Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 abril 2025 - 11:02 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Debo comenzar por escribir el titulo completo de la obra que he visto esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao. ‘Sabes que las flores de plástico nunca han vivido. ¿verdad?’.  Como es más largo de lo habitual, yo he pretendido acortarlo, sin duda con poco acierto.

-Quiero añadir más datos sobre este espectáculo, porque son de interés. Ya se ha estrenado en Madrid en una co producción oficial muy destacada del Centro Dramático Nacional. La autoría y la dirección de escena es de Mireia Gabilondo, que también es actriz y actúa en la representación. Está acompañada por Telmo Irureta, y por Aitziber Garmendia. Lo repito. Y sobre todo por Aitziber Garmendia, cuyo trabajo interpretativo ha sido especialmente alabado. Hasta tal punto que que ya está pendiente de conseguir varios premios.

– En las labores al rededor de la producción, aparecen dos nombres: Portal 71 y  Acrónica, que ha contado con la aceptación del Centro Dramático Nacional. En otras labores técnicas y artísticas aparecen tres personas con el apellido Bernués:  Fernando, en la escenografía; David, en la Iluminación; y Laia como ayudante de dirección. El vestuario ha sido responsabilidad de Ana Turrillas.

-Con toda esta información , deseo haceros una pregunta. ¿Qué haríais vosotras/os ante una obra que se os anuncia así: ‘Tres personas, o quizá sean cuatro. La joven Lucía tiene una depresión de caballo que hace que viva una experiencia de personalidad múltiple a través de Yoldi, una maravillosa joven con discapacidad intelectual. Yoldi cuidará las plantas de José Manuel, prestigioso psicoterapeuta que por una parálisis cerebral, se ve abocado a una dependencia total. Habla con su psiquiatra de una relación muy íntima que mantiene con ALexa, una inteligencia artificial. Martina, psiquiatra, un pelín misántropa, que no puede más. No puede con la vida. No es capaz de ayudar a su hija Lucía. ¿Quiénes de todos ellos van a tirar la toalla?’

-A mí, ese gancho informativo me ha despertado todo el interés del mundo y una enorme curiosidad. Así que esta tarde he acudido al teatro Arriaga con muchísimo interés. Me he sentado frente al escenario y he puesto toda mi atención para no perderme ni un detalle y captar hasta los signos más enigmáticos del texto, de la interpretación y de la puesta en escena.

-Me ha aumentado el interés también la indicación de que ‘esta obra habla de las diferentes soledades, de las diferentes incapacidades, de las máscaras que nos ponemos para poder seguir viviendo, de las enfermedades mentales. Pero habla desde la comedia. Desde una comedia muy trágica por momentos. Tan trágica que no queda más remedio que reírse’.

-Es difícil resistirse a reconocer que este propósito teatral tiene gran mérito, que demuestra valentía, y que evidencia planteamientos de altura. Todo eso es más de agradecer y alabar en tiempos en los que las iniciativas escénicas acostumbran a jugar con las espaldas lo más cubiertas que es posible y las menos inseguridades deseables, por lo que se suele huir de los riesgos.

-Después, puede suceder que alguien de la crítica de la capital, donde se estrenó, opine que ‘a la comedia le falta ingenio y descaro en el planteamiento de las situaciones para ser verdaderamente graciosa; le sobra moralina para ser social; le falta verosimilitud para ser dramática; y le sobra ñoñería en abundancia para ser poética. Todo va evolucionando caprichosamente a golpe de efecto sin orden ni razón, a pesar de lo bien que se estructura la delirante trama en las diferentes escenas y del buen ritmo con el que éstas se van sucediendo’.

-Yo ya he mostrado mi positiva reacción más arriba exponiendo mi interés, mi curiosidad y mi atención. Podría añadir que  ‘esta obra exige un espectador receptivo, dispuesto a adentrarse en una comedia de tintes psicoanalíticos y morales que oscila entre el optimismo y el drama intenso. El resultado es un equilibrio delicado, logrado a través de una compleja propuesta, que retrata la realidad de tres personajes, o quizá cuatro, con distintas discapacidades, viviendo al límite y esforzándose por encontrar su lugar en una sociedad donde el contacto humano no es fácil.’

-Incluso se debería añadir que ha sido una ocasión más para que la gran actriz Aitziber Garmendia haga otra exhibición de sus extraordinarias capacidades interpretativas.

-Remedando el título de la obra, habría que decir: ‘Sabes que para todo eso debe estar el teatro. ¿Verdad?’

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 abril 2025 - 11:18 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Esta tarde he acudido al Teatro Social de Basauri para ver, de nuevo,  la obra titulada ‘Carmen, nada de nadie’. Tiene como personaje protagonista absoluto a Carmen Díez de Rivera, una mujer fascinante que tuvo un muy destacado papel en la vida política y social en España durante los años de la transición política en la segunda mitad del siglo pasado.

-Para algunas y algunos de los que estáis leyendo este comentario, os puede resultar un personaje desconocido, aunque pertenezca a la historia reciente de nuestra sociedad. Yo, ya entonces, me dedicaba a mi profesión periodística, en las secciones  de información y opinión política.  Por ese motivo, tuve ocasión de seguir atentamente su muy interesante trayectoria.  Ésa ha sido la razón de mi interés en ver de nuevo la obra, ya que viví intensamente los hechos que se exponen.

-No se puede decir que este texto teatral sea eso que en cine se llama un ‘biopic’. Pero se le aproxima. Tiene también un importante componente de crónica o relato documental de ese periodo político. Se han añadido alusiones a posibles atracciones emocionales sin confirmar con el entonces presidente Adolfo Suárez o el ahora rey emérito. Todo mezclado con los episodios muy especiales de su vida personal. Desde su nacimiento como hija ‘ilegítima’ del filonazi  Ramón Serrano Suñer, ministro de asuntos exteriores de la dictadura y cuñado del propio dictador. Pasando por el impactante choque emocional al enterarse de que el novio con que reunía el papeleo para casarse era hijo ‘legítimo’ de su padre.

-De esa manera, han quedado atendidas las curiosidades extra teatrales. El tratamiento los hechos principales, sin embargo, se ha quedado en un nivel de iniciación, sin gran profundidad, sin elementos críticos, como para ofrecer una información casi a nivel de Wikipedia, para quienes no conocían o habían olvidado a una persona de tanto interés.

-Se puede reconocer que como documental escénico, puede tener las cualidades de agilidad y variedad en la conexión de las escenas y los hechos. Las características estrictamente escénicas del espectáculo me han llevado, de nuevo, a comprobar que el teatro no debe tener las mismas estructuras que la crónica periodística. Su tratamiento tiene que ser diferente. Los datos se han de convertir en acción dramática. Las conversaciones teatrales no pueden ser meramente informativas. Los conflictos, la intriga y las emociones deben estar por encima. Pero no aparecen así en el texto de Francisco Justo Talón y Miguel Pérez García. Ni son orientadas de esa manera por la dirección escénica de Fernando Solo.

-Se echa especialmente en falta el tratamiento dramático de los personajes. Aparecen, por ejemplo, la madre de Carmen de Rivera, la marquesa de Llanzol, Sonsoles de Icaza, o el presidente Adolfo Suárez o el rey Juan Carlos primero, sólo como referencias históricas, sin personalidad dramática. Por cierto, éste último, con perfil claramente positivo.

-Esta ‘desdramatizacición’ de los personajes tiene efectos negativos para la interpretación que han tenido que realizar los actores y las actrices,. Ellos son Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Victor Massán, junto a Beatriz Arguello que encarna a la protagonista, sustituyendo a Mónica López , que estrenó el papel.

-Con todo, he salido del Teatro Social de Basauri, ya de noche, gratificado al considerar que las artes escénicas están  para ser espejo de las cosas que suceden en la sociedad.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 abril 2025 - 11:44 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Me voy a aventurar a arrancar el comentario sobre el estreno, en castellano, de ‘El zoo de cristal‘ en el teatro Arriaga de Bilbao con  una apreciación valorativa personal.

-La clave, el desencadenante, los condicionantes están en que se ha dado un nuevo enfoque, una visión diferente por la adaptadora y directora de escena Natalia Menendez cambiando la concepción que tradicionalmente se ha hecho de esta obra de Tennesse Willians.

-No sólo esta obra, ‘El zoo de cristal’, sino también otras suyas como ‘Un tranvía llamado deseo’ o ‘la gata sobre el tejado de zinc’, han sido colocadas  habitualmente dentro del teatro realista y social. En esa línea, han sido entendidas, interpretadas y representadas. Se ha considerado que ésa era la idea, el planteamiento y la intención  del autor.

-Sin embargo, la lectura presentada hoy es mucho más poética. Quizá con puntos de humor y con exageraciones intencionadas. La propia Natalia Menendez, la directora y adaptadora, ya lo explicó en la rueda de prensa de presentación. Allí dijo que, desde el primer momento en que se enfrentó al texto para preparar este espectáculo, percibió este nuevo enfoque poético como el más apropiado, aunque no se hubiera desarrollado hasta ahora.

-Esta obra y su autor han sido elegidos expresamente por los responsables del teatro Arriaga de Bilbao para realizar su principal producción teatral de la presente temporada. Natalia Menéndez también ha sido seleccionada de modo expreso para realizar la adaptación y la dirección escénica. Con es mismo cuidado, se ha completado el elenco de actores y actrices, integrado por Mikel Losada, Ione Irazabal, Miren Gaztañaga y Arnatz Puertas. Los cuatro han puesto también en escena la versión en euskera realizada por Kepa Errasti.

-Con esta nueva producción, el Teatro Arriaga recupera a Tennessee Williams, uno de los grandes escritores y dramaturgos norteamericanos del siglo XX, Representa  la obra que cambió su vida, le dio popularidad y lanzó su trayectoria: El zoo de cristal. Escrita en 1944 y estrenada al año siguiente, fue su primera gran obra, con la que sacudió al público por su fuerza realista en la descripción de la sociedad y del momento de crisis que se estaba viviendo.  Fue un éxito rotundo y marcó el inicio de su carrera como uno de los dramaturgos y escritores más destacados del siglo XX en Estados Unidos, convirtiéndose en un referente a nivel mundial , gracias a las versiones cinematográficas de sus obras emblemáticas como ‘Un tranvía llamado deseo’ o ‘La gata sobre el tejado de zinc’. Todas ellas en ese mismo tono de reflejo, crítica y denuncia social a través de personajes colocados en situación de crisis personal.

-Tennessee Williams revolucionó el panorama teatral estadounidense al combinar lo íntimo con lo universal, lo realista y lo emocional con lo simbólico, para transcender de los problemas individuales y darles un valor universal. Aborda temas como el deseo, la frustración, la sexualidad, la fantasía frente a la realidad, la alienación, el aislamiento, las insatisfacciones, el descontento, los problemas familiares y la lucha interna de los individuos. Los lleva a una dimensión más elevada.

-En esta ocasión, Natalia Menéndez crea un montaje que habla de los años treinta americanos y establece connotaciones con la actualidad de hoy mismo  y con la proximidad geográfica. Pero cambia esa intención de descripción realista y de descripción matizada, para llevar a los personajes a exagerar y añadir otras connotaciones. De esa manera, seguramente la acción y los protagonistas pierden fuerza o coherencia y el impacto disminuye. Incluso el simbolismo es más difícil que surja en el espectador.

-Una consideración positiva a destacar en esta nueva producción del Teatro Arriaga de Bilbao es el elevado nivel desarrollado en la interpretación por parte de las dos actrices y los dos actores locales. Ya lo habían demostrado en la versión en euskera. Repito sus nombres para que conste. Ione Irazabal, Miren Gaztañaga. Mikel Losada y Arnatz Puertas. Incluso su labor tiene más mérito, dado que los personajes que deben interpretar han sufrido variaciones de enfoque que mantienen su consistencia original.

–Ya he indicado al principio que este comentario, recién salido de la representación, iba a ser muy personal y, sin duda, discutible.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 29 marzo 2025 - 11:35 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Esta tarde he acudido al Teatro Social de Basauri para ver, de nuevo. a la compañía Ron Lalá y tratar de descubrir su fórmula secreta para desarrollar un humor inconfundible y de eficacia ya contrastada.

-En realidad, esta compañía lleva ya más de dos décadas divirtiendo y divirtiéndose a su manera, con estilo propio, uniendo la comicidad a la ironía y a la crítica sutil. Ahora, lo hace otra vez llevando en gira su obra ‘4×4’. Lo hace como siempre, sin nostalgia, con el mismo aire fresco, divertido y bastante iconoclasta.

-‘4×4’ es un intenso y desinhibido viaje por sus cuatro primeros montajes, realizados entre 2005 y 2012. Según reconocen ellos mismos, los que ‘un día nos dieron fama y dinero…, cuando el dinero existía”. En este espectáculo renovado, abordan aspectos de todo tipo referidos al pasado inmediato y también al presente. Se meten con el amor propio, el tiempo, la época de internet y la informática que nos ha tocado vivir. Sin que falte tampoco el tratamiento cómico de los clásicos, pretendidamente serios.

-El equipo también tiene continuidad. La dramaturgia y las letras son de Álvaro Tato. La dirección de escena la realiza Yayo Cáceres. La dirección musical es responsabilidad de Miguel Magdalena.  Éste  último forma parte del quinteto de intérpretes en unión de Juan Cañas, Diego Morales, Luis Retana  y Daniel Rovalher.

-Los cuatro espectáculos a los que hace referencia el título  fueron ‘Mi misniterio del interior’, ‘Mundo y final’, ‘Time al tiempo’ y ‘Siglo de Oro, siglo de ahora’. Sirvieron para configurar un estilo propio de concebir el teatro y de definir una forma singular que ha seguido manteniendo sus señas de identidad a lo largo del tiempo.

-Se parte de unas letras ingeniosas. Se añade una dirección muy dinámica. Y los intérpretes no paran de declamar,  tocar, cantar y de hacer las delicias de un público que logran ganar desde el comienzo del espectáculo. Los elementos , por tanto, que incluyen en su receta personal, son mucho ingenio, un ritmo endiablado, el dominio de todos los géneros escénicos, la comicidad directa y sin filtros, letras muy cómplices, canciones impactantes y mucha complicidad con el público. Incluso. Hay también otras salsas para lograr un sabor más variado.

-Esta fórmula secreta sigue sirviendo para que todo tipo de públicos salga gratificado de una función fresca, alegre, desinhibida, de un ritmo trepidante, irónica, satírica, filosófica, poética, musical, sociológica y muy ajustada para acaparar la atención y el interés general.

-Eso es lo que ha sucedido otra vez esta tarde en el teatro Social de Basauri.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 marzo 2025 - 12:11 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Algunas de vosotras me habéis comentado, como reproche, que, en estos comentarios sobre teatro, insisto, con demasiada frecuencia, en la importancia de los contenidos potentes, innovadores, polémicos, profundos. Lo reconozco. Pero no es el único valor teatral que estimo.

-Por ejemplo, esta tarde he acudido al Teatro Campos Elíseos de Bilbao con la intención de disfrutar, de divertirme, de emocionarme, de pasarlo bien. Incluso de sonreir. Contemplar la interpretación distendida y cómplice de un texto entretenido y una dirección eficaz.

-He ido a ver la la pieza “Una madre de película”, en la que la actriz Toni Acosta da vida a un texto de Juan Carlos Rubio, dirigido por el propio autor,  que mezcla el humor y la emoción con muchas referencias cinematográficas, como se anuncia en el título, y también musicales, incluido el nombre de la protagonista.

-Se trata de un monólogo que convierte lo cotidiano en una aventura. Un emotivo homenaje a las pequeñas historias que habitan en los vínculos familiares. Con humor, ternura y una pizca de nostalgia, invita a sumergirse en una experiencia teatral, donde la maternidad se convierte en el guion de una posible película.

-El texto construye un relato que, partiendo de una premisa sencilla, se despliega con una mayor profundidad emocional y una riqueza narrativa capaces de capturar la atención y el interés desde el principio. Narra los dilemas que emergen cuando los hijos emprenden su camino. Se introduce en la esencia del vínculo maternofilial, mostrándonos a una protagonista que no solo lidia con la ausencia de su hijo, también reflexiona sobre su identidad, sus sueños pospuestos, sus miedos y sus incertidumbres. Así se convierte en un viaje donde la protagonista aprende a redescubrirse. Todo ello envuelto en el humor.

-La protagonista, una apasionada cinéfila, encuentra en su pasión por el séptimo arte una manera de expresar su mundo interior y dar sentido a su vida cotidiana. El autor introduce referencias cinematográficas y alusiones musicales que enriquecen el relato. Estos paralelismos entre escenas cinematográficas y vivencias personales crean un atractivo diálogo entre ficción y realidad. También todo rodeado de comicidad.

-Gracias a la plasticidad de la puesta en escena y de la expresiva interpretación, se convierte en un espectáculo imaginativo y cautivador. Consigue imprimir a la representación un ritmo ágil y dinámico. A través de los rápidos cambios, el escenario se convierte en un lugar donde cada rincón cuenta una historia y permite que la protagonista revele diferentes facetas de su mundo personal.

-La interpretación de Toni Acosta transita con fluidez entre el humor y la introspección. El ritmo está calculado con precisión para mantener la atención, mientras se desarrolla una narrativa que se escucha y también se siente. Los cambios de tono y perspectiva se asemejan a un montaje cinematográfico. Destaca la manera en que logra hacer creíble cada emoción, desde el humor más desenfadado hasta los momentos de mayor vulnerabilidad. Además, demuestra su versatilidad al encarnar a múltiples personajes que aparecen en los recuerdos y las reflexiones.

-Los recursos técnicos y escenográficos son también dignos de destacar por su riqueza. La escenografía, diseñada por Leticia Gañán y Curt Allen Wilmer, transforma una habitación en un espacio cargado de simbolismo. Desde los objetos cotidianos hasta los rincones aparentemente insignificantes, se convierten en espejos de la vida interior de la protagonista. La música y el espacio sonoro, a cargo de Mariano Marín, juegan un papel crucial para marcar el tono y el ritmo de la obra. Lo mismo que la iluminación de Nicolás Fischtel.

-Así que esta tarde, en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, ‘Una madre de película’ se ha convertido en un buen motivo teatral para disfrutar, emocionarse y sonreir con una buena demostración del buen hacer escénico.

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