con otra también notable ingenuidad. Con mucha sinceridad y con idéntica proporción de osadía.
-En cuanto a las nuevas formas teatrales, hay, entre otras sugerencias, una perspectiva narrativa desde el futuro; una ruptura del tiempo y del espacio; una conexión de escenas sin la ahora obligada causalidad; una intencionada fragmentación del discurso…Ah! Se nota un trabajo muy detenido en el reflejo del lenguaje de esta generación.
-Una buena parte del mérito hay que atribuírselo a Celso Giménez, Itsaso Arana y Violeta Gil en la dramaturgia y tratamiento narrativo. Sería un error infravalorar el trabajo de los llamados técnicos, como Carlos Marquerie, Ana Muñiz, Eduardo Castro…
-Sin duda, hay que alabar las formas interpretativas de los jóvenes Pablo Díaz, Manuel Egozkue, Gonzalo Herrero, Itziar Manero, Siro Ouro y Sara Toledo.
-No creo que, con la mera visión de la obra, se agoten las reflexiones y hallazgos de esta búsqueda de nuevas formas escénicas. Hay materia para reflexionar.
-Para muchos es de agradecer que haya quienes buscan nuevos caminos para evitar que la mayoría de los espectadores de las artes escénicas peinen muchas canas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 noviembre 2019 - 11:43 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer asistí, en el teatro Arriaga, a un espectáculo cómplice, divertido, inteligente, irónico, sencillo, con doble o triple lectura. Además, dirigido con eficacia, interpretado con profesionalidad, bien cantado, adecuadamente instrumentalizado. Y hasta bien vestido.
-¡Ojo al pícaro título de ‘Y todo por amor’! He pedido esta atención porque en él está reflejada la esencia de la pieza. Su ironía, su escepticismo, su humor de varios colores, su complicidad, su crítica, su puesta es solfa de cosas consideradas serias como eso que se llama amor.
-Fue una ocasión para evidenciar la buena preparación y el trabajo serio de la compañía no profesional 7 grados. Sus integrantes Ana María Llamas, Ainhoa Baztarrica, Iñigo Sourrouille y Mikel Ibáñez demostraron una elogiable soltura escénica.
-No menos adecuación al espectáculo exhibieron los músicos en directo integrantes de 3 devils: Jorge Gros, Irrintzi Ibarrola y Eduardo Landeta.
-He dejado aparte la labor de dramaturgia y dirección por parte de Itziar Lazkano, teatrera integral, que ahora está absolutamente en todo. Junto a este trabajo se halla, entre otras cosas, interpretando ‘Sabias ellas’ y preparando un aterrizaje intenso en ‘Madre Coraje’.
-Una muestra de la eficacia de este espectáculo fue la conversación que oí a la salida, todavía en las escaleras solemnes del teatro municipal. Era una pareja, aparentemente matrimoniada, de unos cincuenta años. O sea, en la flor de la vida
-Ella sentenció: ‘Coincido con la obra en que el amor está sobrevalorado’. Él replicó: ‘A esa sobrevaloración interesada, han contribuido la iglesia y los que mandan, porque así tienen a la gente más controlada’. Ella remató: Y no te olvides de los bancos, con sus beneficios por las hipotecas’.
-Esto da pie a preguntarte si tú también crees que el amor está sobrevalorado.

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